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El periodismo de opinión


Enviado por   •  9 de Junio de 2013  •  Informes  •  2.124 Palabras (9 Páginas)  •  243 Visitas

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El periodismo de opinión

La experiencia profesional y los teóricos del periodismo anglosajón han establecido una clasificación binaria de los géneros periodísticos que, con variantes, ha sido aceptada en los países de habla hispana. Carl N. Warren, en Modern New Reporting, tal vez el manual sobre reglas de redacción periodística más importante que se haya escrito, considera que los textos que se reproducen habitualmente en un periódico pueden colocarse en dos categorías: story y comment.

Son story la narración o descripción de los hechos susceptibles de convertirse en noticias, y comment la interpretación, juicios de valor o análisis sobre esos hechos.

De acuerdo a la variedad de textos con opiniones que publican los diarios de habla hispana, conviene entonces considerar como concepto equivalente a comment la palabra o artículo o, más exactamente, artículo de opinión. Quedan comprendidos aquí los textos de opinión referidos a temas de actualidad, como el artículo editorial, el artículo comentario o, columna de opinión, el suelto y la crítica en todas sus variantes.

Pero también deberían incluirse subgéneros del tipo de los ensayos, las tribunas libres, los artículos costumbristas, de humor, retrospectivos, la crónica y el reportaje interpretativo, la nota de color y la de servicio; y todo texto que involucre la opinión del periodista o del medio gráfico de comunicación social sin que necesariamente haya una vinculación directa con noticias recientes. Son un ejemplo, las notas de contratapa de Osvaldo Soriano en Página 12 de los domingos.

El editorial

El editorial es la conciencia pública del periódico. Es la opinión de la empresa periodística, que se expresa a través de la interpretación, el enjuiciamiento y el análisis de los hechos e ideas actuales, con la finalidad de influir en el pensamiento y la acción de los lectores.

El legendario Joseph Pulitzer, editor del, World de Nueva York, sostenía que el lector "debe conocer el punto de vista del diario, porque es inmoral cobijarse detrás de la neutralidad de las noticias". No obstante, se advierte en el periodismo actual una forma subrepticia de editorialización en la adjetivación y enfoque que acompañan los títulos y textos de material supuestamente informativo, lo cual, más que una forma más de opinión, suele resultar un método burdo de manipulación.

El editorialista

Por la importancia de los temas que tendrá que escribir y, la sutileza con la que deberá abordados, las empresas son muy celosas en la selección de sus editorialistas. En muchos casos son periodistas de la dotación permanente de la redacción, otros colaboradores o personas cuya ocupación habitual no es el periodismo. Los diarios importantes suelen tener un equipo permanente de editorialistas, especialistas de diversos temas, que además desempeñan otras tareas dentro de la redacción.

La tarea del editorialista no es sencilla. Debe estar identificado con la ideología y los intereses que la empresa representa y defiende. Esto determina que muchos periodistas suelen hacer prevenciones a sus empleadores con respecto a abstenerse de participar en la redacción de editoriales o a firmar artículos de opinión que no expresen su modo de pensar.

Sobre este punto, James Gordon Bennett, director del New York Herald en 1900, decía "yo alquilo los cerebros que necesito a 25 dólares la semana". Es evidente que los métodos y los salarios no se han modificado demasiado desde entonces.

Estilo editorial

No hay normas que puedan aplicarse a todos los editorialistas, porque cada periódico tiene su estilo. Sin embargo, aún dentro de la diversidad, se puede enunciar un principio general. El editorial es la opinión de la totalidad de la empresa editorial, por lo tanto, aunque se trate de una publicación humorística o de críticas, y aunque el tema en cuestión deba analizarse desde la ironía o el sarcasmo, la redacción debe realizarse con toda la seriedad que merezca la cuestión.

Como norma aplicable a todo texto periodístico, debe ser claro, conciso y, en lo posible, breve en su enunciación. Puede adoptar un estilo majestático sin caer, por supuesto, en la solemnidad, como por ejemplo los editoriales del diario La Nación.

El editorialista, en general, es aleccionado para que se desprenda de giros, particularidades estilísticas o devaneos. Sé trata de redactar, entonces, en un estilo más neutro, lo que no significa que un editorial carezca de fuerza y de un buen abordaje literario.

Tradicionalmente se planteaban varios esquemas para su redacción. Se aconsejaba darle una estructura similar a una sentencia judicial, donde en primer lugar se presentaban los hechos, luego se consideraba la ley o precepto general aplicable a ese caso y luego se concluía.

También se seguía la estructura del silogismo lógico. En este caso se partía de una premisa general o mayor, luego se presentaba el caso concreto y por último se deducía la conclusión.

Los vientos de renovación estilística que comenzaron a soplar desde la aparición del denominado "nuevo periodismo" han determinado que tanto la redacción de editoriales como de columnas de opinión sea más libre y más literaria.

El suelto

Se lo puede definir como una nota marginal o glosa de un hecho o declaraciones de actualidad. Es una llamada de atención sobre un hecho que se diferencia de la noticia o la gacetilla porque, además de informar, juzga y valora.

Su estilo suele ser más desenfadado y libre que el de un comentario y una variedad del mismo pueden ser las Notas de Redacción o los recuadro s de tapa de Página 12, etc.

El artículo comentario o columna de opinión

Se puede convenir, sin hacer de esto una norma, que toda opinión, en mayor o menor grado, está vinculada con la ideología de un periódico. En el caso de las columnas de opinión, salvo las tribunas abiertas o cuando se da lugar al derecho a réplica, son opiniones individuales que el periódico utiliza para expresarse, aunque aclare expresamente que "las opiniones y notas firmadas son exclusiva responsabilidad de los autores".

En estos casos, la empresa trata de preservarse legalmente pero, moral e ideológicamente, es muy probable que comparta los juicios emitidos en los artículos aludidos. Queda claro que es muy raro ver notas que contradigan los intereses del periódico que las publica.

El comentario es un artículo destinado a interpretar hechos, emitir juicios y valorar conductas, escrito en un estilo más libre que el editorial y con una diferencia: va firmado.

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