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EL PRINCIPE DE NICOLAS MAQUIAVELO

aran28 de Noviembre de 2012

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NICOLAS MAQUIAVELO Y LAS MASCARAS DE LA POLITICA

Considero importante iniciar este trabajo con un breve acercamiento a la vida de este autor del renacimiento.

Niccolo Macchiavelli nació en Florencia el 3 de mayo de 1469 y murió en la misma ciudad en 1572. Era hijo de Bernardo de Niccolo Macchiavelli, jurisconsulto, y de Bartolommea de Nelli, una dama muy bella e instruida. Fue escritor, jurista, diplomático y político. Su prestigio comenzó pronto, y a los veinticinco años se le nombró secretario del gobierno. Desempeñó luego diversas embajadas en algunos estados de Italia y en Alemania, misiones que hubo de comentar en sus escritos. En 1502 contrajo matrimonio con Marietta Corsini, del cual nacieron cinco hijos. Sus actividades como embajador duraron hasta el año de 1512, en que empieza una época de persecuciones contra él.

A la vuelta de los Médicis al señorío de la ciudad fue encarcelado y sometido al tormento, acusándosele de conspirador. Ya había publicado para entonces obras filosóficas y literarias, pero en la cárcel intensificó sus tareas, y gracias a la atracción que siempre experimentó el gran Lorenzo de Médicis. Uno de los espíritus más representativos del Renacimiento por las artes y las letras, pudo Maquiavelo obtener su apoyo. Muy distinguido también como tratadista y crítico militar, publicó obras muy notables de este carácter. En todas sus obras revela Maquiavelo su gran cultura, un pensamiento ágil y profundo y dotes extraordinarias de escritor. La obra fundamental de este célebre secretario florentino, y que ha perdurado a través del tiempo, dando siempre lugar a las más encontradas opiniones, es: El Príncipe. Libro que encierra una filosofía práctica y reglas de gobierno que le vendrían bien a cualquier jefe de Estado de cualquier tiempo, dispuesto a no reparar en los medios para alcanzar sus fines. Su índole moral es fundamentalmente polémica. El Príncipe ha provocado opiniones divididas en cuanto a la validez de sus premisas. En cuanto al príncipe que hubiera de tomar como modelo para el diseño de su obra, se citan a Fernando El Católico y César Borgia.

Maquiavelo vivió algún tiempo en la corte del duque Valentinois, y en ella pudo ver muchos hechos y actitudes que aprovechó para la composición de su libro.

PRÍNCIPE

Este libro fue inspiración de Nicolás Maquiavelo, un historiador y filosofo. Escrito en 1513 y con una dedicación especial a Lorenzo de Médicis quien fuera príncipe de Florencia en los años 1400. Esta obra se ha convertido en un verdadero tratado de ideología política puesto que, proponía el modelo a seguir y las condiciones que caracterizan a un príncipe, según su concepto.

En aquel momento Italia estaba dividida y Maquiavelo ansiaba un Estado unificado y fuerte al estilo de Francia. Es así como surge el concepto contemporáneo de Política, como arte de conquistar y conseguir el poder, de una forma autentica y cautivadora. A partir de lo leído en el libro yo puedo decir que Un príncipe maquiavélico es aquel que se adapta y que se ajusta a los de la política con habilidad, inteligencia y destreza, aquel que puede razonar y debatir sobre las virtudes que debe tener.

El príncipe de Maquiavelo expone condiciones sobre lo que es un príncipe y como lo vemos frente al estado: simplemente es considerado la cabeza y quien tiene el poder para tomar decisiones para “beneficio” del pueblo.

Sutilmente trato de convencernos acerca del concepto que tenemos sobre la naturaleza del Estado, sobre la sociedad en que se sustenta pero sobre todo, en las formas de adquirir y perder el poder; y las formas de mantenerse en él, no importando lo que tengas que hacer, ni mucho menos encima de quien tengas que pasar o como decimos comúnmente “a quien tengas que matar”, todo con tal de que seas reconocido por los demás y ser quien lleva las riendas en el país o simplemente levantarnos el cuello.

Maquiavelo tiene una percepción distinta a la que comúnmente llamamos sociedad humana: para él, el hombre es por naturaleza perverso y egoísta, sólo preocupado por su seguridad y por aumentar su poder sobre los demás; sólo un estado fuerte, gobernado por un príncipe astuto y sin escrúpulos morales, sin corazón y con la mínima intención de desarrollar sus funciones como príncipe, puede garantizarnos de que existe un orden social justo que frene la violencia humana.

En el diario vivir tenemos infinidad de actos que delatan la actitud a la que se refiere Maquiavelo. Por ejemplo: La burocracia es un abuso de poder. Porque a ellos solo les importa el ser admirados o como ellos dicen ser respetados como autoridad que son.

Olvidando los verdaderos principios del liderazgo que para poder influenciar sobre la gente primero hay que preocuparse por sus necesidades

“UN PRÍNCIPE JAMÁS PODRÁ DOMINAR A UN PUEBLO CUANDO LO TENGA POR ENEMIGO”.

El príncipe, si llega con la ayuda del pueblo debe esforzarse por ganarse el afecto y mantenerlo.

Un príncipe debe aprender a no ser bueno, debe ser muy cuerdo y debe de saber evitar las vergüenzas, ya que le haría perder a su estado. Nos dice que es bueno ser pródigo, y en cuanto a lo de “¿es mejor ser amado que temido?” la respuesta es no, es mejor ser temido que amado, aunque que mejor ser de las dos; un príncipe debe de ser clemente, pero no dejar atrás los actos de crueldad, pero debe ser cauto y responsable.

Un príncipe debe ser responsable en cuanto a cumplir sus promesas, pero debe de faltar a ellas si perjudican a su pueblo.

Un príncipe debe tenerle miedo a 2 cosas: Que su pueblo lo traicione y que lo ataquen potencias extranjeras. Debe de cuidar de que su pueblo no lo odie y debe de estar preparado para las guerras con los consejos que no da Maquiavelo en este mismo libro.

Entonces para ser amado un príncipe debe ser amigo y enemigo franco: que sepa abrirse tanto a uno como a otro. No debe aliarse con otro príncipe más poderoso que él a menos que las circunstancias lo obliguen. Y por último, un príncipe deberá mostrar su amor por el arte.

Ya para el final del libro Maquiavelo nos relata que un buen ministro no es el que todo el tiempo se la pasa pensando en sí mismo y que busca sólo su provecho, y hay que cuidarse de ellos, no se debe de confiar en ellos.

Otro problema son los aduladores, uno les tiene que decir que no nos ofende la verdad, pero ellos sólo la tienes que dar cuando uno les diga que la den, que den consejos sólo cuando un príncipe se los pida y no cuando se les ocurra.

Si un principe pone en práctica todo lo anterior, si es nuevo, parecerá que lleva muchos años de experiencia, pero si no las pone en práctica ese príncipe no funciona y su principado se acaba.

Ya para terminar este trabajo que creo que ya se alargó demasiado dejaré una cita que Maquiavelo relata en uno de sus capítulos finales:

“Me pregunto porque un príncipe que hoy vive en la prosperidad, mañana se encuentra en desgracia, sin que se haya operado ningún cambio en su carácter.” Maquiavelo opina que es por culpa de la fortuna, y de esto depende el éxito. La fortuna cambia, y los hombres quieren hacer lo mismo que normalmente hacían pero ahora sin dinero y eso no se puede.

“ES PREFERIBLE SER IMPETUOSO Y NO CAUTO”.

El esquema general de la obra es el siguiente y en él se distinguen cuatro partes fundamentales.

Capítulos I-XI: Maquiavelo estudia aquí las diferentes clases de principados, cómo se adquieren y se conservan. Trás una rápida mención de los principados hereditarios ( capítulo II ), se centra en el estudio de lo que denomina como principados nuevos, abordando primeramente el llamado principado mixto ( capítulos III-V ). De todos modos, la preocupación esencial de Maquiavelo es examinar los principados totalmente nuevos ( en donde es nuevo tanto el príncipe como la organización política en la que sustenta su principado ) junto con las diferentes formas de acceso a los mismos y los problemas generales que plantea su conservación ( capítulos VI-IX ). Trás una primera consideración sobre las fuerzas de los principados ( capítulo X ) finaliza la primera parte haciendo referencia al principado eclesiástico ( capítulo XI ) donde resalta su desprecio por la política temporal de la Iglesia.

Capítulos XII-XIV: Maquiavelo aborda en esta segunda parte el problema de la seguridad y la armas: un Estado sólo es libre y seguro si dispone de un ejército propio bien organizado sobre la base del reclutamiento del ciudadano; un príncipe sólo puede mantenerse si dispone de armas propias y él mismo está al frente del ejército y de la política militar. Por la misma razón, las armas mercenarias y auxiliares muestran la dependencia y la debilidad de dicho Estado, y a la larga la necesaria conquista por quien, de hecho, tiene la fuerza.

Capítulos XV-XXIII: Maquiavelo pasa a estudiar en esta 3ª parte cuál debe ser el comportamiento y el gobierno de un príncipe con respecto a sus súbditos y amigos. En este contexto, abandonando el fácil recurso de la imaginación, Maquiavelo, desarrolla los principios de una política rigurosamente realista, partiendo de lo que las cosas realmente son y han sido y serán siempre (no lo que deberían ser ), pues la política debe basarse en lo que la naturaleza y pasiones humanas son inevitablemente: maldad, volubilidad, ingratitud, ambición, envidia. Un Príncipe (El Estado ) debe basarse en sí mismo: la ley, por un lado, y la astucia y la fuerza por otro ( capítulo XVIII ), disfrazado -porque lo obliga la situación- sus a primera vista injustas, inmorales e irreligiosas acciones porque la

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