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El Silencio En Heidegger


Enviado por   •  4 de Septiembre de 2014  •  4.310 Palabras (18 Páginas)  •  303 Visitas

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Heidegger y el silencio

Marco Antonio Regalado

N

UESTRA ÉPOCA NO PROMETE SER UNA DE LAS GRANDES ETAPAS de la poesía lírica mucho menos de la poesía metafísica, ni de la poesía críptica, esas etapas correspondieron al pasado; quizá la poesía metafísica perteneció al siglo XVI y XVII; quizá lo vaya a ser también del XIX pero con otros matices, más cimentados en la razón del ser humano. Ahora bien, podríamos decir que la posmodernidad, fue sólo una posibilidad del XX, algo que no termino de fundamentarse en la razón, porque los protagonistas estaban inmersos en el ejercicio de su pensamiento debido a la celeridad con la que comenzaba a cambiar el mundo; un mundo, que quizá ya había cambiado antes; inmersos en tratar de explicarse los cambios en el mundo y el hombre se olvida de ser humano, nunca termina de dar fin a una etapa de nuestro pensamiento, y nos conformamos con la tan discutida postmodernidad. Lo que en la poesía cambia, habita en su silencio, igual que habita el silencio en la filosofía, pero este silencio no es sino un concepto, una metáfora donde el silencio reflexiona y se transforma en lenguaje, es esa casa donde nos dice Heidegger que habita el ser.

La poesía contemporánea, dentro de esa posibilidad, también fue una promesa que aún no termina de cumplirse, vivió grandes cambios, transito hacia otros lindes del ser humano, de ahí que nada es más acertado que la sentencia de Paul Klee, al afirmar que cada obra es hija de su tiempo. Sin embargo, bien podríamos decir que la poesía de nuestro tiempo, es a menudo la que oscila entre la metafísica y la compleja sencillez, entre el silencio y el olvido, o entre la criptica memoria de quién escribe y la posible descifración de una historia convulsa en sus cambios; al menos, en su tono conversacional la poesía asiste en su devenir a dos momentos cruciales: la aceptación de la mujer como poeta; y, silenciosamente, a la de una metafísica inmersa entre la filosofía y la historia del hombre que no ha dejado de ser memoria. Sin embargo, ante la pereza de no querer pensar en las posibilidades para responder a cuestionamientos primigenios del ser: ¿Entonces, ante lo anterior, tenemos poesía ahora, y de ser así de qué clase es?

La poesía contemporánea, esto es pensar en aquella que se escribió entre finales del siglo XVIII – con el surgimiento de los prerrománticos –, y hasta nuestros días; tiene una metafísica distintiva, es un conjunto de principios o intuiciones que tienen en común poetas tan distintos como lo pueden tener un poeta irlandés de uno británico, o un alemán de uno italiano o un francés de un español, y no señalo identidades, ni geografías, simplemente, son referente un punto que puede ser confluyente y distintivo para esclarecer mis dudas sobre la poesía. No es la nacionalidad, no es la geografía, lo que hace a la poesía lo hace el pensar, y en la medida de las preguntas y las respuestas que buscamos, la poesía existe. No es el llegar a un puerto lo que hace a un viaje mejor o peor, lo es el mismo viaje. Esta sensibilidad metafísica, creo, es lo que dará a nuestro período una unidad retrospectiva, cuando los lectores del futuro lleguen al final de la encuesta y el resultado sea que tan solo nos gustaba el caos.

En un afán quizá primigenio del hombre por querer dividir su ser mediante la manifestación de la voluntad; y marcar una meta que es la suma de sus acciones, entre lo que es el bien y lo que es el mal, el hombre realiza ciertos juicios prendidos a su moralidad, pero esto no es sino un fin maníqueista al final, que lejos de situar su ser en una suma de valores, lo sitúa como un juguete de otras razones y dentro de una responsabilidad que le queremos dejar a otros.

Sin embargo, no es de extrañar que los poetas deban seguir a su vez a Heidegger en busca de inspiración y guía. Para Heidegger, más que cualquier otro filósofo, miró a la poesía como un modelo de lo que se debe pensar. Él usó poemas individuales, especialmente los himnos de Hölderlin, para ayudar a explicar sus propias ideas acerca de la naturaleza, la tecnología, el arte y la historia. Constantemente detenerse en los misterios del lenguaje y la traducción, cómo la forma en que las cosas al nombre puede revelar y ocultar su esencia. Él mismo se dirigió por escrito en un espíritu poético. Solemos pensar de la filosofía, especialmente la filosofía alemana, como se escribe en la jerga seca, torpe. Pero la escritura de Heidegger, aunque difícil, es muy creativa: utiliza verbos como sustantivos y sustantivos como verbos o adjetivos, juegos de palabras en las etimologías, e incluso juega con la ortografía, todo en un esfuerzo para sacudir al lector de las formas convencionales de la lectura y el pensamiento.

Todo esto hace que sea natural ante los ojos y la razón de los escritores y teóricos de la mirada de lenguaje para Heidegger. Pero en El origen de la obra de arte, emite una invitación especial a los poetas, con el argumento de que la poesía es, de alguna manera, el modelo para todas las otras formas de arte, y la actividad ejemplar de los seres humanos.

Heidegger se refiere a la poesía como la verdadera forma de lenguaje, y la mayoría de la lengua como la poesía sólo defectuosa. "La naturaleza de la poesía", que va tan lejos como para declarar, "es la fundación de la verdad".

El origen de la obra de arte, para responder a la cuestión abstracta: "¿Qué es arte?" Heidegger, habla de una pintura, metaforiza acerca de ella, una obra de Van Gogh, un par de zapatos. Heidegger nos lleva a pensar que cuando se usan los zapatos, rara vez pensamos en ellos. Los zapatos, al igual que todo tipo de herramientas y equipos, están en su mejor etapa cuando son más fiables, es decir, cuando realizan su función silenciosa y discreta de servirnos para caminar. De hecho, nos hace reflexionar que sólo comenzamos a prestar atención a los zapatos cuando dejan de funcionar correctamente, cuando aprietan el pie o cuando la planta se sale. La mayoría de los objetos que nos rodean comparten esta cualidad de ser instrumentos, son sólo cosas que usamos y las pasamos por alto.

El mejor documento de esa sensibilidad y la única pieza de la escritura que hace la mayoría al tratar de explicar lo que cree de nuestra poesía y, las formas en que expresa dicha creencia, es un ensayo de Heidegger: El origen de la obra de arte. Incluso en esta obra, las afinidades oscuras del pensamiento de Heidegger pueden ser rastreadas. El ensayo comenzó como una conferencia que Heidegger entregó en Freiburg en 1935.

En cuanto a la pintura de Van Gogh de un par de zapatos, Heidegger sugiere que sucede algo diferente, ya que cuando pensamos en ello, por

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