El concepto de la vida humana

LA VIDA

Si nos tomamos el tiempo de buscar la definición de “la Vida” resumiendo podríamos llegar a la conclusión de que es todo lo ocurrido: hechos, circunstancias, fenómenos, situaciones propias de los seres vivos y que nos identifican como tales. El existir, el llegar a ser un ser vivo. Período de tiempo en que una entidad u organismo está en actividad, comprendido desde que nacemos hasta que morimos. Generalmente tendemos a resumir la vida en la duración de la misma ya que la vida y el tiempo van de la mano.

Pero si nos tomamos el tiempo de filosofar sobre este tema tan amplio, profundo y en cierta medida ambiguo surgirán más interrogantes que respuestas, por la importancia del mismo, o por las diversas perspectivas y opiniones planteadas sobre su significado. Personalmente creo que la vida es una oportunidad única e irrepetible que se nos ha brindado por un cierto lapso de tiempo y que debemos aprovecharla para vivirla al máximo. Pero para algunos filósofos puede tener otros significados; esto dependiendo de la corriente a la cuál pertenecen: algunos la ven como un castigo o la oportunidad de trascender y dejar de ser hombres para ser seres supremos, o quizás solo un campo transitorio que nos trasladara de la muerte a otros planos, etc.

La vida es básicamente una oportunidad para dejar algo al mundo por lo cual nos puedan recordar cuando no estemos, un legado. La oportunidad de hacer la diferencia de marcar un cambio entre un antes y después de nuestra vida, Todo objetivo que se aleje de eso nos condenará a morir, que no es la muerte biológica sino el olvido, el hecho de no dejar legado para las futuras generaciones. El egoísmo, la avaricia, el odio y la intolerancia al cambio y a las personas diferentes así como la falta de amor propio y a los demás nos llevan poco a poco a la muerte y se propagan hacia los que nos rodean llevándonos a deshumanizarnos y a la muerte interior.

Afortunadamente en la humanidad, existe el amor, la tolerancia, la solidaridad, la fé en lo que sea que creamos, el respeto, la valentía y la autosuperación. Son bálsamos para el alma, la prueba viviente de que el mundo todavía no está perdido del todo y que vale la pena luchar para mejorarlo, sin importar que tan pequeña pueda ser nuestra contribución personal.

Con los años vividos he llegado a la conclusión de que no es el amor de la familia ni el de una pareja lo que nos mantiene a flote, sino el amor propio, el amor a la vida misma: amar la vida es honrarla, es abrir el corazón para poder dar amor y recibir más aún. Lo cierto es que nadie es perfecto y a veces nos equivocamos, pero hasta de los errores se aprende y podría decirse además que la vida es un aprendizaje: el maestro alguna vez fue alumno, ya que para enseñar hay que aprender y se aprende simplemente viviendo.

Lo ideal sería vivir el día a día tratando de superar lo logrado el día anterior. Con ese espíritu deberíamos obrar las personas, esa es la verdadera naturaleza de un ser digno (aquel que busca crecer como persona siempre). Evitando ver la vida por las limitaciones personales sino por el potencial de desarrollar sus posibilidades, para uno y para los demás. Difícil o casi imposible conceptualizar la vida.

La vida, específicamente la vida humana, es muy compleja y puede verse muy fuerte, pero de pronto todo puede acabarse, en un segundo, y todo esto, que se veía tan bonito y con gran futuro, ¡se derrumba!

Más exactamente,

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