El Amor

Si tratáramos de entender lo que es el Amor romántico tendríamos que buscar en el tiempo lo que ha ido significando para cada cultura y cada siglo de la historia. Por ejemplo: El amor en la cultura oriental, aparece como algo metafísico, más bien una necesidad y el amor en occidente ha evolucionado a lo largo de los siglos y ha adquirido diferentes significados.

Pero el amor romántico se menciona hace mucho tiempo atrás, en la época de los griegos y las mitologías, como la del dios Eros; en el pensamiento griego existen dos aspectos del amor, el primero en el que Eros encarna la fuerza del amor erótico y el segundo donde Eros dirigía la fuerza primordial del amor y la llevaba a los mortales; Platón, fundador de la filosofía del amor, nos habla del amor como una mezcla de la belleza, la verdad y el bien; como unas ganas de perfección, de alcanzar lo absoluto y la inmortalidad.

La filosofía platónica es amor a la sabiduría en la que “Eros” desempeña un papel muy importante de mediador entre el mundo sensible y el inteligible.

La historia que hemos estudiado a través de los años nos revela cómo el amor durante siglos se daba fuera del matrimonio y las relaciones amorosas entre mujeres y hombres se daban bajo otras ideologías.

Si nos remontamos a la antigua Grecia, las relaciones estaban fuertemente relacionadas con el sexo y el placer, donde en ocasiones aparecía el amor romántico, todo esto iba separado del matrimonio donde el sexo tenía como finalidad la procreación y no el amor. Igualmente en el imperio Romano, el placer erótico estaba separado del matrimonio y ligado a conquistas esporádicas. En la Alta Edad Media vemos cómo el amor surge bajo el nombre de amor cortés como característica de las aventuras sexuales de los aristócratas, en una época en la que la sexualidad era de poca importancia para el matrimonio, por lo que las personas solían tener amantes con quienes sí compartían un apego mucho más amoroso. Es con la llegada del amor romántico cuando el matrimonio se convierte en una demostración de amor con la reestructuración social que esto conlleva. (Mónica Saiz Martínez)

En el siglo XVIII donde nos encontramos con un nuevo discurso sobre el amor, basado en el pensamiento ilustrado, que elogiaba las buenas relaciones entre los hombres y las mujeres; se fueron dando características y cualidades que lo definían, una de las más importantes es que convirtió al amor en un sentimiento que se encontraba en los humanos como una disposición interior. Este amor que llenaba de virtudes a hombres y mujeres, encontraban su opuesto en el amor sin cualidad, el cual no se justificaba en ninguna condición valiosa de la persona, sino que se producía por razones insustanciales e intangibles. Fue entonces cuando con la relación amor-matrimonio, se fundó la ilusión del amor romántico.

El Amor romántico nace en la expectativa de que un ser humano cercano colme a uno de satisfacción y felicidad existencial. Este sentimiento idealiza en cierto grado a la persona de dicha expectativa.

En Francia, en el siglo de las Luces, fue donde más se escribió desde un punto de vista filosófico sobre el amor, una de las publicaciones de la Enciclopedia de Diderot y d’ Lambert resalta la diferencia del amor razonable y ordenado, de la nueva sociedad de los desórdenes de la pasión:

“Las costumbres no tienen nada que temer al amor; éste no puede sino perfeccionarlas; es el amor el que hace al corazón menos duro, el carácter más sociable, el humor más complaciente” (Enciclopedia, voz “Amor”) (1751: 72)

El amor romántico nunca ha tenido tanta

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