Filosofía Según Pieper.

El texto de Josef Piepper nombra al ocio como el principal tema a extender, en el texto expresa que “el ocio es la actitud contemplativa de ser”.

Desde mi punto de vista, todo hombre puede llegar al ocio luego de haberse liberado del trabajo y de haberse liberado de lo urgente (exigencias urgentes y por lo tanto vitales). Es muy importante mencionar que éste ente es el centro de dos exigencias; 1- exigencias que las resuelve trabajando 2- una exigencia que emerge desde lo espiritual o lo interior. Sin embargo el ente en muchas situaciones comienza a suspender actividades como por ejemplo el trabajo (trabajo: es un medio, necesario para satisfacer necesidades) para dedicarse a su profundo e intimo interior. Usualmente el hombre puede dedicarse al ocio cuando alcanzó el bienestar material, la comodidad, el confort, la paz; cuando logró cubrir las necesidades vitales propias de su subsistencia. Así comienza a descubrir más profundamente que está en presencia de su espíritu y se encuentra frente a una gran profundidad, generalidades y totalidades. Luego puede iniciar capacidades de observar y apreciar su ser, el hombre va a descubrir su alma, orientándose hacia su interior y contemplando su espíritu, éste hombre comienza a sentirse libre, autónomo, independiente y con la serenidad le acarreó el cese de la actividad laboral y cortar el vínculo con lo material.

Al aproximarnos a la tesis y el contenido del ocio en necesario referirse al trabajo ya que si no podemos distendernos del trabajo es utópico y absurdo llegar al ocio.

El trabajo: noción de la actividad laboral exhibido por Scheler: “Aproximarse a las cosas como es preciso, aferrarlas vigorosamente, pero también ser aferrado vigorosamente por ellas, asimilarlas en el esfuerzo a nuestras ideas teleológicas (teleológico: orden de fines que las cosas tienden a realizar), a la vez fundirse en ellas y volverse semejantes a ellas – esto es lo que significa “trabajar””.

Mi explicación sobre el trabajo es que el hombre busca en el más allá, nunca acaba en el mismo trabajo, es decir, busca otro fin más allá del trabajo. Por ejemplo: conocer, relacionarse, enriquecerse, ser un ente ético, decoroso y recto. No obstante, el hombre en muchos sucesos es abatido por la alineación (pérdida de la personalidad, la identidad o las ideas propias de una persona o de un colectivo debido a la influencia o dominación de otra u otras) y lo traslada a la perdida de fin-medio y por lo tanto confundirá los medios con los fines, también como efecto este hombre perderá su ser en el exceso y demasía de trabajo. El trabajo acaba sometiendo al hombre, esa labor es más importante que su vida, el ente pierde su libertad y por consiguiente no es libre ni en lo espiritual, en lo interior, en lo anímico y en lo emocional.

Para muchos hombres el trabajo es una figura significativa, que trata de una especial apertura

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