Enfermedas Y Espiritusalidad

ENFERMEDAD Y ESPIRITUALIDAD

S.S. Juan Pablo II “ En las inevitables pruebas y dificultades de la existencia, como en los momentos de alegría y entusiasmo, confiarse al Señor infunde paz en el ánimo, induce a reconocer el primado de la iniciativa divina y abre el espíritu a la humildad.”

Introducción

Aquellos que hemos vivido o hemos estado cercanos a personas que padecen una enfermedad, no podemos dejar de preguntarnos ¿Por qué? ¿Por qué Dios castiga de esta manera al que es bueno? ¿Para qué? Estas preguntas nos aturden e incluso nos llevan a un permanente cuestionamiento religioso y a tratar de calmar nuestras angustias buscando respuestas y sanación en otras religiones o sectas o recurrir a prácticas mágicas. La vida transcurre llena de zozobras y lamentaciones que nos van sumiendo en depresión en infelicidad y sufrimiento.

¿Se puede ser feliz en la enfermedad?

Julián Marías define a la felicidad como la realización de cierta pretensión o proyecto vital que se construye dentro de un repertorio de circunstancias determinadas sobre las cuales yo ejerzo determina presión, las cuales me permiten o no realizar esa pretensión, proyecto, programa o vocación. Si lo consigo decimos que soy feliz: si no lo consigo, decimos que soy infeliz. La felicidad desde este punto de vista se ve reducida a una meta vital que solo abarca nuestra vida y nuestro cuerpo, cuando lo principal es preguntarnos: qué necesito para ser feliz, qué voy a necesitar para siempre. Para el hombre la felicidad es inseparable del sentido de la vida. "El sentido de la vida no se identifica con la felicidad, pero es condición de ella" . Entender que la verdadera felicidad transciende nuestra vida debe ser un elemento constante en su búsqueda, “la condición de que haya verdadera felicidad es que haya vida perdurable” . La enfermedad nos aturde , nos acerca a la realidad de la muerte y es aquí donde nuestro sufrimiento crece, ya sea por ver nuestras pretensiones inconclusas o por un sentimiento de miedo perfectamente humano, debemos entender que la realidad de la enfermedad juega muchas veces una función positiva para la búsqueda de una verdadera felicidad, ya que nos ayuda a vivir nuestra vida más intensamente, distinguir el verdadero valor de las personas que nos rodean, determinar el valor de las cosas, ver esta vida en un contexto de conexión con una vida eterna perfectamente desligada de placeres y actividades.

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