Experiencia Estética

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Al contemplar una obra artística, tácitamente nos involucramos con esta y tenemos que pretender volvernos coautores de la misma, desentrañado sus secretos, analizándola y reinventándola para así intentar volvernos parte de ella.

La experiencia estética

Cuando una persona establece un encuentro con la belleza, se denomina experiencia estética. Este acto consiste en captar y disfrutar la belleza que el arte y la naturaleza nos proporcionan, así como también en crear objetos bellos a partir de la realidad.

El arte está también relacionado con nuestra capacidad de sentir y de simbolizar la realidad. Por lo tanto el arte es una forma más de comunicación que no sustituye al lenguaje sino que lo complementa. Podemos decir además que hemos tenido una experiencia estética cuando estamos emocionados por la interpretación que le hemos dado a un acto artístico.

Es así que en un concierto de ópera, además de juzgar intelectualmente la calidad del acto artístico, se pondrá a prueba nuestro sentir estético que no es sino la emoción que afecta todo nuestro cuerpo y nuestra alma, al percibir el arte. Sin embargo este es limitado ya que dura un tiempo determinado, no obstante su intensidad es tal que le otorgamos especial importancia a la experiencia, frente al resto de actividades cotidianas.

Características de la experiencia estética

La experiencia estética presenta los siguientes rasgos:

Transforma nuestra visión de la realidad, ya que dejamos todo lo que nos agobia y le encontramos un nuevo sentido que se hallaba implícito en las cosas; haciendo que el mundo se más llevadero y ligero.

Altera la vivencia del tiempo, es decir el tiempo se vuelve casi imperceptible y a la vez duradero porque se puede saborear el pasado, presente y futuro sin solución de continuidad.

Nos conduce al olvido de nosotros mismo, al contemplar lo bello dejamos al margen el resto de cosas incluso a nosotros mismos ya que nos enfocamos en eso que nos produce gozo.

Es intensa pero breve, el gozo estético es efímero y después vuelve más dura la realidad.

Como citaron Aristóteles y Kant, “La actitud estética es un interés desinteresado que hace posible la contemplación de la obra estética porque esta permite que la sensibilidad juegue con la razón y la voluntad, las cuales admiran lo que produce la imaginación; y esta admiración está por encima del interés la utilidad o el consumo, es así que nos damos cuenta que esta actitud que se encuentra activa en el ser humano, une armoniosamente la razón y la sensibilidad para que se disfrute de manera libre la obra de arte.

El Juicio del gusto

El juicio estético es un juicio del gusto que constituye

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