El Error Platónico

Bien Alicia, pues de lo que hoy vengo hablar es acerca de eso que quiero llamar “El error platónico”, un error que continuamente podemos estar cometiendo a diario y por lo tanto vamos a acercarnos brevemente a eso de la teoría de la ideas de Platón, pero desde luego lo primero que quiero es que la gente se desengañe y que no empiece a pensar que esto es una historia que se inventó un tío muy chiflado. Más bien este autor nos dice nos dice algo que puede tener un sentido, es decir que puede servirnos para entendernos mejor a nosotros mismos. Dicho esto, lo que pretendo no es sino romper la visión sucia de que un autor como este no sirve para nada, porque evidentemente si la filosofía no sirve para pensar ni para entender ciertos aspectos de la realidad, pues se queda en poco más que una historieta.

Así pues y como sólo tengo 5 minutos intentaré ser breve. De forma resumida y antes de terminar en la reflexión a la cual quiero llegar, creo que es obligatorio explicar antes qué narices es eso de la teoría de las ideas platónicas o al menos qué entienden el común de los mortales por ideas platónicas.

Esto es fácil porque lo primero que se nos ocurre cuando escuchamos eso de teoría de las ideas es que dichas Ideas no existen y esto se ve cuando alguien dice la famosa frase de “este es un amor platónico” o aquello de “el amor perfecto no existe”, así que aceptamos que esto es así y da la sensación que nos resignamos a convivir con lo primero que caiga, esto es sólo un ejemplo. Sin embargo a continuación quiero que veamos cómo ese mismo argumento que usamos para desprestigiar a Platón se vuelve en cierta manera contra nosotros mismos para mostrarnos que somos todavía más platónicos que él mismo, precisamente por vivir, sin darnos cuenta con ideas, ¿en qué sentido estamos siendo más platónicos por pensar lo contrario al autor? Si nos preguntamos cada uno de nosotros cómo se define nuestra vida, parece coherente decir que mi vida ha sido hacer tal o cual cosa y, en el día de mañana conseguir tales o cuales cosas; podríamos decir por tanto, que nuestra vida queda definida por expectativas cumplidas y expectativas que se van a cumplir a largo plazo y en el presente más inmediato.

¿Por qué esto es ser platónico, podríamos preguntarle a Platón de nuevo? Por poner un ejemplo y discutiendo con él, podríamos decirle que para nada somos platónicos; que desde pequeños hemos querido trabajar como policías y vemos que tras estudiar para ello varios años y aprobar una serie de exámenes por fin, hemos conseguido unas de nuestras expectativas: la hemos hecho realidad.

La pregunta que podría ahora devolvernos nuestro interlocutor griego sería: ¿realmente estamos cumpliendo una expectativa? Pues a pesar de nuestra explicación anterior, aun cabría pensar por parte de Platón que en absoluto estamos cumpliendo una expectativa, ¿cómo puede ser esto, le diríamos otra vez?

Pues bien, una vez planteada la cuestión creo que no nos equivocamos si decimos que cuando llegamos a ser policías, dicho trabajo no se define por haberlo conseguido en un momento concreto en el tiempo; ser policía no es aprobar un examen y pasar unas pruebas, sino que más bien es ejercer como tal a cada segundo, a cada

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