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ENSAYO LENGUAJE, PALABRA, DISCURSO EN LA ENSEÑANZA DE JACQUES LACAN


Enviado por   •  17 de Julio de 2013  •  1.468 Palabras (6 Páginas)  •  569 Visitas

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El objetivo de este articulo es intentar dar cuenta de la relación entre lenguaje, palabra, discurso y política en la tradición y actualidad de la teoría política, a partir de algunas categorías lacanianas. La primer parte del escrito estará focalizada en la distinción que Lacan efectúa de las nociones de lenguaje, palabra y discurso. La segunda parte, se orienta en rastrear dichas nociones en aspectos nodales de la teoría y filosofía política, siendo conscientes que cada uno de dichos aspectos son susceptibles de un tratamiento particularizado, pero en esta oportunidad nos importa mostrar la potencia de la constelación lacaniana en su vinculación con la teoría política.

En su seminario 3 (La psicosis), Lacan distingue y caracteriza los conceptos de palabra, lenguaje y discurso, independientemente de las posibles diferencias y articulaciones entre tales nociones, habría un fuerte elemento en común, el de ser modalidades del registro de lo simbólico.

Lacan concibe al inconsciente 3 bajo la categoría de estructura tomando en consideración tanto las estructuras elementales del parentesco (Lèvi-Strauss) como las del lenguaje (Saussure). Es decir, es más que clara la referencia a la antropología como a la lingüística a la hora de pensar el inconsciente como estructura, como sistema binario y relacional, ya que ambos son aspectos importantes de dichas estructuras.

En lo que atañe al sistema formal binario, éste se repite tanto cuando pensamos en términos matemáticos: cero/uno; como en la antropología: hombre/mujer 4 o en el sistema lingüístico mismo. Un aspecto nodal de estas consideraciones lacanianas, reside en no confundir la categoría de estructura con la categoría de totalidad, pues Lacan plantea que toda estructura está constituida por una falla, que, por otro lado, es la que permite que la estructura misma pueda funcionar, posibilita que algunos elementos de la estructura no se combinan. Un ejemplo de lo dicho está dado por la categoría de prohibición, 5 pues sólo a partir de este requisito se hace posible el juego de lo permitido, sin importar la aterialidad de que esa prohibición recaiga en el incesto (estructura de parentesco), pues podría tranquilamente recaer en otra cuestión. Por tanto, lo relevante es la prohibición como elemento formal, independientemente de la matriz material con la que rellenemos tal dimensión lógica.

Si la influencia de Lévi Strauss se hace sentir en Lacan, la recepción de Saussure no es menos importante, aunque el psicoanalista se vale del aquél para establecer una diferencia radical, pues mientras el célebre semiólogo define al lenguaje como un sistema de signos, en donde el signo constituye una unidad indisoluble entre el concepto y la imagen acústica, en otros términos, entre el significado y el significante, Lacan pondrá el acento en la noción de significante. Así, para Lacan el significante será el soporte material de una función que es la de oposición, función sin la cual tampoco sería posible el lenguaje.

Vale decir, que el significante no puede comprenderse en términos de contenido. El significante, aunque parezca una contradicción, no significa nada. El significante se remite para Lacan a un juego formal de presencia y ausencia, y en lo que refiere específicamente al ámbito de la neurosis, Lacan sostendrá que cae bajo leyes de funcionamiento. A saber, la metáfora y la metonimia. El aspecto metonímico es central, en tanto un significante podrá ser seguido por otro significante y consecuentemente establecer una cadena de significantes. De ahí la importancia de la categoría de corte al interior de la experiencia analítica. De ahí también que Lacan sostenga que el inconsciente se estructura como un lenguaje.

A partir de estas consideraciones, Lacan introducirá la noción de sujeto, claro que no se trata del sujeto clásico de la filosofía, del sujeto situado en una matriz gnoseológica y consecuentemente diferenciado de un objeto, no se tratará de un sujeto previo a toda determinación o depositario de una pluralidad de predicaciones. Para Lacan el sujeto es ante todo un efecto del lenguaje, por tanto, escapa a una ontología del sujeto. Por ende, no es casual que el pensador francés defina al sujeto

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