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EDAD DORADA


Enviado por   •  13 de Octubre de 2013  •  2.715 Palabras (11 Páginas)  •  339 Visitas

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En este libro nos muestra reflexiones en sus 10 capítulos en torno a la madurez y a la tercera edad con el fin de que las personas tengan una mejor calidad de visa en esta etapa. Se abordan actitudes que son relevantes no solo para personas de la tercera edad, sino también para nosotros los jóvenes, ya que nos ayudan de una manera más práctica y sencilla a enfrentar los retos que se nos presentaran en el atardecer de nuestras vidas.

En el primer capítulo se reflexiona la relación que se tiene entre la madurez y la tercera edad, haciendo un gran énfasis en lo importante que es tomar conciencia de lo que implica esta etapa en la vida de las personas y como lo dice el autor a como “Vivirla con plenitud”, No se puede señalar a la madurez y la tercera edad a la comodidad y a la mediocridad tenemos que vivirlas intensamente para asegurarnos un final feliz, que nos permita llegar con la frente en alto del deber cumplido y con las manos repletas de los triunfos provenientes de las diferentes etapas de nuestra vida. Cada edad tiene sus propias ventajas e imitaciones, las ventajas son siempre exclusivas y por lo mismo no se dan para ninguna otra edad más que para ella a la que le corresponden. Por ello se vuelve un deber nuestro vivir a plenitud cada edad que vamos viviendo sin dejarnos falsamente seducir por el atractivo de otras, pues perderíamos la oportunidad que nunca más volverá a vivir y amar la etapa que nos encontramos.

La Sabiduría algo muy importante en este capítulo para la madurez porque se considera el arte de vivir en paz y armonía con las personas y cosas que nos rodean, además ser considerada como un gran compromiso, otro aspecto importante tratado es la ecuanimidad que implica la capacidad que tienen un ser humano de permanecer en calma ante los sucesos impredecibles y llenos de riesgo.

En el segundo capítulo nos habla del tiempo y de la importancia de administrarlo con inteligencia, a ser libres para aprovechar el tiempo en crecer, realizarnos, hacer el bien y para no desaprovecharlo, haciendo uso pobre y mediocre de él. En estas etapas es cuando más se vive la sensación de que el tiempo no nos rinde como antes, es a través de esta situación como nos damos cuenta del inexorable paso de los años y que hemos entrado a la ruta de descenso de la vida aunque no lo queramos. En esta época son las que nos preocupamos, es más grande nuestro radio de acción familiar y de compromiso, lo cual reclama optimizar el tiempo, lo cual es más urgente si se tiene conciencia de acciones que debíamos haber hecho y no las hicimos en el tiempo vivido. Entre más tiempo vivimos más tiempo deseamos, sin importar que entre más años tenemos, mas puede el tiempo rendirnos porque sabemos cómo administrarlo para obtener de mejor partido. Somos avaros del tiempo, o buscamos y lo deseamos con avidez, por eso es que entre mayor sea nuestra edad, mas repetimos de modo habitual. Nos da 4 avenidas relevantes para saberlo equilibrar en nuestras vidas y cumplir con el proyecto para el que fuimos creados, de tal manera que logremos un vida plena. La vida familiar, la profesional, de participación en la comunidad y en la recreativa, deben ser vividas con valores de moral con una voluntad firme y constante durante toda nuestra existencia.

El tercer capítulo se enfoca a la esperanza, ya que sin ella deja de tener sentido todo el esfuerzo. La esperanza es un valor humano que nos hace buscar sin cansancio, sin desaliento, la felicidad aquí en la tierra. La esperanza implica un gran amor a la vida y el entusiasmo sostenido por vivirla responsablemente y plenamente. Esperar el momento, confianza en Dios y paciencia son cosas importantes que nos ayudaran a no caer en la frustración y en la desesperanza. Es por ella y en ella que el hombre a pesar de los sinsabores de la vida y las tragedias que puedan ocurrir, puede lograr la paz y esperar con optimismo el futuro. La esperanza, implica un gran amor a la vida y un gran entusiasmo sostenido por vivirla responsablemente para ayuda a los demás. Dios nos regaló el don de la libertad; de nosotros depende el esperar, o bien el dejar de esperar. También nos dice en lo importante que es siempre sentirnos útiles y capaces de seguir haciendo el bien a los demás, no debemos olvidar que no es la adversidad por sí misma la que determina nuestro futuro, sino nuestra respuesta a la adversidad.

En el cuarto capítulo se reflexiona sobre la importancia que tiene la liberación de las cosas materiales, de tal manera que no nos asfixien para así poder valorar a los que nos rodean, y tener la oportunidad de desfrutarlos; Así mismo gozar de los momentos agradables de la vida que se nos presentan, evitando caer en la cultura de acumular y atesorar cosas materiales, que solo nos llevan a la perdida de la paz interior. Nos que la vida nos enseña que la riqueza no es la respuesta, ya que podemos perder el dinero tan fácil como se ganó, o bien, al morir, se le dejará a alguien que no trabajo para reunirlo, por eso es importante no olvidarnos que es rico aquel que está contento con lo que tiene y no aquel que cada vez desea poseer más. Por otro lado, ofrece algunas reflexiones financieras para asegurar un patrimonio que permita una vida digna en la tercera edad, como lo es el no gastar más allá del ingreso que se recibe mensualmente debido a que en esta época de la vida se debe de estar más consciente de que se puede ser muy feliz con menos ingresos, al dejar de comprar cosas que no son necesarias. Las personas al llegar a la tercera edad deben de ser más conscientes de que esa forma de pensar donde se le da preferencia al tener sobre el ser, no puede seguir siendo el pivote sobre el cual gire su vida. Nosotros como seres humanos no debemos olvidarnos que el dinero n puede comprar la felicidad, pero el gastar de más de lo que tenemos puede arrebatarnos la paz a nosotros y a los nuestros.

En el quinto capítulo se aborda lo referente a dos enemigos muy comunes que son la causa de que muchos seres humanos perdamos la oportunidad de ser felices y trascender. Dichos enemigos son la comodidad y la mediocridad, para lo cual es necesario quitar de nosotros todo aquello que no nos permite realizarnos, aquello que con el pasar del tiempo nos va atando, el ser mediocre es carecer de ideales, es temor a ser persona, horror a ser distinto y pánico a la individualidad. Debemos evitar ser huecos, cuando nuestra misión en la vida, y más en estas etapas, es estar llenos, es llenar de sentido nuestra existencia, debemos de aspirar a ser plenos y no superfluos para poder contagiar a los demás de dicha plenitud, en especial a los miembros de nuestra familia y a los amigos cercanos. El autor nos dice cómo liberarnos de ellos, haciendo énfasis en que es nuestra libertad la premisa para aceptar seguir creciendo, o bien optar por la superficialidad, a lograr un crecimiento

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