Dircurso De Despedida (filosofico)
florez_con_z30 de Septiembre de 2013
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Como imaginar que encontraría a esas personas que Aristóteles dijo que eran “un alma que habita en dos cuerpos”, cuanto todos solo nos decían que “hay que estudiar”, nosotros aprendimos y mucho!, sobre cualquier ciencia y tantos estudios que dia a dia construimos para nuestro proyecto de vida, aprendimos a ser personas, a complementar esa alma, que aunque prisionera del mundo, de lo material, nos permite actuar para el mundo, que, con sol que nos quieren y acompañaron en este camino, nos deja influir con sentimientos en un lugar donde solo las veracidades científicas cuentan.
Aquí pude descubrir que el soma y el Psique, si se complementan, porque cuando esperábamos una clase de historia y cultura, nos brindaron charlas de vida para crecer con ese mar de sentimientos con los que se caracteriza a una mujer. Mientras la sociedad nos llama a ser una vana apariencia, nosotros aprendimos a crecer en el alma y hacer relucir cada día las emociones que aprendimos y demostramos tantas veces con esas personas que estuvieron a nuestro lado, atrás y adelante con las mismas expectativas y sueños maravillosos, personas con quienes la vida nos cruzo, de quienes aprendimos y descubrimos tanto, esas personas, esos grandes proyectos que los vi crecer y fortalecerse, y para quienes cada una de nosotras fuimos un instrumento con el que ellos también aprendieron y que estarán después recordándonos como un consejo, una gran época de nuestra vida, que será recordada en una frase, en un minuto, una simple acción que encamino cada proyecto, cada vida, y que, simples imágenes de recuerdos nos acompañarán, porque todo nuestro futuro se forja desde las vivencias del pasado. En este momento es cuando descubrimos como es tan corto el presente, como el pasado nos fundamentos para entender quiénes somos y como el futuro es tan incierto para entender que debemos prepararnos de la mejor manera para descubrirlo…
Cuando pensamos que tan ciertas fueron las vivencias que tenemos y a partir de todas las experiencias, triunfos y fracasos, nos volvimos alquimistas de un gran proyecto que con el pasar del tiempo vimos esos resultados de una pequeña semilla que un día sembramos desde lo más remoto de nuestra niñez. Cuando comprendimos que un triunfo nunca es definitivo y un fracaso tiene guardado en si mismo las ganas de alcanzar algo mucho mejor de lo que en algún momento intentamos alcanzar.
Que real es comprender que en nuestra mente, obtuvimos en el paso de este tiempo tantos conocimientos que Parménides argumento diciendo que nuestra razón es la verdad de todo lo que existe, que crecemos en conocimientos y aún así es verdad que seguimos siendo nosotras mismas y tanta melancolía que se asoma al entender en este momento, cuando todo se aleja y cambia, lo que hoy vivimos mañana ya no puede ser y aunque entendemos que todo lo más valioso está en nosotros mismos, tenemos esa sed de seguir viendo y de captar con esos sentidos y aunque digan que son falsos y nos engañan, tenemos las expectativas de seguir viviendo, seguir sintiendo aquello que algún día nos hizo descubrir algo más y ahora solo esperamos con nostalgia que algún día, la vida, nos vuelva a regalar ese momento.
Como estamos sedientos frente a la sensibilidad, a estar con los sentidos, los que nos permiten percibir lo vivido, lo que hemos disfrutado al pasar de todo este tiempo, sin tener en cuenta los grandes conocimientos que tenemos, aquellos que personas tan nobles, simplemente nos dan un trozo de su historia, las ciencias y su propia vida.
Que duro es afrontar el cambio, aquello que no conocemos, a los que muchos le tememos y aquella inseguridad que afirma que la realidad de hoy no debe ser necesariamente la realidad de mañana, pero el tiempo es una ley, que el hombre invento para encapsularse en un afán de vivir, aún asi por cruda, buena o mala que sea, tenemos que cumplirla. Pero gracias a las vivencias que
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