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El miedo y las etapas de la vida.


Enviado por   •  29 de Febrero de 2016  •  Trabajos  •  1.446 Palabras (6 Páginas)  •  313 Visitas

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El temor en la vida humana

Hecho por: Tania Novoa Real

El miedo o temor es una emoción  caracterizada por un penetrante sentimiento habitualmente paralizador, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. En la vida el ser humano vive el temor y no estimula una integridad visual enfocada al verdadero propósito de la vida. Ver más allá de una percepción limitada y un conocimiento inimaginable; Caracteriza al ser humano de dos maneras, El ignorante y el intelectual.  El ser humano vive con sus apetitos, pasiones, defectos y moralidades, con miedos sostenidos y pasajeros, propios de todo humano y de toda época.

Cabe decir que cada tiempo tiene su miedo exclusivo, en sí, cada tiempo tuvo su ignorancia. Sin embargo, hay miedos  constantes que asimilan integrar al ser humano acompañándolo del origen a su expiración; durante toda su existencia, en todas las estaciones de su vida. Así, parece que las etapas de la vida contienen un nivel, o un tipo de percepción y desarrollo en cada una de ellas.
Pero,
¿Cuál es el fin de presenciar miedo en la vida humana?

El temor se constituye como una emoción primaria que no solo se presenta en los seres humanos sino también en los animales. Cabe decir que del miedo se deriva otra especie de percepción patente, “la angustia” presentada exclusivamente en el hombre (humanos). Sólo aquel ente capaz de dividir su lapso en pasado, presente y futuro. Los seres humanos vivimos entre el recuerdo, momento y  la imaginación, reavivando peligros viejos e inventando amenazas nuevas, confundiendo realidad e irrealidad, es decir, una perturbación autónoma y constante que alimenta un lio que día a día se expande en el interior.

Existen tres cosas que los seres humanos preferimos, lo bueno, lo útil y lo placentero. En derivación, lo malo, lo nocivo y lo desagradable. Desde la niñez y a lo largo de nuestra vida, los hombres intentamos allegar al placer distanciándolo del dolor. Dentro de este contexto, el temor es clasificado como una pasión junto con el deseo, la envidia, la audacia, el odio, la melancolía y la piedad entre otros. A todos estos estados lo enfocamos como factores primordiales en promoción del miedo, dirigidas al sentido de traspaso de ello. En este sentido, Aristóteles aclara; “Un exceso de temor convierte a un hombre en cobarde, “y si de todo huye” nada soportará mientras que por defecto el valiente puede terminar convirtiéndose en un insensato y perder la vida. Sólo la medida justa (virtud) puede conservar la compostura del hombre y llevarlo a la felicidad.
 (Aristóteles, Ética, II, v. II, p. 19).

 Es decir, no depende de nuestra elección cambiar o temer, mientras las virtudes sí son elecciones o por lo menos no se dan sin elección; no trataremos de sentir o actuar ante algo sin antes elegir qué estado o que acción tomaremos antes de cualquier contexto.
En consecuencia, la pasión y dentro de ella, el temor hace referencia a un sentimiento primario o básico cuya incidencia en el acto no puede ser regulada conscientemente antes que el hecho suceda, más la virtud para el filósofo griego debe comprenderse como una hábito selectivo coincidente en una posición intermedia entre el vicio de exceso y defecto. Aristóteles intenta decir es que el desenfreno obedece a una causa que sigue la propia voluntad del sujeto mientras que no sucede lo mismo con la cobardía. Siguiendo el lineamiento de la razón antigua, el autor remite al proceso de enseñanza del niño como ejemplo para sortear los obstáculos de su propia contradicción; los niños cuyo desenfreno es hacen inmanejables tendrán un apetito asociado al placer, el cual no podrá ser saciado jamás. Si no se puede disciplinar al apetito, el sujeto se transformará una vez adulto, en un ser irracional. Las etapas  de formación y desarrollo cognitivo por las que pasa el ser humano al paso del tiempo, participan como factor primordial en el  cambio radical a la percepción del individuo hacia su entorno vivencial.

Infancia, adolescencia (Miedo a la realidad).

En estas etapas abunda la ignorancia y la imaginación, dando una aislación extrema de la realidad y de la capacidad para asimilar la vida que nos rodea como niños y adolescentes.  Cabe decir que el niño vive en una realidad diferente, donde un palo alargado puede ser un caballo que sirve para cabalgar. Obvio es también que para el adolescente todo es posible, que en esa edad se tiene solución para todo porque todo se sabe o se cree saber; simplemente un circulo en el que se cierra toda transferencia de información.

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