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El Principe


Enviado por   •  24 de Octubre de 2013  •  1.447 Palabras (6 Páginas)  •  220 Visitas

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EL PRINCIPE

Esta obra fue publicada en 1532, cinco años después de la muerte de Nicolás Maquiavelo. Fue dedicado a Lorenzo de Mécidi, donde a lo largo de veintiséis capítulos el autor reflexiona las cualidades para que un PRINCIPE o gobernante asegure su poder.

El autor durante los primeros capítulos clasifica los tipos de principados, según la opinión de Maquiavelo, y las características y exigencias de cada uno, las cuales determinan las medidas que debería de tomar el nuevo gobernante para así garantizar su poderío.

Los clasifica en hereditarios que en su caso son los más fáciles de conservar. y los nuevos que aun que no sean de todo nuevos se les conoce también como mixtos estos se caracterizan por la forma de adquirirse y que puede ser por las armas propias lo que se entiende por talentos personales , útil para conservar el poderío y por medio de las armas y fortunas de otros este método es inseguro ya que se adquiere por medio de crímenes y otra forma es por medio del favor de los conciudadanos , que es llamado principado civil y que es impuesto por el pueblo o por los nobles según la ocasión. El príncipe en el poder deberá vivir en la nueva provincia para asegurar la posesión al identificar cualquier desorden a tiempo, integrar colonias y desaparecer por completo a la dinastía derrotada para evitar levantamientos, además de cuidarse de extranjeros poderosos que puedan intentar una revuelta en su contra.

Considera Maquiavelo los tipos de gobierno: los asistidos por siervos, donde el príncipe tiene mayor autoridad y sus súbditos le serán fieles si no los oprime, y otro que es el asistido por los nobles, que regularmente son fáciles de sobornar por su descontento., el consejo al gobernante es recordar que no puede cambiar a todos sus súbditos, la diferencia es que el gobernante en este caso puede cambiar o crear nuevos nobles.

Para poder gobernar una ciudad o principado que antes de haberlo conquistado se regía por sus propias leyes, aconseja completar tres reglas: primeramente habrá que destruirlo., después vivir en él y finalmente, regirlo por sus propias leyes, así como también obligarlo a pagar tributo e integrar el nuevo gobierno con pocas personas entre sus mismos ciudadanos. Habrá que confiar poco en la suerte conserva por más tiempo y mejor su conquista. En cuanto a imponer nuevas leyes le será difícil y peligroso por lo que debe hacerse con habilidad. Es fácil convencer al pueblo, pero lo difícil es mantenerlo convencido. Lo primordial para un nuevo príncipe es deshacerse de los enemigos hacerse amar o temer de sus súbditos, sin dejar de lado hacerse respetar y obedecer por sus ejércitos para entonces remplazar las leyes y conservar la amistad de los poderosos, para conservar el poder, los actos criminales deben ejecutarse de una sola vez para evitar la desconfianza de sus gobernados.

Los principados miden sus fuerzas en base a: si un príncipe posee un Estado que pueda, en caso necesario, sostenerse por sí mismo, o si tiene que recurrir a la ayuda de otros y en este caso puede ser fatal para el principado. De este modo se consideran capaces a los que, o por abundancia de hombres o de dinero pueden levantar un ejército respetable y presentar batalla a quien se atreva a enfrentarlos, y se considera también a los que siempre tienen la necesidad de recurrir a otros a los que no pueden presentar batalla al enemigo en campo abierto, sino que están obligados a refugiarse dentro de sus muros lo cual demuestra su debilidad en hombres y en ejercito.

En cuanto a los principados eclesiásticos, se adquieren por valor o por suerte ya se conservan sin valor y sin suerte, esto se debe a que su apoyo son antiguas instituciones religiosas que son tan potentes y de tal calidad que mantienen a sus príncipes en el poder sea cual sea su modo de proceder, estos tienen Estados y no los defienden y los Estados a pesar de hallarse indefensos, no le son arrebatados, y los súbditos, a pesar de carecer de gobierno, no se preocupan, ni piensan, ni podrían sustraerse a su soberanía son, los únicos principados seguros y fáciles.

El tener unas buenas leyes y tropas es indispensable para todos los Estados nuevos antiguos, o mixtos, en cuanto a las clases de tropas son de dos tipos propias o seguras

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