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Educacion


Enviado por   •  29 de Septiembre de 2013  •  974 Palabras (4 Páginas)  •  239 Visitas

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Los maestros de la Revolución

Partiendo de la situación de que los maestros siempre mantuvieron su carácter de trabajadores asalariados, generalmente mal pagados.

Como ya se apuntaba al tratar el porfiriato, la formación y desarrollo de sus organizaciones gremiales fueron más lentas y tibias que las de otros tipos de trabajadores, por lo menos hasta 1920, cuando los profesores jaliscienses empezaron a tener contactos más firmes con trabajadores de otras ramas y con profesores de otros estados.

De 1910 a 1920, los maestros tuvieron unas ligeras mejoras salariales, pero su situación como trabajadores no cambió, sus organizaciones sólo fueron de tipo mutualista y cultural; lo primero para recibir alguna ayuda económica en casos urgentes o que la recibieran sus deudos cuando él muriera, y lo segundo para asistir a reuniones académicas o recibir publicaciones que le aconsejaban cómo mejorar su trabajo, pero no se forman auténticos sindicatos de profesores debido a la prohibición expresa del gobernador Manuel M. Diéguez. Y a que los mismos maestros se consideraban con un status social diferente y no se unían con obreros y campesinos, por lo menos no compañeros de clase.

A partir de la década de los años veinte las circunstancias empezaron a cambiar. Los maestros de otros estados y de la capital de la República estaban avanzando mucho en su organización y realizaban constantes actividades para lograr la unión de todos los maestros del país. Entre estas actividades hubo una serie de congresos nacionales de maestros de los cuales el tercero se realizó en Guadalajara, en enero de 1922, congreso que trajo a esta ciudad nuevos aires políticos y magisteriales, discutiéndose aquí las ideas del anarquismo.

En este congreso la mayoría se decidió por luchar a favor de tres principios fundamentales: considerar al maestro como parte del proletariado, luchar por su sindicalización e impulsar la escuela racionalista.

Nada fácil había sido llegar a esas conclusiones en una ciudad que se distinguía por su conservadurismo y con representantes de las corrientes e intereses educativos más disímbolos, pues lo mismo estaban profesores provenientes de los estados más revolucionarios de la época, como Yucatán, Tabasco y Veracruz, que profesores de escuelas particulares de Guadalajara que defendían los intereses clericales y conservadores, de manera que el enfrentamiento ideológico pasó de la violencia retórica a la agresión física y al disparo de armas de fuego.

Pero al final de cuentas se aprobó un conjunto de ponencias que pretendían darle un nuevo rumbo a la educación escolar en México, destacando la primera que decía."El magisterio es parte integrante del proletariado, entendiéndose por esto a todos los que necesitan trabajar manual e intelectualmente para vivir, y deberá adoptar los medios de lucha que necesita para conseguir la realización de sus ideales y mejoramiento social y económico".

Estas declaraciones no dejaron de inquietar a los funcionarios públicos y a los propios profesores jaliscienses que no habían vivido un proceso de concientización y le llegaban de repente las nuevas orientaciones. Con todo y su origen popular y su

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