El marxismo
camila142Monografía6 de Junio de 2013
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El marxismo es un método de análisis que pretende explicar los fenómenos de la vida social de una manera científica, de comprenderlos dentro de la dinámica de la sociedad, en su ideología, en su espacio y en su tiempo. En el pensamiento marxista, este análisis comprensivo y, en gran medida, abstracto va indisolublemente unido a una praxis revolucionaria, a una voluntad de cambio de las estructuras de la realidad con el objetivo de acabar con la sociedad de clases, con la explotación del hombre por el hombre.
El marxismo es, una ideología crítica y rebelde. Las distintas manifestaciones del marxismo a lo largo de la historia y las geografías, distintas formas de comprenderlas y distintas concepciones sobre la forma de actuar para cambiarlas han producido, en su propio seno, una gran variedad de orientaciones teóricas, una riqueza ideológica, nutrida y alimentada por polémicas y debates constantes cuyas aportaciones e influencia en nuestras sociedades han marcado la historia de los últimos 150 años.
La crítica de la economía política ha sido, con toda lógica, el objetivo fundamental de las distintas teorías socialistas, como núcleo de la sociedad burguesa y eje que determina las relaciones de clase cuyos fundamentos quedan descritos en la obra principal del pensamiento marxista “El Capital”.
La interpretación económica es el elemento que determina, en última instancia, el desarrollo y la evolución histórica de los medios de producción de vida y, por lo tanto, el que determina, en última instancia también, el desarrollo y la evolución histórica del hombre, tanto en la vertiente material como en la vertiente ideológica.
En torno a esta afirmación, se sitúa el problema del realismo, tomado en su sentido más amplio; el realismo suele definirse como la observación de la realidad "tal cual es"; así, la cuestión fundamental de todo realismo es si existe la posibilidad de un conocimiento objetivo, no condicionado, de la realidad, de las estructuras materiales y espirituales que conforman la sociedad en un momento histórico dado; la búsqueda de una concepción que, partiendo de una visión económica , consiga explicar todos los procesos sociales, para asentar las bases de su cambio histórico. El realismo es un problema que afecta a la teoría del conocimiento: cómo a través de nuestros sentidos, percepciones y sensaciones del exterior procesamos las evidencias del mundo y las comprendemos.
Desde un punto de vista especulativo o filosófico, el problema del conocimiento, a grandes rasgos, se sintetiza en la dicotomía materia-conciencia. La materia es una categoría que designa la realidad tal cual es y de manera completa, al margen de que sea posible, o no, un conocimiento objetivo de ella; la conciencia, por su parte, es el cúmulo de ideas y creencias de un determinado individuo o de un determinado grupo humano en un momento histórico concreto.
Esta dicotomía plantea, y se resuelve, en tres posturas que definen tres diferentes modos de pensamiento y, por tanto, de acercamiento a la realidad:
Por un lado, están aquellas teorías que postulan que la realidad depende de las ideas; nuestro conocimiento se iniciaría en la conciencia y sería ésta la que conforma el mundo; son las llamadas corrientes idealistas. Por otro lado, se encuentran las posturas conocidas como eclécticas, aquellas que, según las proporciones o la importancia que atribuyen a cada uno de los términos, establecen que el conocimiento se encuentra condicionado por la materia y la conciencia de forma equiparada. Y, finalmente, se encuentran las teorías materialistas.
El marxismo es una teoría materialista; por principio, establece la preeminencia de la materia frente a las ideas; es decir, en palabras de Marx y Engels "No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia".
Para demostrar científicamente que las ideas dependen de la realidad objetiva, los teóricos marxistas remiten al concepto de cambio histórico; el estudio de la evolución del hombre en el tiempo y el análisis del desarrollo de las condiciones materiales de vida ,los sucesivos cambios históricos de los medios de producción material, ocasionan que las ideas correspondientes a cada época, la conciencia de cada estadio histórico, evolucione también, siempre detrás de los cambios materiales (por ejemplo ,el sedentarismo producido por la Revolución Neolítica motiva que nazca la idea de la propiedad privada; la entrada de la burguesía como el Tercer Estado tras la Revolución Francesa instaura el modelo de estado constitucional). Esta interpretación evolutiva de la materia y del pensamiento ha sido denominada materialismo histórico y se presenta como uno de los puntales teóricos del marxismo.
El otro fundamento más importante, y definitorio, fue la incorporación de los principios de la dialéctica de Hegel a su concepción materialista del mundo, resultando otra de las vigas maestras del pensamiento marxista el materialismo dialéctico. El fundamento básico del método dialéctico es que todo (las cosas todas, materiales y espirituales) se presenta como una unidad de contrarios que se excluyen mutuamente, que están en oposición constante y mantienen relaciones causales que los condicionan de manera continua: "En matemáticas los signos diferencial e integral [más / menos]. En mecánica, la acción y la reacción. En física, la electricidad positiva y negativa. En química, la combinación y la disociación de los átomos. En ciencias sociales, la lucha entre las clases". Partiendo de una noción histórica y evolutiva, el método dialéctico permite un acercamiento científico a los fenómenos de la vida real (a la materia) en su cambio constante ; para la teoría del conocimiento y, por lo tanto, para aclarar el problema del realismo, la consecuencia inmediata de esta afirmación es la negación de lo estático, de lo invariable, la negación de lo eterno; cualquier aspecto tomado por absoluto está formado, realmente, por partes constitutivas relativas relacionadas con un contexto histórico particular y sus circunstancias puntuales, específicas de lugar y de tiempo: siempre es, por tanto, relativo .Estas relaciones descubren un concepto principal, la contradicción, que da cabida, flexibiliza y explica la complejidad de las relaciones dialécticas entre los fenómenos de la sociedad; la contradicción se fundamenta en la fórmula: la suma de las partes de una unidad dada nunca es igual al todo; así, los equilibrios entre las partes constitutivas se expresan de manera asimétrica y no sistemática, lo que constituye la primera regularidad, la primera ley, del marxismo científico: el cambio constante, el condicionamiento histórico. La dialéctica, pues, niega las fórmulas positivistas del descriptivismo y la clasificación, y fundamenta sus investigaciones en la progresión Tesis, Antítesis, Síntesis, eje que dirige el conocimiento objetivo de la realidad.
Se puede insistir en que ha habido y hay muchos marxismos. El marxismo de conjunto es blanco de ataques de los intelectuales de la burguesía desde siempre. También, los distintos marxismos, se combaten entre sí. El marxismo de Lenin y Trotsky está fuertemente cuestionado por una vertiente de marxistas, en el mismo esfuerzo de miles de intelectuales y militantes marxistas por reconstruir el marxismo de conjunto ante su debilitamiento (que pretendía ser liquidación) bajo el fuego cruzado de los intelectuales burgueses.
El cuestionamiento al marxismo de Lenin y Trotsky, no es sólo sobre su teoría de la revolución proletaria y del partido revolucionario marxista proletario. También es sobre la teoría marxista en sus fundamentos metodológicos.
Dentro de este último terreno, se está avanzando a pasos cautelosos. Si en décadas pasadas se opuso el marxismo humanista al marxismo estructuralista, el marxismo dialéctico al marxismo materialista mecanicista, hoy estos cuestionamientos y enfrentamientos vuelven por sus fueros, historiando estas viejas y actuales disputas y posicionándose, o concentrándose en algunas categorías que las concentran. Entre estas, la llamada “teoría del reflejo”.
En este cuestionamiento, se construye una nueva tradición. Contra el aplastante peso de la divulgación (vulgarización) teórica del marxismo por parte del stalinismo, como un materialismo mecanicista y vulgar, se rescatan las elaboraciones y los combates teóricos y políticos de una vertiente del marxismo en la que se incluye principalmente a Gramsci, y también a Lukacs, Labriola, y varios otros intelectuales y dirigentes marxistas, que, tomando el nombre utilizado por Gramsci, ubican en una corriente del marxismo que llaman “filosofía de la praxis”.
El objetivo es que, contra la aplastante lápida que impuso el stalinismo, “fundamentado” en su concepción materialista mecanicista del marxismo, de “lo objetivo” para detener, impedir o liquidar directamente la acción revolucionaria, el marxismo se recree como una teoría fundamentada en la acción de un sujeto. En este esfuerzo, se afirma que no se pretende caer en la vulgarización contraria y desconocer (en un acto de pedantería intelectual) la realidad objetiva, recayendo en el subjetivismo idealista. Sin embargo, al atacar la llamada “teoría del reflejo”, creemos, se recae precisamente en esta concepción idealista subjetiva.
Todas las elaboraciones teóricas del marxismo, como aproximaciones polémicas a la realidad para su transformación revolucionaria, y como en toda elaboración teórica marxista o no marxista, se realizan en relación a determinados problemas de la realidad concreta de un momento concreto.
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