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Estructuralismo

Eli6213 de Noviembre de 2012

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COLEGIO DE ESTUDIOS DE POSGRADO DE LA CIUDAD DE MEXICO

DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

ENSAYO “Estructuralismo y funcionalismo”.

INDICE

Página

Título…………………………………………………………3

Autor…………………………………………………………3

Palabras clave………………………………………………3

Resumen…………………………………………………….3

Introducción…………………………………………………3

Desarrollo central………………………………………….4

Conclusiones………………………………………………13

Bibliografía…………………………………………………14

Título: Estructuralismo y funcionalismo

Palabras clave: estructuralismo, funcionalismo, función, rol, status, satisfacción de necesidades, totalidad.

Resumen

Cuando nos hacemos la pregunta de cómo entender a la sociedad y a la naturaleza, dos son los fundamentos metodológicos que sobresalen; estructuralismo y funcionalismo. El estructuralismo admite que es posible conformar conjuntos diferentes, en virtud de sus diferencias. Hay una interdependencia de las partes que componen la sociedad. La función de cada parte es la forma en que esa parte opera para mantener el sistema total en buena salud. El funcionalismo tiene un enfoque empirista, en donde la satisfacción de las necesidades biológicas y culturales, los define por el cumplimiento de una función social y no por las circunstancias históricas de su desarrollo. Por tanto, enfatiza las medidas que las instituciones toman para alcanzar los fines socialmente valorados. Los funcionalistas preguntan, cómo las partes están en relación funcional con el todo. Y los estructuralistas preguntan, cómo es el objeto estudiado, analizando de qué manera están dispuestas las diferentes pertes del conjunto.

INTRODUCCIÖN

Dado que la metodología forma el puente entre la epistemología, la teoría y la praxis de la investigación social. No obstante, el punto de vista de Schutter en el sentido que los sociólogos se van preocupando más por producir métodos que datos, conlleva, en algunas corrientes, algo de verdad. La cuestión del cómo (el método) ocupa un lugar primordial en el debate sobre la investigación social, juntamente con la definición del objetivo y del objeto (Schutter, 1985).

En la sociología existe un sin número de métodos y tipologías de métodos, según los diferentes criterios de diversos autores. En cuanto a la investigación podríamos distinguir, por ejemplo, métodos que se basan en: a) la medición cuantitativa de fenómenos sociales; b) la observación, o c) la comparación. Para dar un ejemplo, aunque en casi todos los libros sobre la materia se encuentran diferentes tipologías de métodos, aquí se mencionan el funcionalista y el estructuralista.

En este trabajo intentaremos describir las características de cada uno, poniendo énfasis en su diferencia principal; en el estructuralismo interesa sobre todo lo que el individuo piensa y siente, mientras que en el funcionalismo predomina lo que dice y hace. Es decir, qué hace el objeto, cuál es la función que cumple para el sistema que forma parte? (funcionalismo). ¿Cómo es el objeto estudiado, analizando de qué manera están dispuestas las diferentes partes del conjunto? (estructuralismo).

DESARROLLO

La concepción de estructura en el pensamiento occidental no es tan nueva como suele creerse. Desde comienzos de este siglo comenzaron a plantearse elementos de pensamiento estructural en las ciencias sociales, especialmente en lingüística, uno de cuyos principales exponentes es Saussure.

Fue necesario que surgiera el trabajo del belga Claude Lévi-Strauss para que el estructuralismo desbordara el estrecho marco de la lingüística, dentro del cual había crecido por más de medio siglo (Pantoja, 1996.)

Vino a las selvas del Brasil para descubrir que en América habían transcurrido ya 450 años de colonización europea y que, por lo tanto, esa clase de sociedades naturales, si alguna vez las hubo, ya no existían. Incluso, a sus ojos, “las sociedades indias se encontraban contaminadas por las peores características del occidente, precisamente aquellas de las cuales deseaba escapar; a ellas había que sumar rasgos que les eran propios y con los cuales no estaba de acuerdo; y no quería soportar entre los indios aquello que rechazaba en su propia sociedad.

Sus ideas prenden en un autor más conocido por quienes no son antropólogos: Louis Althusser” (Schutter, 1985).

Althusser propone una relectura de Marx con el fin de encontrar detrás de sus palabras, detrás de sus planteamientos, un contenido que nadie había podido leer porque estaba implícito, oculto detrás del discurso y los conceptos evidentes: la armadura, la estructura del pensamiento marxista. Su teoría impacta con fuerza en la sociología y aun en el marxismo. Con este nuevo impulso, que liga el estructuralismo con la política de izquierda y las ideas revolucionarias, esta corriente experimenta un fuerte impulso durante los años 60 y 70, hasta abarcar también distintas ciencias sociales.

¿Cómo, entonces, generalizar sobre lo que es el estructuralismo, si bajo esta denominación se cobijan intenciones y formas de pensamiento tan variadas que difícilmente podrían hallarse entre ellas semejanzas, como no sean unas cuantas demasiado amplias?

La tarea se complica aún más si se tiene en cuenta que Althusser, como abanderado del estructuralismo de izquierda, y el propio Lévi-Strauss, como cabeza del estructuralismo antropológico, han descalificando una y otra vez las ideas de gran parte de los autores que se presentan a sí mismos bajo el ropaje del estructuralismo, afirmando que no lo son y que tergiversan sus principios. También se complica porque hay formas de pensamiento contrapuestas, que chocan, que son antagónicas y sin embargo se reclaman estructuralistas.

¿Habrá algo, entonces, que pueda relacionar entre sí como estructuralistas a tantos pensadores?, ¿que les permita cobijarse bajo esa denominación sin importar el campo de su pensamiento? Aunque parezca una perogrullada, ese algo es precisamente la noción de estructura.

Todos ellos consideran que su trabajo debe orientarse hacia el estudio de las estructuras, idea que en ciencias sociales ya había sido planteada por el estructural-funcionalista inglés Radcliffe-Brown, aunque en forma diferente a como lo hacen los estructuralistas.

Esta concepción implica dos principios esenciales, el primero de los cuales es el de totalidad. Según éste, “los elementos que conforman la vida social no tienen significación, ni mayor importancia, ni pueden entenderse separados los unos de los otros” (Pantoja, 1996.). No es posible, por ejemplo, comprender la economía de una sociedad si se la investiga a ella sola; tampoco pueden entenderse los distintos elementos que la conforman: la producción, la distribución, el cambio y el consumo, en forma aislada. De igual modo, es imposible entender el modo de pensar de la gente, su vida política o el funcionamiento de sus formas de autoridad, sin referirlos a los otros aspectos de su vida social. Esta es la que algunos suelen llamar una visión holística de la sociedad.

Es decir, que la sociedad es un todo; por lo tanto, para poder comprenderla hay que tomarla en esa forma. No es posible estudiarla válidamente considerándola como una suma de tajadas de ponqué, como hasta ese momento venían haciéndolo los científicos sociales, que constituían cada una de sus partes en un objeto de estudio autónomo. Marx expresó y aplicó esta concepción desde el siglo pasado, pero su influencia no llegó a las ciencias sociales, hasta cuando el funcionalismo la retomó.

Sin embargo, el estructuralismo se diferencia del funcionalismo y de otras corrientes holísticas en su consideración acerca de qué es lo que une, lo que enlaza entre sí los diferentes elementos de la vida social. Los funcionalistas piensan, por ejemplo, que el enlace está en las instituciones, que ellas constituyen lugar social en donde todos los elementos se relacionan entre sí para conformar un todo en equilibrio, la sociedad. El estructuralismo, en cambio, afirma que ese lugar es la estructura. Este es su segundo principio fundamental.

El lazo de unión entre todos los estructuralistas, pues, “es la concepción de que los elementos que constituyen la sociedad, o cada uno de sus sectores, se relacionan entre sí en formas determinadas que conforman modelos; por consiguiente, cuando se quiere explicar algo, la investigación no debe encaminarse hacia el estudio de sus componentes, sino a la manera como ellos se ligan entre sí, es decir, a la estructura, a los sistemas de relaciones entre esos elementos” (Schutter, 1985).

Para ello, algunos estructuralistas recogen conceptos ya existentes; por ejemplo, Althusser retoma el concepto de formación económico-social de Marx, para afirmar que la estructura básica de una sociedad es su formación social y que ésta es un sistema de relaciones entre los distintos elementos que la componen, tales como las relaciones de producción, las fuerzas productivas y otros.

Entonces, la metodología estructuralista

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