El emocionalismo Moral de Jesse Prinz

El emocionalismo Moral de Jesse Prinz

Luego de la lectura de la ponencia y la ponencia el profesor procedió a explicar de qué manera el emocionalismo es una reacción al racionalismo, Prinz intenta probar que nuestros juicios morales provienen de sensaciones corporales que dictaminan nuestra reacción ante acciones externas.

En un principio el autor considera que hay juicios morales aparentemente separados de emociones sin embargo estos no son mas que parasitos de juicios que si son productos de emociones, se hizo la aclaración varias veces que el parásito no es el sujeto que realiza estos juicios sino los juicios en sí son los parásitos de aquellos que fueron juicios apasionados.

Es fácil discernir entre racionalistas y emocionalistas por medio de los argumentos que usan para justificar acciones indebidas, un ejemplo es el de la infidelidad, en este caso el hombre (infiel) será el emocionalista y la mujer (cornuda) será la racionalista. Mientras que el hombre justifica su acto indebido a causa de la tentación, la torpeza de los sentidos un estado de pensamiento nublado (embriaguez) y separa la acción del significado de esta puesto que “no significo nada”. La mujer opta por generar una coalición inseparable entre premeditación y acción, a pesar del contexto es fácil determinar lo que está bien y lo que está mal. Mientras que la causa del hombre es puramente visceral, la de la mujer es racional.

Esta concepción racionalista es clara en el derecho, en caso tal de que se de un crimen pasional este altera la pena pero nunca exime al culpable de cumplirla, a pesar de la ira y el sesgo emocional uno debe tener la capacidad de actuar por principios y no por sentimientos.

Prinz propone tres casos  probabilidad, simultaneidad, necesidad, intenta probar que una relación entre emoción y juicio no es solo probable sino necesaria. Es decir el cuerpo y la mente están directamente relacionados y que una reacción corporal instantánea acompaña los juicios y determina lo que es bueno o malo, de esta manera el juicio y la reacción corporal son unísonos, dependiendo de la fuerza del juicio.

Prinz retoma a Hume en cuanto a que la razón es esclava de las emociones y otorga una serie de evidencia más avanzada con el mapeo del cerebro, el estudio de este y su reacción

a aspectos de la realidad (functional neuroimaging-fMRI), por ejemplo los pacientes que tienen afectada la corteza prefrontal ventromedial y son afásicos de emociones.

Los ponentes estuvieron de acuerdo con Prinz en que es imposible realizar juicios morales sin la influencia de las emociones, el profesor por otro lado manifiesta su discrepancia y relativiza a Prinz con un caso-ejemplo.

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