El Humanismo Marxista

AUTOR: BILLY JOSÉ ALBARRÁN PARDO

CAPÍTULO SEGUNDO

EL HUMANISMO MARXISTA

¿Es el marxismo humanismo? ¿Cuál es el pensamiento de Marx sobre este tema? Son las interrogantes que se plantea Pierre Masset para iniciar la búsqueda del humanismo marxista.

Bien es cierto, que el humanismo consiste en reconocer al hombre como hombre frente a los demás y frente a cualquier circunstancia histórica que de vez en cuando sufre la humanidad entera. Miró Quesada (1992) en su libro Hombre, sociedad y política, concibe el humanismo de la siguiente manera:

El humanismo consiste en reconocer al hombre como hombre. Frente a privilegiado que separa a los hombres en dos grupos, los superiores y los inferiores, el humanismo se yergue para afirmar la unidad de todos los hombres, para reconocer la dignidad y la nobleza de su condición humana, para luchar por su liberación total y definitiva (p.104).

Es así, como lo entiende y lo interioriza Marx. Es esta forma de humanismo lo que Marx va a defender frente a cualquier tipo de alienación, pero sobre todo frente a la alienación socio-económica que se manifiesta en el trabajo. Alienación que convierte al trabajo en polo opuesto al hombre. Tal es así, que opaca la conciencia del hombre, ya que si el hombre es conciente de su humanidad dignificada, da vida a su ser, crea su propia verdadera esencia y se crea como hombre. Por lo tanto, para poder dar inicio a esta búsqueda del humanismo marxista partimos de la adolescencia e influencias que recibió el joven Marx.

1. VOCACIÓN HUMANISTA DE MARX

Desde la adolescencia de Marx se puede apreciar un interés muy particular en la forma de concebir al hombre, es decir, bajo su aspecto más noble, su humanidad. Humanidad que le lleva a luchar contra cualquier tipo de influencia ante el dolor del otro, del hermano.

Pero, ¿quiénes influenciaron en fomentar este sentimiento humanista en el joven Marx?

El primero de todos fue su padre, por quien siempre guardó una profunda admiración. Luego sería el barón Luis de Westphalen quien contribuyó en la orientación de sus inquietudes a las preocupaciones sociales y a la vez fue él quien lo encaminó hacia la personalidad de Saint-Simon uno de los ejes principales del socialismo utópico. También encontramos a su profesor Gans, saint-simoniano convencido que sostenía que la esclavitud no había desaparecido sino que continuaba en las fábricas; a la vez que abogaba por un despertar de la conciencia proletaria, condición de una verdadera liberación. Y por último, está la influencia de Feuerbach con su escrito sobre “La esencia del cristianismo”, que condujo a Marx a separarse de la concepción hegeliana (en sentido abstracto y reducido al espíritu) para dar paso a la noción de Feuerbach del hombre real, concreto y sensible. Que según Pierre Masset se trata de una problemática real del hombre, de una antropología de la alienación.

Esta nueva concepción del hombre servirá a Marx para decir que el hombre esta alienado por el trabajo en las condiciones de la alienación capitalista.

De tal manera, que esta alienación constituye una problemática real, que siguiendo la línea de Pierre Masset sería una antropología de la alienación.

Por otro lado, una de las primeras señales de su humanismo va a ser la disertación presentada en el Liceo de Tréveris en el año 1835, bajo el tema de “Reflexión de un jóven sobre la elección de carrera, donde dice, que el fin del hombre consiste en el ennoblecimiento de la humanidad. En la parte final de esta disertación va a manifestar lo esencial de su humanismo, tal como lo expresa López Trujillo en su libro Liberación marxista y liberación cristiana (1974), citando a A. Cornu, oc. p.65, con las siguientes palabras:

La historia presenta como lo más grande entre los hombres a aquellos que se han ennoblecido trabajando por el bien de todos…La religión nos enseña que el Ser ideal, al que cada uno aspira a imitar, se sacrificó por el bien de la humanidad…Una vez escogida la carrera que nos permita actuar mejor en bien de la humanidad, las cargas que entonces nos echamos encima no nos debería abatir, ya que constituyen el sacrificio que asumimos por la felicidad de todos (p.55).

De esta manera, queda reflejada la vocación del hombre como el esfuerzo por la humanización de los demás. El hombre, en Marx, no puede estar exento del sufrimiento del otro porque ambos tienen algo en común que los vincula, la sociedad. En esta sociedad que encierra sus alegrías y tristezas y que a la vez están llamados a transformarla.

a) Noción del hombre total

Otro aspecto importante en el humanismo de Marx, es que éste no pretende enfocar un hombre parcial, mutilado sino en toda su totalidad de ser humano. Es así que López Trujillo (1974), en su mismo libro hace hincapié de la siguiente manera:

Por eso veremos que tanto la metafísica como la filosofía no presentan al hombre como totalidad sino parcialmente. La primera, enfoca al hombre “por lo absoluto de un decreto y poner una sustancia espiritual…” la segunda, tenía una visión estrecha, parcial, pues definía al hombre por uno de sus atributos: la razón (p.66).

Esta forma separada de presentar al hombre no puede abarcar al hombre concreto y total, ya que éste es un ser espiritual pero a la vez racional. Mientras que la metafísica sólo presenta el concepto de hombre y la filosofía estudia sólo su racionalidad, podemos notar que este hombre concreto está vinculado dialécticamente a su progreso, es un hombre es devenir que se va constituyendo como tal al entrar en relación con la naturaleza y con los demás.

Esta realización del hombre en su devenir está unida a la necesidad de transformar el mundo para vivir mejor, de tal manera que humanizando el mundo él mismo se humanice, reafirmando así su esencia de ser humano racional, constituido de inteligencia y voluntad.

Esta necesidad de transformar el mundo lo encontramos en la tesis décimo primera de Feuerbach, en la que Marx llama a la transformación del mundo: “Los filósofos no han hecho más que pensar el mundo, mientras de lo que se trata es de transformarlo”.

De tal manera, que todos estos elementos vendrían a ser la base de toda la doctrina de Marx, o al menos, el inicio fundamental para la elaboración de la teoría de la liberación marxista del hombre.

b) Humanismo socialista

El humanismo de Marx en torno a la sociedad, es que él entiende

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