El Mundo De Sofia

El mundo de Sofía

El jardín del Edén

Sofía Amundsen volvía del colegio con su amiga Jorunn. Al llegar a su casa siempre recogía el correo del buzón. Su padre pasaba la mayor parte del año fuera del país, y su mamá llegaba tarde del trabajo, por ello tenía muchas mascotas.

Recogió el correo de ese día y había un sobre para ella el cual decía ¿Quién eres?, pero no tenía remitente. Ella se puso a pensar sobre esto, incluso meditó frente al espejo haciendo preguntas a la niña que estaba allí, y pensó que no sabía como responder a esa pregunta. Decidió ir a ver si no había nada más en el buzón y había una postal para ella, pero era una postal de felicitación para Hilde Moller Knag de su padre, Sofía no entendía porque le había llegado a ella. También había otro sobre como el primero, este decía ¿De dónde viene el mundo?, después de analizar mucho ambas preguntas no podía responderlas y por más que trataba de encontrarles una lógica por algo ella misma se contradecía.

En la parte de atrás de su casa había una cerca donde ella entraba como en un callejón, el cual usaba como escondite, ella se metía allí cuando quería estar sola porque nadie la encontraba. Ese día se metió al callejón para poder meditar sobre todo lo que había pasado.

Había empezado su día normal como todos los días pero terminó con tres grandes intrigas: quién había enviado las cartas, por qué le había llegado a ella esa postal, y las preguntas que no podía responder. Estaba segura de que las tres cosas estaban relacionadas de alguna forma.

El sombrero de copa

Sofía sentía que ya no le importaban las mismas cosas que a sus amigas ni a todos los demás, ahora le preocupaba saber de dónde viene el mundo.

Ese día Sofía al recoger la correspondencia encontró unos sobres amarrillos para su madre, pero uno de estos era un curso de filosofía, tomó el sobre y corrió dejando su mochila y fue al callejón.

Cuando Sofía abrió el sobre sacó grandes hojas escritas a máquina. Los cuales empiezan a hablar que a la gente le interesan distintas cosas y por esto tienen distintos sentidos para su vida, pero a poca gente le interesa realmente saber de donde viene. Lo mejor para saber esto es acercarse a la filosofía con algunas preguntas filosóficas, como las que le había mandado. Un filósofo griego pensaba que la filosofía nació del asombro del ser humano. Después tiene una comparación de la magia con el universo, el universo es como el sombrero del que sacan el conejo y el conejo es un mundo, solo que el conejo no sabe que es parte de un engaño, y nosotros vivimos en un misterio continuo, o podemos ser bichos minúsculos que vivimos en los pelos del conejo.

Sofía pensaba que el que mando la postal a Hilde no podía ser el mismo que mandaba estas cartas. Entonces encontró otro sobre con su nombre, se lo llevó y empezó a leer. Lo primero que decía es que lo único que se necesita para ser filósofo es la capacidad de asombro, que la mayoría de la gente al ir creciendo vuelven el mundo tan monótono que la pierden. Los filósofos nunca se habitúan al mundo tal como es. Entonces hay que ser un niño que no conoce el mundo o un filósofo, y si no es que estas muy acostumbrado al mundo. Y termina diciendo que como el curso es gratis puede seguirlo o dejarlo.

Cuando la madre de Sofía llegó ella le empezó a hablar sobre las cosas que había leído aunque sin explicarle muy bien, le hacía algunas preguntas filosóficas y su madre no entendía que le decía ni porque le decía. Su madre como creía que estaba hablando cosas sin sentido, le preguntó si estaba consumiendo drogas, Sofía le respondió que no y se rió, dejando el tema a un lado durante ese día.

Los mitos

Sofía al volver del instituto recogió el correo y había una postal de su padre, en la que decía que tenía muchas ganas de volver pero no podía. También había un sobre para ella, se lo llevó al callejón y empezó a leer.

En esta carta empezó por explicar la visión mítica del mundo, por contar que antes como no tenía explicación para muchas cosas como los cambios de estaciones u otros cambios, empezaban a inventar historias que podían ser las explicaciones de lo que pasaba, estas historias son conocidas como mitos. También le ponían un dios a cada cosa para poder decir que él era el responsable de todo lo que pueda suceder, pero no solo era una historia de dios sino una historia completa para cada cambio.

Luego de ver algunos mitos, Sofía trató de inventar un mito propio olvidándose de todo lo que había aprendido en la escuela, inventó una linda historia y con esto se dio cuenta que realmente es necesario tener explicación de todo y entendió porque creaban los mitos.

Los filósofos de la naturaleza

Sofía estaba meditando sobre que relación podría tener el curso de filosofía que estaba recibiendo e Hilde. Cuando llegó su madre le dijo que había una carta para ella, Sofía no la abrió y le dijo a su madre que era una carta de amor, porque prefería que creyera eso a decirle la verdad ya que desconocía el cómo pudiera reaccionar.

El sobre era como el primero, y tenía unas preguntas sobre algo muy extraño, sobre alguna materia primaria, o si se podía crear del agua otras cosas, y aunque se puso a meditar sobre esto no sabía que responder. Al volver del instituto encontró en el buzón otra carta la cual se la llevó al callejón para leerla, primero dice que cada filósofo tiene una meta propia a la que quiere llegar y solo sabiendo esta meta se puede entender bien sus pensamientos. A los primeros filósofos de Grecia los llamaron “filósofos de la naturaleza”, porque a ellos lo que más les interesaba saber es de qué estaba hecho el mundo, si es que había alguna materia primaria de le que se hacía todo.

El primer filósofo conocido fue Tales, de la colonia de Mileto, él decía que el origen de todas las cosas era el agua. El siguiente filósofo fue Anaximandro, también de Mileto, él decía que todo venía de algo que era “lo indefinido”, pero ni él mismo sabía que era esto. El tercero fue Anaxímenes, dijo que todo viene del aire o la niebla. Los tres filósofos coincidía en que había alguna materia de la que todo venía, pero la gran pregunta era cómo algo puede cambiar tanto. Parménides dijo que todo ha existido siempre y que nada cambia, esto lo dijo pensando que los sentidos engañan y por esto él no creía ni siquiera en lo que veía. En la misma época vivió Heráclito quien dijo que todo fluye y que nada puede volver a ser lo mismo, además que si el mundo no tuviera tantas contradicciones

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