EL MITO DE LA CAVERNA EN PLATÓN

1. EL MITO DE LA CAVERNA EN PLATÓN

Acorde al estudio de la Filosofía Occidental, podríamos decir que fue Platón (427 a. C. - 347 a. C.) uno de los primeros pensadores en preguntarse sobre el conocimiento, es decir, tomarlo como un objeto más de escrutinio. Siendo así, se interesó por sus orígenes y por la manera en la que nos acercamos a él, afirmando entonces que existe una verdad que podemos conocer y comunicar.

En este sentido, los mitos que nos presenta el filósofo demuestran precisamente dichas posibilidades, puesto que surgen dentro de su obra como imágenes vívidas hechas para revelarnos sus nociones filosóficas más importantes así como su visión de lo que podría llegar a ser el hombre y el mundo, pero de manera sencilla y práctica, ya que uno de los aspectos inherentes a su pensamiento es que el conocimiento debía llegar a cada una de las personas porque éste contribuiría en su desarrollo personal y en el alcance de la felicidad, lo que redundaría en una mejor sociedad.

Pero no creamos que por hablarse de mitos se entendería que el pensamiento platónico está sometido a las concepciones mágicas o meramente sobrenaturales. El mito en Platón deber ser entendido sí como una narración que habla de los orígenes, pero funciona mejor en la base de alegoría, que, según la definición de la Real Academia Española, es una “[f]icción en virtud de la cual algo representa o significa otra cosa diferente” ; en este caso, las diferentes imágenes textuales usadas por el filósofo representarían las ideas por medio de elementos sensibles, como animales, hombres, lugares, etc.

Siendo así, el Mito de la caverna - que se encuentra al principio del libro VII del La República - es una explicación de la situación del hombre en cuanto al conocimiento que permite entrever además los planteamientos del filósofo acerca del mundo sensible y el de las ideas, del conocimiento innato y la reminiscencia, y del conocimiento dóxico y el epistémico, entre otros, por lo que “es considerada la más célebre alegoría de la historia de la filosofía” .

1.1 EXPLICACIÓN

Encontramos como protagonistas a los hombres, que, como prisioneros dentro de la caverna, permanecen en el oscuro fondo, encadenados, sin poder quitar la mirada del muro delante de ellos. Atrás, una pared y un pasillo; un poco más cercana a la salida está una hoguera y, finalmente, se abre la cueva dándole paso al exterior, soleado y luminoso. Los prisioneros están obligados a ver constantemente las sombras, proyectadas gracias a la luz de la hoguera, de los objetos que cargan unos hombres tras la pared. Ninguno de los prisioneros conoce otra cosa que las sombras difusas y nunca han podido ver lo que sucede a sus espaldas, por lo que consideran esas proyecciones como la única y verdadera realidad. Cierto día uno de ellos escapa, y tras un difícil ascenso, conoce la realidad de la hoguera, que sólo proyecta una apariencia sensible de los objetos. El escapista continúa subiendo hasta hallar la salida y se enfrenta a otra realidad: la del exterior, con todos sus componentes, y, por último, puede ver el sol. Finalmente, el hombre retorna a la caverna con el fin de liberar a los otros, pero estos se burlan de él al notar que está deslumbrado y sus ojos ya no se adecúan a la oscuridad del interior, y que por eso mismo y por lo difícil de la subida se niegan a acompañarlo afuera, prefiriendo acabar con él a emprender ese viaje…

Como ya lo habíamos mencionado, el Mito de la caverna muestra la situación del hombre ante el conocimiento: prisionero y encadenado sólo conoce las sombras, que vendrían siendo el conocimiento al que accede por medio de la imaginación. Por su parte, los hombres que caminan mostrando los objetos con la luz de la hoguera representan el conocimiento adquirido por la observación de la naturaleza, un conocimiento más certero, pero finalmente mutable. El mundo exterior a la cueva sería entonces un paso al conocimiento del mundo inteligible, debido a que el mundo exterior contiene los objetos que guardan en sí las esencias de las ideas, pero que es susceptible también a error. Por último, el Sol representa el conocimiento máximo, derivado de la vista de aquello que ilumina todas las cosas, es decir, el bien y la razón.

1.2 ENSEÑANZA

Según la interpretación planteada anteriormente,

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