Economía y derecho: ¿dos campos antagónicos, sin punto de consenso

Economía y derecho: ¿dos campos antagónicos, sin punto de consenso?

El ser humano desde los inicios de la especie ha interactuado con otros individuos y en su quehacer cotidiano, se le han presentado necesidades básicas que lo llevan a desarrollar actividades comerciales y económicas con el fin de solucionarlas. Dentro de la sociedad humana, podemos denominar economía, a la designación de recursos para solucionar las necesidades o los fines que dicha sociedad tenga. Así mismo podemos ver el papel de la economía cuando se estudian los bienes a producir, y su proceso de elaboración.

Hay una necesidad de interacción entre los juristas y los economistas, ya que la actividad económica no puede efectuarse sin una serie de normas jurídicas que garanticen su desarrollo efectivo, y que establezcan parámetros sobre los cuales se debe ejercer su actividad. Aún cuando ambas disciplinas se constituyen por formas de pensar diferentes, su consenso se hace necesario para el desarrollo eficaz de la economía.

Dentro del campo económico se pueden identificar dos enfoques aplicativos de la misma, la economía positiva que muestra como son los fenómenos económicos tal y como se manifiestan en la realidad y la economía normativa, que se encarga de elaborar prescripciones a partir de la economía positiva, es el “deber ser” de la actividad económica. A su vez podemos identificar dos campos diferentes, con funciones opuestas, la microeconomía, que se ocupa de la conducta que ejercen los agentes económicos de carácter individual (empresas, consumidores) y la Macroeconomía que se encarga de estudiar la conducta de los “grandes agregados económicos, tales como el consumo, el ahorro o la inversión, la inflación, el salario real, el tipo de cambio, el nivel de empleo y desempleo, la tasa de crecimiento y las medidas de política que aplican sobre los factores anteriores, como la política fiscal, monetaria o cambiaria.

El análisis económico del derecho es una rama de la ciencia económica, casi totalmente incluida dentro de la microeconomía, y se encarga de analizar y evaluar el papel de las normas jurídicas dentro del funcionamiento de los mercados, a través del estudio de su impacto sobre el comportamiento de los agentes económicos, y su repercusión en las cantidades y los precios. Dicho análisis posee un enfoque positivo y normativo.

Ahora bien es común que pensemos que el derecho sea incongruente con la economía debido a su pensamiento deontológico, es decir que no acepta una conducta consecuencialista, sin embargo el derecho comprendido exclusivamente como un campo deontológico en su totalidad, es un bloque hermético e inflexible, pero es bien razonable el aclarar que no es una posición absoluta y se debe buscar el consenso con las consecuencias que pueda llegar a generar su aplicación. Si se asume la universalidad del derecho, se ignora la particularidad

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