EXPERIENCIA ESTÉTICA

ENSAYO

INTRODUCCIÓN

Nuestra vida está llena de acontecimientos y objetos que llamamos bellos; y cuando hablamos de belleza, no nos referimos ni a su utilidad, ni sólo a su perfección técnica o acabado; sino que expresamos nuestro gusto. Esos objetos bellos, nos proporciona un valor deleitable, nos agradan, nos transmiten un significado estético.

La experiencia estética constituye una experiencia que contiene una satisfacción y finalidad en sí misma, a diferencia de la experiencia práctica que busca la utilidad, el beneficio; la teórica, que tiene ante todo un interés cognoscitivo; o la de implicación personal, que depende estrictamente de las vivencias y los intereses individuales, en los que se involucra la historia personal, y que -por ello- es difícilmente compatible con otros.

EXPERIENCIA ESTÉTICA

Esta imagen me recuerda al fútbol que sin duda alguna siempre será el deporte más hermoso de todos. Me hace pensar que quizás podría quedar reducido a poco si hacemos que se pierda la esperanza en que siempre existe la posibilidad de la victoria propia, pero este deporte junto con esta imagen también hace sentir el miedo que existe a perder que siempre estará presente. No quiero enfocar este ensayo solamente a la imagen, sino también a este deporte. A la pregunta de en qué queda el fútbol anestesiado de incertidumbre y emoción, no me hubiera costado sentenciar que en esas circunstancias el rodar del balón se convierte en una sobra de sí mismo. En espejismo sin alma.

Aún sigo creyendo que, en esencia, es cierto. Que la emoción del resultado es componente inextirpable a la pasión de cualquier aficionado a un espectáculo que se construye sobre promesas y deseos. Pero de un tiempo a esta parte, me veo obligado a introducir matices en esta apreciación. Privado de emoción, el fútbol puede seguir siendo absolutamente bello. Puede desprenderse de su condición primitiva, elevarse por encima de ella, y convertirse en una experiencia estética pura que a su paso por los sentidos, se convierte en alimento del espíritu y verdades profundas.

Observar un partido de futbol es una experiencia estética magnifica, ver un espectáculo del calibre de una final, es agradable para los sentidos de cualquier persona, así no sea amante de este deporte. Genera una serie de emociones inexplicables, sentimientos, sobre todo para los que apoyan a algún equipo. Se forman antes durante y después del encuentro, ya sea felicidad o tristeza. Aunque este deporte regala más decepciones o tristezas que alegrías, genera en los individuos una satisfacción que solo los que amamos el futbol podemos comprender. La emoción que sentimos mientras observamos un partido, es un claro reflejo de experiencias estéticas, este gozo durará

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