Periodismo
dosita16 de Noviembre de 2011
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Asignatura:
Periodismo.
Tema:
Desarrollo del Periodismo en México
Catedrático:
Lic. Francisco. Javier Morán Solano
Alumna:
Julissa Suárez Sagrero
Tuxtepec, Oax., 16 de Febrero de 2011.
Introducción:
En este trabajo se verán periodos de la historia de México en lo que se hizo presente el periodismo, desde su origen a lo que forma parte del periodismo moderno, se podrá observar que el enfoque que tenia el periodismo en su origen era político, pero se comienza a crear diferentes periódicos con vertientes un poco distintas entre cada uno.
También se hace mensión a las primeras formas de periodismo, los primeros periódicos y los personajes que marcan historia promoviendo o haciendo el periodismo.
El periodismo en nuestro país se hace presente desde 1524, pasando por la época colonial, la creación de las gacetas un medio impreso significativo para la época, de la misma manera en la etapa de la independencia mexicana, donde jugó un rol muy importante.
No cabe duda que desde su aparición el periodismo se ha convertido en uno de los medios de comunicación más importantes de nuestro país, y que sin su historia y antecedentes no tendríamos las características actuales del periodismo moderno.
Contenido
Introducción: 2
Los pregoneros (1524-1550) 4
Antecedentes del Periodismo Humoristico (1521-1842) 8
Periodismo Colonial- Las Hojas Volantes (1541-1700) 17
La primera Hoja Volante 20
Siglo XVIII Las Gacetas (1722-1809) 22
El Diario de México (1505-1817) 25
La Prensa y la Guerra de Independencia (1806-1821) 31
La Prensa Durante El Primer Imperio y La República Federal (1821-1835) 34
De Juárez a don Porfirio (1868- 1879) 39
La Prensa de la Revolución (1910-1917) 42
La Prensa Durante Obregón, Calles y Cárdenas (1917- 1940) 48
Conclusiones 50
Bibliografía.
Los pregoneros (1524-1550)
El 13 de agosto de 1521, la gran ciudad de Tenochtitlán cayó por fin -tras sangrientas luchas que duraron varios meses- en poder de poco más de cuatrocientos cincuenta españoles comandados por Hernán Cortés, Diego de Ordaz, Pedro de Alvarado y Bernardino Vázquez de Tapia, entre otros. Cadáveres por doquier de castellanos e indígenas, peste, desolación y otros muchos males fueron mudos testigos de la gigantesca batalla que alli se había librado. El poderoso imperio mexica se había derrumbado estrepitosamente y su señor Cuauhtémoc, el "Aguila que cae", estaba ya en poder del soldado extremeño, y empezaba entonces un largo y penoso camino no de reconstrucción, sino de construcción de las bases para el desarrollo de la naciente civilización.
Consciente de la poca seguridad que a la salud ofrecía la devastada ciudad, Hernán Cortés prefirió aposentarse en Coyoacán para despachar desde allí sus primeros asuntos, y mientras la metrópoli recobraba un panorama menos trágico y, sobre todo, menos peligroso.
Ahora bien, al perderse las primeras actas de los cabildos celebrados en Coyoacán, nos vemos privados del conocimiento de los actos de los primeros ayuntamientos de fines de 1522 y 1523, Y es posible que por esos años, Cortés nombrara al primer pregonero de la Nueva España, cuyo nombre estamos impedidos de conocer por el extravio de los documentos citados; pero, en todo caso, y suponiendo sin conceder que el conquistador hubíese extendido tal nombramiento, resulta mucho menos importante esto -por la carencia de datos del agraciado- que el nombre del primer pregonero cuyo nombre aparece impreso, y que, por otra parte, puede tratarse en realidad del primero de esos servidores públicos.
De tal suerte que es el año 1524 en que encontramos en las aetas de cabildo las primeras noticias sobre los pregoneros, verdaderos predecesores del actual periodista, porque al fin y al cabo, y aunque fuera en primitiva forma, informaban a la comunidad de las medidas por el Ayuntamiento, mismas que debían obedecerse. Y esto en sí, constituía ya una fuente de conocímiento e información.
Es curioso, por otra parte, hacer notar que en ese tiempo no se daban noticias -por lo menos públicamente- sobre sucedidos dentro de las diversas capas que componían la sociedad; esto es, bodas, crimenes o fiestas, sino todo se concretaba a hacer saber al pueblo de las disposiciones tomadas por los miembros del cabíldo.
El mes de marzo de 1524 encontramos a los siguientes personajes como componentes del Ayuntamiento de la capital de la Nueva España: Francisco de las Casas, como Alcalde Mayor; bachiller Juan de Ortega y Bernardino Vázquez de Tapia, alcaldes ordinarios; Gonzalo de Ocampo, Rodrigo de Paz, Juan de Hinojosa, Diego de Soto, Alonso de Jaramillo, Cristóbal Flores y Alonso de Mendoza, regidores. Es Pedro del Castillo, escribano que fue muchos años del Ayuntamiento de México, quien nos hace saber que Francisco González era el pregonero oficíal del cabildo en ese año, al que nosotros consideramos como primero de la Nueva España, en tiempos del Ayuntamiento antes mencionado bajo el "magnífico señor don Hernando Cortés como Gobernador y Capitán General de esta Nueva España".
También al siguiente ayuntamiento sirvió el pregonero Francisco González. Los miembros del Consejo de 1525 fueron: Alonso Zuazo, Gonzalo de Salazar y Pedro Armindes Chirino, como tenientes de gobernador de la Nueva España; Gonzalo de Ocampo, Alcalde Mayor; el comendador Leonel de Cervantes y Francísco Dávila, como alcaldes ordinarios, y regidores Gutierrez de Sotomayor, Rodrigo de Paz, Antonio Carbajal y Juan de la Torre. Francisco González pregonaba en plazas, mercados y por las más concurridas calles de la capital de Nueva España. Encontramos así que el 4 de noviembre de 1524, "por mandado de los díchos señores, justicia y regidores", González pregonó en la plaza de la ciudad, la advertencia y exhortación a los propietarios de solares para que cercaran su propiedad so pena de ser íncautada por las autoridades y entregada a otra persona que se comprometiera a colaborar a que la capítal se viera más limpia.
El míércoles lo. de febrero de 1525, el Ayuntamíento le ordenó a su pregonero hacer públíca su orden respecto a la prohibición de jugar a los dados, naípes y otros juegos de azar -bajo amenaza de ír a la cárcel- que estaban cobrando demasiado auge sobre todo entre los soldados.
Asimísmo, el martes 23 de mayo de 1525, Francisco González pregonó la prohibición, por cédula real, de portar demasiadas armas dentro de la cíudad "salvo espada e puñal", porque se provocaba "gran alboroto e escándalo" (2).
Otro de los pregones más notables del que fue actor Francísco González fue el de 27 de octubre de ese mísmo año, en que los míembros del cabildo "...mandaron que se pregone públícamente que todas las personas que tienen puercos en esta ciudad e en sus términos los saquen de ella dentro de quince días por manera que no anden por la ciudad so pena del perdímíento del quinto de los díchos puercos, la mítad para las obras públícas de esta ciudad e la otra mitad para el juez e denunciador" (3). Casi finalizando 1525, el 16 de díciembre, el pregonero oficial del cabíldo dejó saber al pueblo sobre la noticia de un castigo ímpuesto a unos alborotadores, supuestamente ebríos, que habían dicho "muchas palabras en ofensa de la preeminencia de la justicia y en menosprecio de ella, lo cual si así hubiese de pasar, seria dar audacia y osadía a que otros se atrevíesen a hacer lo semejante" (4).
Ya desde casi tan díluidos ayeres hícieron su aparición en la capital del antiguo imperio azteca algunos comerciantes voraces y sin escrúpulos que vendían al pueblo aceite y vínagre en vasijas –sin medida- y a ojo de buen cubero, lo que obvíamente lesionaba económicamente a no pocos hogares humíldes. Para contrarrestar el mal y frenar a tan pícaros mercaderes, el cabildo mandó pregonar, el martes 27 de febrero de 1526, y por voz de Francísco González ,una orden que prohibia vender los productos citados sin utilizar medida, y condenaba a quien violara por primera vez tal disposición al incautamiento de una parte de ambos articulos; a la segunda falta todo pasarla a poder de la justicia y se implantarla una multa de veinte pesos; cíen azotes públicamente dados constituian el temible castigo a quien infringiera las leyespor la tercera vez.
El viernes 31 de agosto de aquel año, el alguacil Pedro Zamorano, acompañado de Alonso de Cardona y Miguel de lbarra, atestiguó un pregón de González en el que se advertía que ningún habitante de la ciudad de México podía abandonarla para dirigirse a parte alguna a menos que se contara con la licencía requerida para eUo. Tal orden del Ayuntamiento se debió a que muchas personas culpables de delitos o deudores de algún pago partían de la capital para escapara sí a la acción de la justicia o a la insistencia de sus acreedores. Se implantó, por lo mismo, una multa de cincuenta pesos oro a aquel que osara tratar de salir de la ciudad sin permiso (5).
Motivo de pregón fueron también las fiestas religiosas en México. Tal fue la princípal característica del que pronunció Francisco González el viernes 31 de agosto de 1528, en que invitó
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