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Síntesis del libro "El corazón del hombre" de Erich Fromm.


Enviado por   •  27 de Noviembre de 2016  •  Síntesis  •  6.755 Palabras (28 Páginas)  •  630 Visitas

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  1. EL HOMBRE, ¿LOBO O CORDERO?

Muchas personas creen que los hombres son corderos, pero hay otras que piensan que los hombres son lobos, ellos consideran que el hombre es cordero ya que este es fácilmente manipulable, a tal grado, de seguir a líderes que los llevan a guerras que solo les causaran desgracia, tal pareciera que los hombres fueran como niños fácilmente manipulables a las voces estrictas o suaves.

Pero si el hombre es considerado cordero, ¿Por qué no actúa como tal? La historia nos ha mostrado como el hombre en diferentes etapas y circunstancias ha sido violento. Por ejemplo: Talaat Pacha aniquilo millones de armenios, Hitler aniquilo a millones de judíos, Stalin aniquilo a millones de contrarios políticos, pero estos hombres no pudieron aniquilar tantas vidas por si solos, necesitaron de otros hombres que asesinaran por ellos, estos hombres no lo hacían solo siguiendo una orden sino buscando un placer. Observamos por todos lados la maldad del hombre contra el mismo hombre, la indiferencia de los corazones duros frente a las cosas negativas y violentas que ocurren a su alrededor, estas observaciones llevaron al pensador Hobbes a concluir que “el hombre es un lobo para el hombre”.

Dado estos hechos podríamos suponer que el instinto natural del hombre es la malicie y la destrucción, basado en este supuesto se podría decir que el hombre común es un lobo disfrazado de cordero esperando a liberase de las prohibiciones que no le han permitido mostrar su verdadera personalidad como bestia. Este supuesto no es totalmente convincente ya que existen muchas personas que aun teniendo la posibilidad de actuar como un lobo sin ser incriminados no lo hace ya que aborrecen ver actos de abuso y de maldad.

Los lobos anhelan la destrucción y los coderos siempre quieren imitarlos, por esta razón es tan fácil para los líderes de guerra persuadir a los corderos para que destruyan por ellos con argumentos inventados que motivaran al cordero a actuar como un lobo. Tal vez es cierto que la naturaleza humana es destruir y los lobos solo lo hacen sin hipocresías comparado con el resto, pero si se está convencido de que la naturaleza del hombre es destruir, ¿Por qué oponerse a los lobos? si todos somos lobos pero en diferente medida, pero si se piensa de esta forma nuestra voluntad para resistir a la destrucción cada vez será menos.

Para quien haya tenido una amplia trayectoria como psicoanalista sería difícil minimizar la fuerza destructora que hay en un hombre, es muy difícil detener o canalizar esta energía destructora hacia un buen camino.

Existe el peligro que la impotencia de la gente ante estos cada vez peores actos, la haga acostumbrarse a aceptar cada vez más crecientes actos de corrupción y maldad, y que esto alimente la negativa opinión de que: “no puede evitarse la guerra  porque es la naturaleza destructora del hombre”.

Las guerras son propiciadas por líderes políticos, militares y de negocios para verse favorecidos en beneficios y riquezas, este tipo de hombres son los que más causan daño y no porque sean malos (tal vez en la vida normal serian incapaces de hacer algún mal) sino que al momento en que adquieren tal poder político o militar se corrompen por este. Se puede concluir que “el hombre ordinario con poder extraordinario es el principal peligro para la humanidad, y no el malvado o el sádico.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        

  1. DIFERENTES FORMAS DE VIOLENCIA.

En este capítulo Erich Fromm cree prudente analizar algunas formas de violencia menos patológicas para así poder comprender mejor las formas de destructividad mas graves, patológicas y malignas.

La violencia juguetona o lúdica es considerada la forma más común y benigna, ya que esta se enfoca principalmente en ejercer destreza y no destructividad y no es motivada por el odio ni por deseos destructivos, el esgrima es un ejemplo de violencia lúdica, sin embargo, en la búsqueda del triunfo inconscientemente se muestra un instinto y destructor pero este es opacado por el deseo de triunfo.

La violencia reactiva es un poco más fuerte que la anterior sin embargo no se considera tan maligna ya que esta solo se usa para defender la vida propia o de otras personas, así como también la libertad, la dignidad y la propiedad, esta es la forma más común de violencia ya que su origen es el miedo. La violencia reactiva está a favor de la vida y en contra de la muerte; su finalidad es el bien y no el mal. Con frecuencia los jefes políticos y religiosos manipulan a sus seguidores para que estos ejerzan la violencia reactiva, asegurándoles que sus vidas y su libertad están en “peligro”, de ahí viene la clasificación de guerras justas y guerras injustas, si estas personas de países civilizados no fueran manipuladas de esta forma seria difícil inducirlas a quitar la vida o entregar la suya, ya que estas no verían amenazada su vida o su libertad y en consecuencia no se vería reflejada su violencia reactiva.

Otro caso seria la violencia por frustración, esta se ve reflejada en los hombres y en los animales cuando estos fracasan en el intento conseguir un fin deseado como podría ser una necesidad, desencadenado de esta frustración el sujeto reacciona violentamente para obtener el fin deseado, generalmente vuele a fracasar. La envidia y los celos son generados por la frustración que se produjo y estos a su vez generan hostilidad y odio.

Erich Fromm considera a la violencia vengativa un paso más cercana a ser una patología ya que en esta a diferencia de la violencia reactiva, el daño ya ha sido hecho y el receptor del daño que es impotente e invalido en la vida solo busca regresar el mismo daño que le han hecho utilizando la famosa Ley del Talión: “ojo por ojo y diente por diente”. En cambio el hombre que en su vida es independiente y productivo siente muy poco la necesidad de venganza o de plano no la siente. Cabe señalar que este sentimiento de venganza se origina mucho más en sociedades primitivas que en las sociedades más civilizadas, ya que las primeras al tener tanta escases convierten la venganza en un medio para reparar esa necesidad.

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