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El Corazón Del Hombre-erich Fromm

BlissVmpKr2 de Abril de 2013

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“El corazón del hombre”

Erich Fromm fue un destacado psicoanalista, psicólogo social y filósofo humanista de origen judeo-alemán. En su libro el corazón del hombre expone, según él mismo en el prologo, las ideas de muchos de sus libros: El miedo a la libertad donde trata el problema de la libertad y el sadismo, el masoquismo y el instinto destructor; Ética y psicoanálisis estudió el problema de las normas éticas basadas en nuestro conocimiento de la naturaleza del hombre; finalmente, este libro es en algunos aspectos la contrapartida de El arte de amar. Mientras en este último libro el tema principal fue la capacidad de amar del hombre, en el Corazón del hombre el tema principal es su capacidad de destruir, su narcisismo y su fijación incestuosa. Sin embargo afirma que aunque ocupa la mayor parte de las páginas el estudio del desamor, también se trata el problema del amor en un sentido nuevo y más amplio, a saber, el amor a la vida.

Empezamos el libro con la cuestión de si el hombre es lobo o cordero. Hay quienes piensan que el hombre es un cordero, que se le puede manipular fácilmente y que seguirá a los otros. Quienes piensan que el hombre es lobo creen que el ser humano es naturalmente violento y destruirá tolo con lo que alguna vez tuvo contacto. Sin embargo también plantea la cuestión de cuantos hombres son corderos y cuantos lobos, pensando en Hitler, en ese genocidio organizado por él nos podemos dar cuenta de quién fue el lobo. Pero hay algo que no tomamos en cuenta, estoy de acuerdo que muchas personas son corderos, que todos hasta cierto punto tenemos algo de eso; pero no siempre nos dejamos llevar por un lobo. En una granja existe el peligro de que llegue un lobo y se coma a las ovejas en un descuido del incauto pastor, esto sin duda se repetiría varias veces con facilidad, sin embargo hay un héroe en la ecuación, el perro pastor. Durante décadas este perro ha pastoreado a los corderos, llevándolos sanos y sanos de vuelta al corral y defendiéndolos en caso de un ataque de lobo. Este perro, aunque se parezca al lobo no lo es, porque ayuda a las ovejas en lugar de causarles un mal. Así que por lo tanto yo dividiría a la humanidad en tres: las ovejas, los lobos y los perros pastores.

Ahora ya hemos dado un ejemplo de un lobo, uno que sin duda yo llamaría como él mayor lobo que ha asechado nuestro mundo. Lo que yo quiero es ejemplificar mi analogía del perro pastor, pongamos como ejemplo al Dr. Martin Luther King. En un país dominante de racismo y prejuicios, el Dr. King se alzó entre miles de afroamericanos con la idea de un cambio, este perro pastoreo a miles de ovejas con el único fin de obtener igualdad por medio de una lucha pacífica, triunfó. Miles de seres humanos han sido lobos, pero así mismo han sido perros pastores, lo que tienen en común es a donde llevan a los corderos. Pienso que cada uno tiene una parte de todo, una parte de lobo, una de cordero y una de perro; las circunstancias y el carácter de cada persona es lo que define que dejamos a relucir en determinadas ocasiones.

El antiguo testamento no llama al hombre como corrompido esencialmente, no mencionan ni siquiera la palabra pecado. La desobediencia, en cambio, es una condición que hace que se conozca a sí mismo, Fromm llama a la capacidad de tomar sus propias decisiones como el primer paso hacia la libertad. Pero así como el ser humano no es malo esencialmente tampoco es bueno, si un hombre hace el mal, este seguirá haciendo el mal y endureciendo su corazón. Da la impresión que cualquier persona que haya cometido un mal muchas veces no es capaz de redimirse, creo que todo radica en las circunstancias, si en estas hay un incentivo que te provoca a cometer el mal y no refrenas tus impulsos cada vez será más fácil cometer actos mucho peores, pero puede haber algo que en lugar de influenciarte al mal te puede influenciar al bien.

La actitud cristiana es diferente. La desobediencia de Adán se toma como un pecado. El pecado original. El cual el cometió y condeno a todos sus hijos a perecerlo. Solamente el sacrificio del hijo de Dios nos salvaría de este pecado. Pero este dogma no dejo de aparecer una y otra vez en la Iglesia. Los humanistas del renacimiento intentaron debilitarlo sin atacarlo directamente como muchos herejes. De ahí sale Lutero. Sostienen que “que toda la maldad del hombre no era más que resultado de las circunstancias y, por ende, que el hombre no tenía en realidad que elegir. Cámbiense las circunstancias que produce el mal, y se manifestará automáticamente la bondad original del hombre”. Esto demuestra claramente mi opinión anterior, las circunstancias tienen un peso enorme en las acciones del hombre. Sin embargo Fromm rebate este punto diciendo que es un pensamiento demasiado optimista y que no deberíamos dejarnos llevar por él. Dice que es difícil no ver la potencia y la intensidad de la capacidad destructora humana. Sin embargo dice que tampoco hay que tampoco es bueno dejarse llevar por el pensamiento de que el hombre es fundamentalmente malo. El apoya un equilibrio entre las dos doctrinas. A demás explica que las guerras son meramente decisiones de los líderes políticos, lo que nos lleva de nuevo a la idea de los lobos y los corderos, dejando a los líderes políticos como los lobos; sin embargo el opina que todos tenemos la misma capacidad de hacer el bien o el mal. Cosa con la que estoy completamente de acuerdo, regresándome a mi ya muy mencionada idea de las circunstancias en las que el hombre hace el bien o el mal dependiendo del contexto en las que surjan las acciones.

Finalmente acaba el capitulo exponiendo los tres fenómenos que en su opinión constituyen la base de la forma más maligna y peligrosa de la orientación humana; son el amor a la muerte, el narcisismo maligno y la fijación simbiótico-incestuosa. Combinándose todas en dos síndromes: el síndrome de decadencia que es el que mueve al hombre a destruir por el gusto de la destrucción y a odiar por el gusto de odiar; y el síndrome de crecimiento, que consiste en el amor a la vida (opuesto al amor a la muerte), el amor al hombre (opuesto al narcisismo) y la independencia (opuesta a la fijación simbiótico-incestuosa). Sólo en una minoría de individuos aparece plenamente alguno o los dos síndromes, que es innegable que cada individuo avanza en la dirección que ha elegido: la de la vida o la de la muerte, la del bien y la del mal. La libertad es algo que todos los hombres poseemos, pero no todos tienen la capacidad de manejarla.

Hay varios tipos de violencia, se distinguen por sus diferentes motivaciones inconscientes. Según él a forma de violencia más normal y no patológica es la violencia juguetona o lúdica; que es la violencia que utilizamos para ostentar destreza, no para destruir, y no es motivada por odio ni impulso destructor; como por ejemplo en algunos juegos o deportes. Todos utilizamos este tipo de violencia alguna vez, especialmente cuando somos niños, ahora con el avance de la tecnología podemos hacer uso de esta violencia en los afamados juegos de video, pues todos, por muy inocentes que se vean tienen cierto grado de violencia.

El segundo tipo de violencia es la violencia reactiva, que es la que se emplea en la defensa de la vida, de la libertad, de la dignidad, de la propiedad, ya sean las de uno o las de otros. Tiene sus raíces en el miedo, su finalidad es la conservación, no la destrucción. Es como una reacción hacia otra violencia, por ejemplo, normalmente si una persona agrede a otra, esta se defenderá agrediendo a la otra persona también, esto crea una cadena interminable de agresiones en las cual ellos piensan que el primero en ceder será el débil.

El tercer tipo de violencia es la violencia vengativa. Es cuando un individuo le ha hecho daño a otro, un daño que ya está hecho, el primer individuo siente la necesidad de “equilibrar la balanza” e intentara causarle un daño igual o mayor a su agresor para hacerlo. Mentiría si dijera que el deseo de venganza jamás me ha consumido, sin embargo es parte de tu razón, educación y costumbres la elección de ejecutarla o no. Sin embargo, como se dice “el tiempo todo lo cura”, si lo permites, si lo dejas pasar, poco a poco el deseo de venganza ira menguando. El material psicoanalítico que nos menciona Fromm demuestra que la persona madura y productiva es menos impulsada por el deseo de venganza que la persona neurótica que encuentra dificultades para vivir independientemente y con plenitud. En psicopatología grave, la venganza se convierte en el fin predominante de la vida, ya que sin venganza amenazan hundirse no sólo la estimación de sí mismo, sino el sentido del yo y de identidad. Dice que analizar a las sociedades primitivas en su deseo de venganza es muy complejo y difícil.

Un concepto que está muy relacionado con este último tipo de violencia es el “quebrantamiento de la fe”, que sucede con frecuencia en la vida de un niño. El niño comienza su vida con fe en la bondad, el amor, la justicia, etc. Normalmente puesta sobre un ser muy cercano a él o al mismo Dios. Pero puede ocurrir algún acontecimiento que hace que el niño pierda esa fe que tenia. Como por ejemplo, un niño podría sufrir un quebrantamiento de fe hacia Dios si alguna de sus mascotas que él quería mucho este niño sufrirá y cambiara su idea de que Dios es bueno y justo, por lo tanto creara un pequeño resentimiento contra él por haber roto su fe. Pero no es preocupante que él pierda la fe en una persona o ente, sino en la vida misma. Esto no es tan grave a una edad temprana, porque normalmente no recordamos muchas cosas a esas edades, lo malo es cuando sufrimos esto mas grandes, como el engaño de una pareja o algo así. Pudiendo afectar la vida del individuo

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