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Filosofia


Enviado por   •  25 de Octubre de 2012  •  1.838 Palabras (8 Páginas)  •  257 Visitas

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La aparición de la Filosofía, no es un hecho fortuito, sino la conclusión de la insatisfacción de los hombres de la Grecia antigua por descubrir, por saber cuáles son los verdaderos motivos y los por qué de todo cuanto

Se debe tener en cuenta que el ocio no es el tiempo ocupado para comer, dormir o vestirse.

Es un actividad diferente al trabajo, pero, con un sentido en la vida. Cocinar puede ser trabajo para alguien, pero ocio para otros.

Ser músico puede ser un trabajo y ocio para otros. ¿Qué es realmente el ocio? El fútbol, tenis, golf, o cualquier otro deporte puede ser ocio para muchos, pero una profesión para otros.

El ocio es una actividad gozosa. De hecho la filosofía se origina del ocio. El ocio no rinde beneficios económicos en sí, no es el fin. Rinde si satisfacciones interiores.

Con el ocio el cuerpo se relaja ¿Para qué vivir?. Es importante que podamos practicarlo para así elevarnos a nuestra plenitud de hombres

La meditación, relajación, la búsqueda de la naturaleza, el encuentro consigo mismo, es ocio que busca la sabiduría.

Dignifica tanto el trabajo como el ocio, es parte de la vida

Si él afirma que filosofar significa trascender el mundo de trabajo y que es esencial al acto filosófico no pertenecer a ese mundo de utilidades, sino ser inconmensurable con él. La filosofía reviste entonces el carácter de lo extraño, del mero lujo intelectual, intolerable e injustificable, mientras más excluyentemente se mete al hombre en las exigencias del mundo del trabajo.

Estos fenómenos se presentan en la vida actual en todo el mundo.

Filosofar es pensar.

El pensar, implica permanecer en las meditaciones, implica la atención al proceso. El filosofar, en este sentido, no tiene objeto, cuando se propone alguno, pensar en torno a él es la llamada reflexión.

El pensar interfiere en esa actividad, introduce una cuña, contempla lo que hacen los demás y cómo lo hacen. La labor filosófica no tiene nada propio en que aplicarse. Por eso el pensar no se confunde tampoco con el obrar, si por ello entendemos la transformación de lo real material.

El filósofo no transforma nada, excepto sus propios pensamientos. En una sociedad en la que todo el mundo cree intervenir en la realidad: políticos, científicos, periodistas, etc., incluso en una dimensión fundamental de la realidad, el filosofar no interviene en la realidad.

El filosofar es contemplativo de la misma manera que la ciencia es neutral. Los filósofos se limitan a interpretar la realidad.

Filosofar es una actividad sin supuestos. La mirada religiosa mira el mundo porque en él cree ver a Dios o la manifestación de cualquier otro poder distinto del humano. La mirada científica está mucho más hipotecada todavía que la religiosa, porque añade, a lo supuestos necesarios acerca de un objeto, los referidos a sus instrumentos. Frente a estas miradas, se halla la del filósofo, que sólo dispone de un ojo: el de la razón y la facultad de ver: pensar.

¿Qué es el Ser? Esta pregunta no se puede contestar porque no tiene definición. El solo hecho de definir al Ser implica reducirlo a un concepto más amplio y no existe un elemento más extenso que el Ser.

Lo único que podemos hacer es señalar quién es el Ser. La palabra Ser no podemos saber qué es pero para nosotros significa existir y consistir. No podemos saber qué es existir, sólo tenemos la experiencia de existir, de estar ahí.

Podemos intentar saber quién existe. Yo existo, las cosas existen, Dios existe, y yo y las cosas existimos en Él, o bien, yo existo y las cosas no son más que mis representaciones y no verdaderas realidades, no son en sí mismas sino que son en mi.

En cuanto al consistir, hay varias formas de consistir. No podemos saber quién consiste hasta que no sepamos quien existe.

Cuando sepamos quién existe podremos decir que todo lo demás existe en ese ser primero y por lo tanto todo lo demás consiste.

La Metafísica trata de contestar quien existe en sí y la Teoría general de la objetividad en general, es decir, de los objetos, trata de contestar qué es consistir.

La Metafísica trata de contestar quién existe, quién es el Ser en sí.

La contestación natural de cualquier persona es que yo existo, los árboles existen, mi lapicera existe, etc. Pero ningún filósofo afirma que todas las cosas existen porque es evidente que algunas tienen una existencia aparente.

No existe nada más universal que el ser: todo contiene y mantiene al ser. Pero una posible manera de acercarse a una definición, según Aristóteles, es mediante los términos unívocos, equívocos y análogos.

Un término es unívoco cuando expresa una sola realidad y sólo a ella está referido. Ejemplo: el término “candado” expresa sólo una realidad inconfundible.

Un término es equívoco cuando bajo una misma palabra caben diversas significaciones, por ejemplo:

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