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Filosofos Arabes


Enviado por   •  13 de Octubre de 2012  •  2.811 Palabras (12 Páginas)  •  627 Visitas

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RESEÑA DE AL FARABI

El Ser Primero es excelente, eterno, antiguo. Es el máximo nivel de la perfección. No tiene potencia (posibilidad) es acto puro. Es permanente y continuo. Es la causa primera.

El Ser Primero es en sí y por sí mismo perfecto; fuera de él no puede existir otro ser de la misma especie.

En belleza, magnitud y substancia es perfecto. Es singular y único.

El “contrario” participa de una propiedad (acción, cualidad).

Es indefinible porque absolutamente no puede tener causa de su identidad. Es indivisible en su substancia.

Lo que lo separa y distingue de todo lo es El mismo, es su unidad que lo hace ser uno en sí. Tiene entidad propia. En sí mismo es entendimiento “in actu” pues no necesita de materia para existir. Es entendimiento, es inteligible y es inteligente porque conoce su esencia; una sola substancia indivisible. Es “sabio” porque el entendimiento conoce cosas excelentes con el conocimiento más excelente. Es “verdadero” porque su entidad es la más perfecta de todas. Es “ser vivo y vida” entiende el mejor inteligible con el mejor entendimiento.

La grandeza, majestad y gloria del Ser Primero le vienen por su esencia y substancia.

El Ser Primero tiene la existencia que le es propia, de él provienen todos los demás seres cuya existencia no depende de la voluntad y libre arbitrio del hombre y cada uno procede según su modo de ser.

De la substancia del Ser Primero emana toda entidad y grado de los seres perfectos o imperfectos.

Los nombres con que se denomina el Ser Primero lo que significan son una substancia y perfección que necesariamente es subsiguiente de la relación del Ser y las demás cosas.

Del Ser primero emana el ser del segundo grado, la substancia absolutamente incorpórea e inmaterial (no necesitan materia y sujeto) que se conoce a sí misma y conoce al Ser Primero, de ahí resulta la entidad de un ser tercero y así sucesivamente hasta la undécima entidad: tercera (primer cielo) cuarta (Orbe de las estrellas fijas) quinta (orbe de Saturno) sexta (orbe de Júpiter) séptima (orbe de Marte) octava (orbe del Sol) novena (orbe de Venus) décima (orbe de Mercurio) undécima (orbe de la Luna) . Estos obtienen por sí mismos desde el comienzo de su existencia su última perfección substancial.

Hay otros seres que al principio tienen un modo de ser menos perfecto y a partir de ahí se van elevando uno es pos del otro hasta que cada especie obtiene su última perfección más elevada: primero en esencias propias y luego en otros accidentes. Algunos son naturales y otros voluntarios y otros son a la vez naturales y voluntarios. Lo natural es una especie de preliminar para lo voluntario y en el tiempo precede su esencia a la del ser voluntario y repugna que exista lo voluntario sin que le haya precedido lo natural. Naturales: elementos (fuego, aire, agua, tierra y otros como el vapor y la llama), minerales, plantas, animales irracionales y racionales.

Los seres inferiores constan de “materia” y “forma”. Si no se da la materia tampoco se da la forma. La existencia actual y perfecta la llega a tener un ser cuando obtiene su forma; sin forma el ser existiría sólo en potencia. La materia es más imperfecta que la forma.

Los seres materiales o hílicos se ordenan de los más imperfectos a los más perfectos hasta llegar a uno tan perfecto que ya no supere ningún otro. Los seres divinos o celestes se ordenan de los más perfectos hasta los más imperfectos.

Los cuerpos celestes constituyen nueve conjuntos en nueve grados. Cada conjunto comprende un solo cuerpo esférico. El primero contiene un solo cuerpo y se mueve con un solo movimiento giratorio, sumamente veloz. El segundo es un cuerpo único que contiene dentro de sí varios cuerpos cuyos movimientos son comunes. Ese segundo cuerpo tiene tan solo dos movimientos y en ambos participan simultáneamente todos los cuerpos que contiene. El tercer cuerpo y los otros siete que le siguen hasta acabarse todos, contienen muchos y diferentes cuerpos y aunque cada uno se mueve con movimiento propio, sin embargo participan todos de otros movimientos comunes. Todos estos cuerpos, aunque forman un solo género, se dividen en diferentes especies. Pero en cada especie no puede numéricamente darse más de un solo individuo y en aquélla especie no podrá haber otro ser que la participe. Ningún otro ser puede participar entitativamente la especie del Sol sino que éste en su entidad será único. Otro tanto debe decirse de la Luna y de los demás Planetas. Tienen los movimientos más excelentes, que son los movimientos giratorios.

El movimiento es el accidente más vil y más bajo que pueda tener un cuerpo. El motivo es porque un cuerpo cualquiera necesariamente debe estar en un lugar. El “lugar” significa la relación de un cuerpo a la superficie de otro cuerpo a que corresponde. Cada una de las esferas y orbes sólidos a cuyo alrededor se da el movimiento, tiene un movimiento o más veloz o más lento que el movimiento de otra esfera. La diferencia que hay entre los movimientos de los astros, depende del ser mismo y de su misma esencia. Las esferas celestes toman diferentes posiciones. Por las relaciones de movimiento se da que unas entren en conjunción o entren en oposición contraria. Todos los cuerpos celestes son de una misma naturaleza común. Por eso se mueven todos con el movimiento del primer cuerpo.

Al tener una misma naturaleza común, tienen una materia primera común. De las diferencias de su esencia proviene la multiplicidad de cuerpos de distinta naturaleza. Se combinan entre sí los elementos y originan muchos cuerpos contrarios. Luego estos contarios se combinan entre sí, además de los elementos y surge una segunda combinación. Estos segundos cuerpos producen muchos otros contarios. En dichos cuerpos aparecen fuerzas que ejercen una acción mutua entre sí, otras reciben la acción de otros cuerpos y otras por las que espontáneamente y sin motor externo pueden moverse. Unos cuerpos mixtos son producto de las primeras combinaciones, otros de las segundas, otros de las terceras y otros de otros cuerpos.

Los seres naturales al recibir la existencia pueden permanecer y perseverar. Los seres exigen y merecen una forma y una materia. Las exigencias de la forma debería de perseverar en la existencia que tiene y no dejar nunca de existir; en cambio las exigencias de la materia, puede tener otro modo de ser opuesto al que tiene. Lo justo será que satisfagan las exigencias de ambas cosas y que si no se pueden simultáneamente satisfacer deben sucesivamente satisfacerse.

Hombre: potencia

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