Filosofía práctica de Santo tomas

Filosofía práctica

La ética de Santo Tomas viene marcada por dos grandes influencias: el cristianismo y Aristóteles.

A la ética se le puede calificar de  Eudemonista ya que considera que el fin último del hombre es alcanzar la felicidad, y de teleológica ya que al igual que Aristóteles cree  que todos los seres tienden por naturaleza a su fin (Perfección) de la que depende su esencia.

En cuanto al problema del mal a diferencia de San Agustín que lo resolvió calificándolo como ausencia del bien, Santo Tomás cree que el mal físico es consecuencia del mal moral y éste es consecuencia de la libertad que posee el hombre.  

En la naturaleza humana existe la tendencia a Dios, pero con su libertad, puede tender al pecado. La solución es la virtud como hábito.

La importancia del hábito es semejante a la diferencia establecida por Aristóteles entre virtudes intelectuales (sabiduría) y morales (Fortaleza, templanza, prudencia y justicia). Dios nos da la sabiduría y la voluntad para saber utilizar la libertad (no la de los animales o la de las plantas).

Si nos alejamos del bien, nos alejamos de la solución, pero Dios nos da la gracia para poder volver al Bien. Además, Santo Tomas, añade las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) para poder llegar a Dios.

El hombre es social por naturaleza, pero la naturaleza del hombre es reflejo de la ley de Dios. Santo Tomas analiza la presencia de Dios en la naturaleza a través de los distintos aspectos de la ley de Dios.

La ley eterna que es la voluntad de Dios plasmada en el universo que para el hombre es Ley Natural, en la que se basa la ley moral y es necesaria para que sepamos diferenciar lo que está bien de lo que está mal, pudiendo mejorar así  la convivencia.

Ejemplos: La ley natural es conservar la existencia, reproducir la especie, buscar  la verdad y diferenciar el bien del mal. Ley Divina por ejemplo los diez mandamientos.

La ley positiva es la escrita por el hombre, las normas que controlan los Estados y necesita respetar la Ley Natural para ser justa.

Todo ello nos lleva a vivir en sociedad, la cual necesita un gobierno que busque el bien de los ciudadanos (Buscar la paz, defensa del estado y la economía) pero también tiene que tener en cuenta el fin sobrenatural del hombre que lo conoce la Iglesia, por este motivo, alcanzar la felicidad debe ser una labor de la iglesia y no del Estado. De esta manera justifica la independencia de ambos poderes y de la supremacía de la Iglesia sobre el Estado.

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