El raciocinio

El raciocinio

Antes de explicar este tema, debemos comprender el origen de este término, el cual se origina en el latín derivando de las palabras “ratiocinium” y “ratiocinari”, lo cual se puede traducir en “razonar”, en este último termino encontramos la base para explicar el raciocinio. Al hablar de raciocinio inevitablemente hay que vincularlo a “raciocinar”, para esto hay que dejar en claro que raciocinar consiste en utilizar la razón para producir conocimientos, establecer un juicio, identificar conceptos, cuestionarlos, hallar coherencia o contradicción entre ellos y así inducir o deducir otros distintos de los que ya se conoce (entiéndase que raciocinar es la acción y efecto del raciocinio).

Cuando una persona tiene un pensamiento, analiza un hecho o un discurso, está dando uso de su razón. Todo esto atreves de una compleja actividad cerebral, esta usa los diferentes mecanismos del raciocinio, llevándonos así al uso de la inteligencia, donde comparamos diferentes opciones para formar un juicio que nos lleve a un resultado que deriva de las primeras opciones, pero a nuestra razón más conveniente, esto quiere decir que gracias al raciocinio producimos conocimientos atreves de la inducción o deducción, y estos conocimientos los usamos para nuestra toma de decisiones o para generar información (o para eso deberíamos de usarlo).

El raciocinio cuenta con una estructura que se compone de antecedente (información previa/estudio de la idea), consiguiente (resultado del análisis de la información previa/juicio de la idea) y consecuencia (“decisión” final, después de analizar la información previa y el análisis de la información previa). Un ejemplo muy básico sería el siguiente: antecedente-El foco se apagó solo, consiguiente-se descarta que sea una falla eléctrica, se confirma que el problema es el foco, consecuencia-se toma la decisión de que hay que cambiar el foco. Todo esto anterior es una operación mental, claro a veces lo hacemos sin darnos cuenta y otras veces lo realizamos más detenidamente pero siempre sucederá en un hecho que es real y determinado.

Con este podríamos decir que con el raciocinio pasamos de lo conocido a lo desconocido, utilizando los conocimientos que tenemos y generamos, esto lo comprobamos con el ejemplo del foco: conocíamos el problema de que se apagó, pero desconconocíamos porque y que hacer, pero después con el consiguiente supimos que el problema era el foco y no la instalación eléctrica, y con la consecuencia supimos que la solución era cambiar el foco. Esto nos da dos leyes: que un antecedente verdadero da lugar a un consiguiente verdadero y que un antecedente verdadero viene a ser un conocimiento que también es verdadero.

Entonces, el raciocinio también nos ayuda en la comparación de conceptos, otro ejemplo es cuando escuchamos dos posturas de una idea y sacamos una conclusión, así generando nuevo conocimiento, como ya lo dijimos, pasamos de lo conocido a lo desconocido y así conocemos lo desconocido.

Hay que recalcar es que el raciocinio nos diferencia del resto de las especies, porque las personas razonan, mientras que los animales actúan por instinto y tienen estructuras de pensamiento menos desarrolladas.

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