Filosofia
isabel323324 de Junio de 2015
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Existe otra concepción de las teorías científicas como estructuras complejas, al margen de los PIC de Imre Lakatos, que despertó mucha atención y aun lo hace hoy en día. Me refiero a la propuesta desarrollada por Thomas Kuhn, cuya primera versión apareció en su obra “The structure of scientific revolutions“, que se publicó inicialmente en 1962. Kuhn comenzó su carrera académica como físico, para centrar su atención con posterioridad en la historia de la ciencia. Al hacerlo, descubrió que sus ideas preconcebidas acerca de la naturaleza de la indagación científica eran obsoletas e inútiles (como casi cualquier investigador que se adentre en la filosofía de la ciencia comprobaría también). Se dio cuenta de que las concepciones tradicionales de la ciencia, ya fueran inductivistas o falsacionistas, no resistían una comparación con las pruebas históricas. Posteriormente, la teoría de la ciencia de Kuhn se desarrolló como un intento de proporcionar una visión más acorde con su historia, tal como el la entendía. Comenzamos pues a analizar la Filosofía de Kuhn, otro de mis héroes particulares. Para los que no le conozcáis en primera instancia, tan solo mentaros que fue el personaje que popularizó aquello de los “cambios de paradigma”, del que hablamos muchos pseudo eruditos, pero sin propiedad.
Thomas Khun
Un rasgo característico de su teoría es la importancia que atribuye al carácter revolucionario del progreso científico, en la que una revolución supone el abandono de una estructura teórica y su substitución por otra, incompatible con la anterior. Otro aspecto muy importante de su propuesta reside en el papel capital que desempeñan las cuestiones sociológicas inherentes a las comunidades de investigadores, en la dinámica del quehacer científico, así como en la toma de decisiones de sus practicantes.
Los enfoques de Lakatos y Kuhn poseen varios rasgos en común. Concretamente, ambos exigen de sus concepciones filosóficas que resistan a las críticas basadas en la historia de la ciencia. La propuesta de Kuhn precedió en unos pocos años a la metodología de los programas de investigación científica de Lakatos. Todo me induce a pensar en que resultaría coherente pensar que Lakatos adaptó algunas de las premisas de Kuhn a sus propósitos y perspectivas personales. Si hemos presentado en primer lugar la filosofía de Lakatos es por la simple razón de que suele considerarse tanto como una culminación del programa popperiano, como una respuesta a las limitaciones del falsacionismo ingenuo de aquel. Trataba pues de mejorar, pero no desmantelar, las ideas de aquel que le cobijó cuando llegó exiliado a Londres desde Hungría.
Se alega, que la principal diferencia entre Kuhn, por un lado, y Popper y Lakatos, por otro, estriban en el hincapié que hace el primero en los factores sociológicos (cada vez más importante en la dinámica de la ciencia contemporánea, en mi opinión). Empero, a mi modo de ver, su defensa a ultranza de que el progreso de la ciencia no era acumulativo debido a la inconmensurabilidad de las grandes teorías científicas, generó una enorme polémica. Fue como si un biólogo atacara al Darwinismo. Y en algo se parecen ambos temas, como intentaremos demostrar.
En post sucesivos iremos desgranando sucintamente la propuesta de Thomas Kuhn. Con tal motivo, retornaremos al hilo argumental de la monografía de Chalmers (¿Qué es esa cosa llamada Ciencia?), para separarnos de ella paulatinamente en los últimos post, con vistas a dar rienda suelta a nuestra perspectiva personal, tal como hicimos también en el caso de Lakatos. Vamos pues a entrar de lleno en uno de los capítulos más apasionantes de la filosofía de la ciencia contemporánea. En cualquier caso, tan solo adelantar que, a cada nueva propuesta, nos alejamos más del rígido ideal
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