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Ejercicio De La Etica Profecional


Enviado por   •  10 de Marzo de 2014  •  4.120 Palabras (17 Páginas)  •  291 Visitas

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La disciplina que estudia al hombre como ser moral es la ética o filosofía moral, nombres que corresponden a ethos, costumbre, y mos-moris, moral.

La ética es una parte de la filosofía, de ahí que su método y características de investigación han de concordar con los de esta disciplina. La filosofía es una refle¬xión cuya fuente de verdad es fundamentalmente la razón, aspira a una coherencia lógica suficiente para cimentar su discusión rechazando las vías que conducen a la negación de la verdad. La filosofía tiene como objeto de estudio al ser en su totalidad, —incluido al hombre—; es la búsqueda de los fundamentos, de su sentido último y de las relacio¬nes del ser. La problemática que se propone esclarecer la ética se desprende del acto moral como algo real y concreto, al que —al aplicársele los criterios filosóficos— habrá de ser fundamentado, esclareciéndose sus estructuras y relaciones esenciales. Al ser la ética parte de la filosofía, la ética habrá de exhibir un carácter de uni¬versalidad, mediante el cual será capaz de abarcar su objeto, el acto moral, como un todo, enfocándolo desde todas las perspectivas que la razón le dicte, buscando con ello un concepto abstracto y general, pero al mismo tiempo concreto y particular, atendiendo a consideraciones empíricas.

La ética en su significación de costumbre, de moral, nos lleva a pensar en la activi¬dad del hombre, la que le es propia, que le marca, que le caracteriza, (carácter, hue¬lla, traza, marca).7 De la misma manera podríamos pensar en lo que le es propio al caballo o a la piedra; sin embargo, carácter y moral son algo más que lo propio, son algo exclusivo, algo que con ningún otro ser se comparte, que sólo el hombre posee. De este acto exclusivo del hombre, la filosofía en sus inicios no se ocupó en forma especial, aunque desde siempre, hizo alguna alusión a este carácter moral. Sócrates (470/469-399), filósofo ateniense, es considerado como el fundador de la filosofía moral. A diferencia de los filósofos presocráticos, quienes se preocuparon más que nada por la naturaleza, Sócrates, según Aristóteles, "no se extiende de nin¬guna manera al estudio de la naturaleza total, sino se mantiene tan sólo en la esfe¬ra de lo moral". No es sino hasta Aristóteles (n. en Estagira, Macedonia 384-322) que el estudio del acto moral se consideró parte de la filosofía; el estagirita llama a la ética por vez primera filosofía moral en su libro los Segundos Analíticos

El sabio ocupa un lugar especial en las diferentes culturas, así el mago, el sacer¬dote y el anciano; gracias a su conocimiento y experiencia son considerados fuen¬tes dignas de ser escuchadas y hasta imitadas por los demás individuos de la comunidad. De alguna manera el sabio siempre enseña, siempre comparte su sabi-duría y es respetado y reverenciado; el sofista cambia sin embargo el sentido de es¬ta enseñanza, en primer lugar, cobra por enseñar y en segundo lugar deja expuesta la parte más débil de la posibilidad y la certeza del conocimiento. El discernimiento entre lo que le corresponde hacer o no hacer al hombre según la sofística, no está ligado a ninguna realidad que no sea el hombre mismo, en es¬to, por una parte, hay un elogio al conferirle al individuo un alto grado de confian¬za, un reconocimiento a su dignidad, a su status de superioridad por sobre la naturaleza y aún por sobre los demás individuos de la comunidad, es una exaltación de la individualidad, base de la libertad, que se enfrenta a la determinación causal de la naturaleza Pero por otra parte esta actitud muestra también su incapacidad de ir más allá de, su, verdad, la cual es la única guía de conocimiento, lo que conlleva la dificultad de arribar a razones suficientes más allá de la propia percepción particular, de esto último se desprende el sentido utilitarista y práctico de la sofística.

El relativismo de la sofística impide elaborar juicios morales radicales con base en lo malo o lo bueno en sí, más bien el juicio moral atenderá a una doble moral, parcial, de conveniencia y situación.Contra el relativismo de los sofistas, y tratando de superarlo, se pronuncia Sócrates, nacido en el Demo de Alopeke, Atenas 470/469 y muerto en 399, fue condenado a beber la cicuta por los delitos de corrupción de la juventud e impiedad, al negar la existencia de dioses oficiales e introducir dioses nuevos (asebeia). Su discurso en vez del estilo ampuloso y del monólogo retórico, es un diálogo franco, directo, de pre¬gunta concisa; Sócrates hace uso de la ironía y en muchas ocasiones cuestiona de tal forma que confunde y enoja a sus interlocutores. Su método se conoce como Ma-yéutica (arte de dar a luz).

Sócrates se preocupa por su ciudad en decadencia, debilitada según el filósofo por la obra de los sofistas y otros filósofos escépticos, que sólo habían logrado co¬rromper al hombre desviándolo de la única preocupación importante: la preocupa¬ción del hombre por sí mismo, por su bien vivir (eupraxia).

Al igual que a todos los seres les corresponde un bien, al hombre también le co¬rresponde el suyo: la felicidad (eudaimonia). El deseo de ser feliz le es connatural al ser humano, pero la felicidad no es un bien en sí mismo, sino que está representa¬da por diversos bienes, como por ejemplo, la sabiduría, lo agradable, el valor, la ri¬queza, la salud, etc. Cada uno de estos bienes será útil para algo en particular fácil darse cuenta de la importancia que reviste el estudio de esta disciplina en su preocupación por dar respuesta a los problemas que se han ido develando a partir de un hecho indiscutible: la naturaleza moral del hombre hecho por demás complejo, que lo define tanto como la racionalidad. Lograr definir exactamente al hombre sería poder conocer de una vez por todas el sentido de su existencia, saber lo que le es verdaderamente prioritario, lo que realmente él necesita y por ende, qué es aquello que pudiera hacerlo plenamente feliz, anhelo éste —al parecer—, de to¬do ser humano; en una palabra, entender al hombre es entender su naturaleza mo¬ral. La moralidad es el carácter del hombre en tanto que es capaz de actuar en correspondencia con el bien y establecer juicios en función de este valor moral.

Según Kant, la moralidad se opone a la legalidad, para él la moralidad es tal, só¬lo y cuando el único móvil de la acción, sea la idea del deber por el deber mismo, en tanto que la legalidad sólo representa la correspondencia de la acción con la ley moral aún en ausencia de la idea del deber. La moralidad es un hecho y por lo mismo puede ser descrito, explicado, de modo que puede hablarse de moral descriptiva y de una moral normativa. La moral descriptiva no ofrece normas mediante las cuales las acciones huma¬nas puedan ser consideradas

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