Ensayo: porque dejamos todo para despues

                           Porque dejamos nuestros sueños para después

El hombre  ha desarrollado su existencia a partir de  ideas y  concepciones heredadas del mundo que le rodea, ideas que en nuestra sociedad se encuentran focalizadas a un fin superficial, correspondiente a un mundo artificial creado por el hombre, en el cual no se puede vivir sin cosas; que nos atan y nos hacen esclavos de ellas, imponiéndose a los deseos personales que conducen a la felicidad de una persona, por lo cual es necesario tomar las riendas de nuestras vidas, como lo menciona Unamuno: “necesario o más bien inevitable, es tener ideas, si como ojos y manos, más para conseguirlo hay que no ser tenido de ellas”.

 Tal vez existe un imaginario social que ha sido construido en relación a una idea lineal, en la que el tiempo de vida del ser humano se desarrolla en mayor medida en la actividad del trabajo para producir y seguir el ritmo del consumismo, es decir, se cree que nacemos para alimentar y satisfacer nuestros deseos corporales, disminuyendo la capacidad de dirigir nuestras vidas y crear nuestro propio camino, esta capacidad se va desvaneciendo a medida que se desarrolla el hábito de permitir que los sueños individuales se esfumen en una colectividad ansiosa de vivir de las apariencias, siguiendo tendencias que no representan nuestra esencia, dejando a un lado la pasión y nuestras propias ideas por la búsqueda de razones lógicas, que nos distraen de la angustia causada por la muerte. Lo cual posiblemente crea una idea mecánica que obstaculiza de cierta forma la capacidad de creer en nuestros ideales, desviandonos hacia actividades monótonas que no nos representan y en consecuencia tomamos la posición de individuos enajenados que habitan en una sociedad  en la que el significado de “estar bien” se encuentra ligado al mundo artificial de las cosas, en el que prima la competencia  por la consecución de objetos para mostrarnos ante la sociedad como personas exitosas.  

Tal vez la idea de dedicar todos nuestros esfuerzos para cumplir nuestros sueños se encuentra distorsionada por la idea popular de que los sueños no son rentables, como por ejemplo, vivir del arte y el teatro. Pero probablemente esta idea distorsionada no corresponde a la realidad de cada individuo, por lo que hay que aventurarse en la búsqueda de nuestro porvenir transformando y generando nuestros propios paradigmas expresando nuestras propias ideas sin temor a equivocarnos.

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