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Etica Y Valores


Enviado por   •  14 de Diciembre de 2014  •  2.639 Palabras (11 Páginas)  •  179 Visitas

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ETICA

La ética es la parte de la filosofía que se ocupa del obrar del hombre, de sus acciones. Este obrar humano se puede entender en forma individual o en forma social. Para Aristóteles, existían tres niveles en el obrar, el obrar del individuo, el obrar de la familia y el obrar de la sociedad.

La ética discute y juzga las normas morales y jurídicas, siendo las primeras las que regulan lo que la sociedad aprueba o desaprueba, y las segundas las que regulan las prohibiciones, castigando el incumplimiento de las mismas. También en ella se realiza por una parte la crítica y el análisis de la moralidad y por otra propone normas, escala de valores o ideales que van a primar sobre otros.

La discusión ética se realiza en el plano del "debe ser" y no meramente "del ser".

Cada uno de nosotros consideramos nuestros actos y comportamiento como buenos o malos, pero en general nos exigimos el obrar bien como un deber, una obligación.

VALORES

Los valores de las personas, se expresan en los principios o ideales que condicionan buena parte de las opciones de fijar líneas o formas de actuación determinada conforme con lo que creen que es valioso o digno de ser deseado. Es decir, perfecciona al que lo posee, es valioso porque lo enriquece, lo busca porque para él representa algo que lo va a hacer mejor ó le va a dar más De tal modo que cada hombre tiene su propio orden de valores dependiendo de lo que quiera hacer en su vida. Todo lo que lo acerque a esa meta va a ser valioso para él, y rechazará todo lo que lo aleje de su fin. Sin embargo el Valor, según el Diccionario de la Academia Española, la calidad que constituye una cosa digna de estimación ó aprecio.

En ese sentido el primer paso es tener clara la meta o metas, el "por qué" de mi vida, lo que quiero lograr, y en vistas a ello estructurar los valores de acuerdo al orden de importancia, situando en el lugar correcto para no sacrificar valores superiores por otros inferiores.

Un valor verdadero y universalmente aceptable es el que produce un comportamiento que beneficia tanto a quien lo ejercita como a quienes lo reciben. De modo que los valores están unidos a los seres; por eso, los valores no se crean, sino que se descubren. También podemos observar que el valor no se percibe sólo de modo racional. Es decir, el valor no surge normalmente como producto de una deducción lógica. Ante todo, el valor es percibido en modo estimativo.

Origen de los sofistas

Después del gran triunfo contra los persas en las guerras médicas, Atenas vivió una etapa de prosperidad, libertad y expansión. Liderando la liga de Délos los atenienses vivieron varias décadas de esplendor, un esplendor que no se volvió a repetir a lo largo de su historia Esta etapa en el siglo V a.C. fue conocida como el "siglo de Pericles". Pericles fue un estratega político y orador de esta ciudad. Bajo su mando, Atenas se convirtió en un centro importante para la literatura y el arte, supo rodearse de las personalidades más destacadas del momento, hombres excelentes en política, filosofía, arquitectura, escultura, literatura, etc. Entre sus amigos se encontraban el dramaturgo Sófocles, el historiador Herodoto, el escultor Fidias y el sofista Protágoras.

Durante su mandato se realizaron grandes obras públicas y mejoro la calidad de vida de los ciudadanos, con la gran riqueza que entro en tesorería Pericles restauró los templos destruidos por los persas y construyó muchos edificios nuevos, el más esplendido de los cuales fue el Partenón en la Acrópolis. En este contexto histórico es cuando surgen los primeros sofistas.

Evolución del término

El verbo sophidsesthai, "practicar la Sophia", sufrió una evolución similar al terminar para entenderse como "embaucarse". La derivación sophistes se dio a los siete sabios en el sentido de los "filósofos" y así llama a Herodoto a Pitágoras, a Solon, y a quienes fundaron el culto dionisiaco. También se le llama así a los poetas y en general a todos los que ejercían una función educadora. El uso peyorativo empezó a tomar forma en el siglo V a.C., coincidiendo con la extensión del uso del término a los prosistas. El momento coincide con un incremento de las suspicacias de los atenienses hacia los que mostraban una mayor inteligencia.

Isocrates denostaba que el término "hubiera caído en deshonor" y Sófocles lo atribuye al hecho de que los educadores y maestros recibieran una paga por su trabajo. No obstante, era aceptado en la Grecia antigua que los poetas cobrasen por su servicio.

El desprecio con el que los sofistas eran tratados no hacía del hecho mismo de recibir remuneración, sino de hacerlo, sobre todo, por la formación en la llamada arete, el arte de la política y la ciudadanía, que incluía todas las técnicas persuasivas para hacerse un lugar en la administración de la polis.

Los comienzos

Los Sofistas eran una especie de profesores que iban por las ciudades enseñando a los jóvenes, una cultura general más o menos útil para desempeñarse en la vida pública, entre sus enseñanzas se encuentran la oratoria y la argumentación para persuadir necesarias para participar en las asambleas. A esta formación se la conoce con el nombre de "arete". Ellos cobraban a sus alumnos por sus enseñanzas, esta novedad que introdujeron produjo un gran escándalo ya que hasta entonces no se había considerado al saber cómo un medio de vida.

Al enseñar, algunos sofistas transmitían ciertas doctrinas acerca del hombre, del conocimiento y de la vida moral que dieron lugar a grandes controversias. Las cosas se complican más todavía cuando pasan al terreno de las cuestiones morales y a los asuntos referidos al bien y al mal. Hasta la aparición de los sofistas, se creía que el hombre descubría lo que era la justicia pero sus nuevas doctrinas venían a decir que el hombre "lo que hacía" era inventarlas.

Los sofistas introdujeron el relativismo en materia de conocimientos en las cuestiones morales. Un paso más en estos asuntos, que la mayor parte de los sofistas no llegar a dar, es el escepticismo, la postura que duda de todo y recomienda la abstención, el no emitir juicio. El escepticismo, que va a florecer más adelante en la filosofía griega, considera que sencillamente no hay ninguna verdad. Quien va a llevar esta pensamiento a su máxima expresión es Pirron de Elis, siglos IV a III a.C., de quien se cuenta que simplemente, un día dejo de hablar. En efecto, si no hay ninguna verdad, si lo sabio es abstenerse, la conducta más correcta es el silencio.

Los

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