Eulises y su relación con el miedo

UNIDEP

UNIVERSIDAD DE DESARROLLO PROFESIONAL

MATERIA

COMUNICACIÓN ORAL Y ESCRITA

DOCENTE

ROSA AIDA BELANTRIX MARTINEZ GALVAEZ

ALUMNO

LUIS ALBERTO CAMPOS ARIAS

MATRICULA

64193030

INGENIERÍA INDUSTRIAL Y DE SISTEMAS

CIUDAD DEL CARMEN CAMPECHE, 13 DE OCTUBRE DEL 2019

Eulises y su relación con el miedo.

Durante la mañana del 12 de octubre de 2013 un joven de grandes sueños se despertaba como de costumbre, saludó a su mamá, a sus hermanos y se dispuso a disfrutar de un desayuno dominical junto con los acompañantes de su hogar. De repente se le ocurre la idea de iniciar un negocio, (cabe destacar que Eulises siempre ha soñado con ser un gran empresario).

Eulises es un estudiante regular de Psicología, pero siempre le ha gustado tener sus propios ingresos, debido a que careció de muchas cosas durante su infancia. --¡Quiero iniciar un negocio de comida mamá!; Menciona el joven con la luna en los ojos, entonces contesta la mamá: --Puedes llevarlo a cabo si te lo propones, pero no dejes que tu ambición impida que termines la carrera; --No te preocupes--. Respondió Eulises.

El joven chico no tenía idea de como iniciar un negocio y se pasó el domingo entero pensando que iba a vender, donde lo iba a vender y cuando empezaría a hacerlo por lo que decidió hacer una investigación en su colonia sobre que clase de puestos de comida y que podría hacer para innovar.

Así pasaron un par de semanas, Eulises decidió preguntar a uno de sus compañeros que opinaba sobre su visión y si tenía alguna idea que pudiera enriquecer su conocimiento, Moisés, su compañero de clases le recomendó un puesto de pizzas argentinas, aunque sea en un puesto de pizzas de carro tradicional, por lo que Eulises agradecido con la idea se dispuso a buscar información sobre las pizzas argentinas.

Después de un mes Eulises ya tenía preparado todo un inventario sobre los ingredientes que necesitaba para hacer las pizzas y los utensilios que iba a comprar próximamente, ahora el siguiente paso es empezar a trabajar para llevar a cabo su sueño. Hablando solo en clases Moisés escuchó a Eulises decir cabizbajamente: --Si quiero llevar a cabo mi sueño necesito un empleo-. Por lo que se acercó a el y le sugirió ser socios. Con una mirada gélida nuestro protagonista volteó a ver a su compañero y le preguntó el motivo por el cual querría ser socio, a lo que el joven responde: --Tengo la capital suficiente para hacer tu negocio funcionar, yo podría ayudarte si así lo deseas, a cambio las ganancias serían 50% para mi y 50% para ti-. Después de oír la respuesta el joven visionario accedió y empezó a compartir su idea con su compañero ahora socio.

Después de un par de meses después de haber comprado todo lo necesario para empezar la pizzería argentina ambos decidieron emprender la noche del 20 de diciembre del mismo año. Un éxito total la novedad de puesto comestible en la localidad, se abría desde las 6 de la tarde y se cerraba hasta las 2 ó 3 de la mañana puesto que había suficiente clientela.

Al cabo de 6 meses Moisés empieza a compartir las ganancias del establecimiento con una muchacha con quién había empezado a salir unas semanas atrás, a Eulises esto no le molestó, pero empezó a darse cuenta de que de verdad estaban disminuyendo las ganancias que ambos emprendedores estaban adquiriendo. Durante una discusión el joven reclamó: --¡Tu jaina está haciendo que tomes dinero extra del que te toca! -.  --Es mi negocio puedo hacer con ello lo que quiera- responde Moisés. Impactado el visionario decide pasarla por primera y única vez, decidió no volver a tolerar el mismo trato otra vez. Y así pasó una vez mas después de 3 días durante un fin de semana. Eulises enojado decidió irse del establecimiento con el objetivo de dejar a su socio con las responsabilidades de ese día, pero al regresar al día siguiente se dio cuenta que alguien nuevo ya estaba haciendo sus tareas, era la chica con quién Moisés estaba saliendo. –No tienes derecho a regresar aquí-. Aseveró Moisés. –No diste ni un peso y ayer te llevaste todas las ganancias, me quedaré con el negocio por el cual y invertí y no te necesito-. Tras escuchar esto Eulises rompe a llorar y se regresa a su casa la cual estaba a la vuelta de puesto de pizzas, le había estado yendo tan bien que no se había dado el lujo de ahorrar, al contrario, estuvo dándose lujos que hasta cierto punto no se merecía, pero de una u otra forma tenía que aprender que todo aquello que viene fácil, fácil se va.

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