El camino del amor, el camino del miedo
jos453Ensayo12 de Febrero de 2013
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IV
El camino del amor,
el camino del miedo
Toda tu vida no es más que un sueño. Vives inmerso en una fantasía en la que
todo lo que sabes sobre ti mismo sólo es verdad para ti. Tu verdad no es la verdad de
nadie más y eso incluye a tus propios hijos o a tus propios padres. Piensa,
sencillamente, en lo que tú crees acerca de ti mismo y en lo que tu madre cree de ti.
Ella dice conocerte muy bien, pero en realidad no tiene ni idea de quién eres. Tú sabes
que no lo sabe. Por otro lado, tú puedes creer que conoces a tu madre muy bien, pero
no tienes ni idea de quién es realmente. En su mente guarda todas esas fantasías que
nunca compartió con nadie. No tienes la menor idea de lo que hay en su mente.
Si analizas tu propia vida e intentas recordar lo que hacías cuando tenías once o
doce años, comprobarás que a duras penas recuerdas más del cinco por ciento de las
cosas que has hecho. Rememorarás las más importantes, por supuesto, cosas como tu
nombre, porque es algo que se repite constantemente. Pero, en ocasiones, hasta te
olvidas del nombre de tus hijos o del de tus amigos. Eso ocurre porque tu vida se
compone de sueños: una infinidad de pequeños sueños que cambian constantemente.
Los sueños tienden a disolverse, y por esa razón, olvidamos con tanta facilidad.
Todo ser humano tiene un sueño personal de la vida y ese sueño es
completamente diferente del sueño de cualquier otra persona. Soñamos en
concordancia con todas las creencias que tenemos y modificamos nuestro sueño según
sea nuestra manera de juzgar, según sean nuestras heridas. A eso se debe que los
sueños nunca sean iguales para dos personas. En una relación podemos fingir que
somos iguales, que pensamos de la misma manera, que sentimos lo mismo, que soñamos lo mismo, pero eso es del todo imposible. Hay dos soñadores con dos
sueños. Cada soñador soñará su sueño a su manera. Este es el motivo por el que
necesitamos aceptar las diferencias que existen entre dos soñadores; necesitamos
respetar el sueño de cada uno.
Es posible mantener miles de relaciones a la vez, pero cada una de esas relaciones
es sólo entre dos personas y no más de dos. Yo tengo una relación con cada uno de
mis amigos y sólo tiene lugar entre los dos.
Tengo una relación con cada uno de mis hijos y cada relación es completamente
distinta de las otras. Según el modo en que sueñen estas dos personas se creará la
dirección del sueño que denominamos relación. Cada relación que tenemos -con
mamá, papá, los hermanos, las hermanas, los amigos- es única porque soñamos un
pequeño sueño juntos. Toda relación se convierte en un ser vivo que ha sido
engendrado por dos soñadores.
De la misma manera que tu cuerpo está hecho de células, tus sueños están hechos
de emociones. Existen dos cuentes principales para esas emociones: una es el miedo y
todas las emociones que surgen de él; la otra es el amor y todas las emociones que
emanan de él. Experimentamos ambas emociones, pero, en la gente corriente, la que
predomina es la del miedo. Podría decirse que, en este mundo, el tipo normal de
relación está compuesto por un 95 por ciento de miedo y un 5 por ciento de amor.
Esto cambia según las personas, por supuesto, pero aun cuando el miedo ocupe el 60
por ciento y el amor el 40 por ciento, todavía seguirá basándose en el miedo.
Para comprender mejor estas emociones, describiré determinadas características
sobre el amor y sobre el miedo que yo denomino el «camino del amor» y el «camino del
miedo».
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