Filosofia
carlos900419 de Agosto de 2013
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AREA TEMATICA FILOSOFIA MODERNA
PRESENTADO POR:
CÓDIGO: 23508767
GRUPO:
TUTOR:
JHON LUIS CASTAÑO RENDON
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA –UNAD
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES ARTES Y HUMANIDADES
CEDE JOSÉ ACEVEDO GÓMEZ
BOGOTÁ- 2013-
Concepción de Kant en torno a las posibilidades de conocimiento del “fenómeno” y el “nóumeno”
La distinción entre fenómeno y noúmeno es fundamental en el sistema kantiano. Al tratar acerca de esta cuestión Kant distingue dos sentidos del concepto de noúmeno: un concepto negativo y otro positivo. Negativamente, "noúmeno significa una cosa en la medida en que no puede ser reconocida por medio de la intuición sensible"; positivamente, significa un "objeto que puede ser conocido por medio de la intuición no sensible", por tanto, por medio de la intuición intelectual. Ahora bien, puesto que carecemos de intuición intelectual y solamente poseemos intuición sensible, nuestro conocimiento se halla limitado a los fenómenos y, por consiguiente, el concepto de noúmeno queda como un concepto negativo, como límite de la experiencia, como límite de lo que puede ser conocido. No hay conocimiento de las cosas en sí, de los noúmenos; el acceso a las cosas en sí no se halla en la Razón Teórica sino en la Razón Práctica. La distinción entre fenómeno y noúmeno permite comprender por qué Kant denomina a su doctrina "idealismo trascendental". Esta formación de idealismo consiste en la afirmación de que el espacio, el tiempo y las categorías son condiciones de posibilidad de experiencia, de los fenómenos, y no propiedades de las cosas.
1. El nóumeno en Kant
El noúmeno es un problema del mundo inteligible, no está en la experiencia.
Sabemos que existe porque lo podemos pensar pero no lo podemos conocer. El mundo inteligible guarda, dicho así, una distancia íntima con el mundo sentido y fenoménico. Para que el mundo fuese pensado de igual manera que es conocido debiera guardar una misma extensión; el mundo del pensamiento y el del objeto de este debieran ser el mismo. En las categorías del pensamiento no hay sitio que permita hacer diversa una experiencia sin el trato inmediato con esa misma experiencia. Las categorías a priori permiten la forma de la experiencia, no su contenido. Usted puede pensar a priori cosas como esto y lo otro, pero no puede pensar a priori que su cara es distinta de la mía. Formalmente, las caras son iguales; son caras. No podemos conocer el noúmeno porque el contenido del pensamiento no es el mismo que el contenido del conocimiento. El principio por el que puede dividir el espacio infinitamente no es el mismo por el que va andando de un sitio a otro. Si andar fuese sólo inteligible, usted podría, perfectamente, andar sin moverse de sitio. Para que pudiésemos conocer el noúmeno debiéramos conocer íntimamente, que no hubiese ninguna distancia intermedia. Sobre esta misma cuestión he propuesto en otros temas varias ideas problemáticas sobre la raíz del pensamiento y la del conocimiento. La cosa en sí no se debe leer como una cosa-en-sí. La cosa no está en ningún sitio; si así fuese, el problema estaría resuelto, pues tendría un sentido a priori. De cualquier manera, mucha gente piensa que se sí puede conocer la cosa en sí. Según yo lo veo, es una lectura literal y no lógica de la cosa en sí. La cosa en sí no se puede conocer porque si se pudiese conocer ya se conocería. Y es bastante claro que semejante idea del conocimiento es una idea del mismo
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