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El Marxismo Humanista

gtenesis5 de Mayo de 2013

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EL MARXISMO HUMANISTA

El marxismo es el conjunto de movimientos políticos y filosóficos derivados de la obra de Karl Marx, filósofo y periodista revolucionario alemán de origen judío, quien contribuyó en campos como la sociología, la economía, el derecho y la historia, y de su amigo Friedrich Engels, quien le ayudó en muchas de sus teorías. Engels acuñó el término socialismo científico para diferenciar el marxismo de las corrientes socialistas anteriores englobadas por él bajo el término socialismo utópico. También se emplea el término socialismo marxista para referirse a las ideas y propuestas específicas del marxismo dentro del marco del socialismo.

El marxismo humanista (o humanismo marxista) es una rama del marxismo que se enfoca principalmente en los primeros escritos de Marx, especialmente de los Manuscritos económicos y filosóficos de 1844 en los cuales Marx expone su teoría de la alienación. En vez de asumir la tesis de que en la obra de Marx hay un corte epistemológico, se lee al Marx tardío desde perspectivas filosóficas desarrolladas por el joven Marx; no contraponiéndolas. Esta corriente fue criticada por el "antihumanismo" del filósofo marxista Louis Althusser, quien la calificó de revisionista e ideología burguesa. La escuela de la praxis de los años 60 es una representante de este movimiento, así como Salvador Allende quien en su discurso «La vía chilena al socialismo» (de 1971) dijo:

Pisamos un camino nuevo; marchamos sin guía por un terreno desconocido; apenas teniendo como brújula nuestra fidelidad al humanismo de todas las épocas -particularmente al humanismo marxista- y teniendo como norte el proyecto de la sociedad que deseamos, inspirada en los anhelos más hondamente enraizados en el pueblo chileno.

Uno de los exponentes más destacados del humanismo marxista es el filósofo francés Jean Paul Sartre (1905-1980). El político e ideólogo español Fernando de los Ríos (1879-1949) también se relaciona con esta corriente, por su obra El sentido humanista del socialismo (1926). De los Ríos critica con firmeza cualquier tipo de aspiraciones totalitarias y propone un socialismo no revolucionario. Otro es el políticochileno Eugenio González Rojas (1903-1976), ideólogo de lo que él llamó humanismo socialista, que hasta el día de hoy es una de las bases ideológicas principales del Partido Socialista de Chile. Estas escuelas suelen considerar los trabajos de Antonio Gramsci, del joven Georg Lukács, Ernst Bloch, Erich Fromm, Lucien Goldmann y de Roger Garaudy como fuentes.

El término "humanismo" ha sido utilizado con diferentes significados durante la Modernidad. En el Renacimiento se aplicó este término a la tendencia de convertir al hombre en el centro del universo y meta de todo pensamiento; en el Romanticismo del S. XIX se identificó con las corrientes intimistas e irracionalistas que pretendían rescatar al hombre de su disolución en la civilización tecnológica; en el periodo contemporáneo se identificó con diversas reflexiones acerca del destino del hombre, muy relacionadas con el fracaso de la era tecnológica del S XX para resolver los grandes problemas de la humanidad y traer la felicidad universal prometida por la ciencia. Se define un humanismo "marxista", que nace de la propia reflexión de Marx acerca del hombre como hacedor de su propia historia; un humanismo teológico relacionado con el pensamiento cristiano contemporáneo que intenta reforzar una ética personal a partir de las doctrinas religiosas; y por último el llamado humanismo "existencialista", resultado de una progresión de la Fenomenología a la luz de los acontecimientos de la primera mitad del S XX. El presente trabajo pretende abordar toda la historia de esta corriente filosófica a la luz del marxismo y mostrar su importancia y aplicación vigente hoy en la práctica médica.

Reflexionar acerca del hombre, de su lugar en el enigmático universo para hacer tangible su propia esencia, captarla en el movimiento histórico como condición necesaria para comprender el escenario obligado en el cual se desarrolla es atribución sostenida en su historia, del pensamiento filosófico. La mirada racional hacia la naturaleza adquiere valor significativo sólo en función del hombre, que trata de descifrar sus secretos subjetivándola para objetivarse en la misma como producto supremo de la propia naturaleza. La filosofía en tanto que la indagación y búsqueda de la verdad como condición que justifique su propia legitimidad - cualesquiera que sean sus problemáticas específicas, lleva en su propia estructura teórica el problema del hombre, las relaciones entre los individuos que tienen diversas motivaciones en cada etapa de su desarrollo. Muchas son las interrogantes acerca del hombre. Cómo surge, cuál es su esencia, cuál es la relación entre el individuo y la sociedad, bajo cuáles condiciones y causas se enfrenta la naturaleza, cuál es su sentido de la vida, cómo y por qué se mueve de forma pendular entre virtudes morales y comportamientos negativos como son la ambición personal y el egoísmo. También se reflexiona acerca del valor humano de la muerte como fatalidad ineludible.

Todo ello da cuenta de la magna tarea que tiene el pensamiento para hacer diáfana la propia existencia humana.

Ahora bien, las respuestas no son unívocas. Las ideas y concepciones acerca de los propios hombres, acerca de sociedad humana, cuestión de por si filosófica, se enfoca desde ángulos diferentes, desde proyecciones excluyentes clasistas excluyentes y desde épocas y nivel de desarrollo de la ciencia y la cultura disímiles entre sí. Las ideas existencialista, utópicas y marxistas por mencionar algunas, se debaten entre si para reclamar sus derechos de concepción del mundo efectiva y real. Por otra parte, el tratamiento del hombre como objetivo específico de reflexión filosófica ha incluido varias terminologías filosóficas que van desde el antropologismo hasta el humanismo.

El Humanismo Marxista parte de la comprensión del hombre concreto, lo considera como un ser transformador y portador de un sistema de relaciones, la esencia real humana es el conjunto de sus relaciones sociales, y la producción de bienes materiales, su núcleo. , donde la transformación de las relaciones sociales constituye la base para la lucha en su posible emancipación. Convirtió al humanismo en una concepción científica y posibilitó el paso del hombre abstracto al real.

En el presente trabajo nos proponemos mostrar algunas reflexiones en torno a los principios y normas morales que, en nuestra opinión, deben contemplarse en la actividad profesional de la salud a la luz de esta corriente filosófica. Cuando hablamos de principios nos referimos a las exigencias morales más generales, a nivel de la conciencia social, que sirven de criterios en la elaboración de normas más particulares. Estas últimas, prescriben lo que el hombre debe realizar ante similares situaciones, siendo su fuerza reguladora el ejemplo masivo y la opinión social.

El principio humanista de la moral profesional, se toman como instrumento de regulación conductual de los especialistas, de su autoexpresión creadora y son garantía de la efectividad y el prestigio de la profesión. Que se recogerán en un plan de acción, destinado a implementar en la estrategia del centro las variantes pertinentes para lograr los objetivos propuestos en esta investigación.

LA ECONOMÍA COLONIAL: REPARTIMIENTO, ENCOMIENDAS Y MERCEDES DE TIERRAS

La economía colonial basa su nombre en la época en que predominaban las colonias de los países más poderosos de Europa como lo eran España e Inglaterra, en donde existía un monopolio por parte de ellos hacia las tierras y personas que allí habitaban. Por ello, la economía colonial se caracteriza por la comercialización de los productos generados por la tierra, agricultura y minería, luego la ganadería y de manera más incipiente la industria especialmente textil y pequeñas manufacturas.

La historia económica de Venezuela estuvo fuertemente influenciada por el cultivo y la comercialización de cacao durante el período colonial, y de café, durante el siglo XIX e inicios del siglo XX. Puede decirse que, gracias a la economía cacaotera y cafetalera, los venezolanos disfrutaron de algunos momentos de prosperidad, hasta que con la aparición del petróleo la economía venezolana comenzó a depender fundamentalmente de los hidrocarburos. Los productos vitales para sustentar el desarrollo de la hacienda, en lo que corresponde a los oficios bien conocidos por los indígenas, fueron la hechura de botijas, la agricultura y el arrieraje, que no siempre corría por cuenta de la población esclava, pues tanto ésta como la población indígena se destinaban a trabajos de la garradas, vendimias y limpias, entre otros oficios. Cada hacienda tiene un caso particular: mientras las haciendas más grandes, presentan necesidad de mano de obra regular, a pesar de la esclava, las menores sólo tienen algunos casos sueltos. Seguidamente revisamos el descargo correspondiente en el período comprendido entre los años de 1767 a 1800, de siete haciendas seleccionadas para el presente estudio.

La mano de obra indígena: Los indios sometidos quedaron obligados a trabajar para los colonizadores, quienes los utilizaron primordialmente en Las Encomiendas y Las Misiones. Más tarde, la mano de obra negra fue incorporada al trabajo de la Colonia y se utilizó principalmente en las plantaciones de cacao.

Repartimiento, Encomienda y Mercedes de Tierras

Repartimiento: Fue la asignación de indígenas como fuerza de trabajo gratuito para los encomenderos de la América española o para la corona, que tuvo lugar durante la época

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