Hambre

Ocaña Martínez Estrella Estefanía

Gpo. 3 / Semestre IV

Filosofía II

Hambre

Todos tenemos hambre y no me refiero literal a la falta de comida sino que tenemos la necesidad y queremos algo, siempre estamos queriendo porque nos sentimos vacíos y esa hambre nos hace ser lo que somos.

Podemos querer algo que ya tuvimos pero eso ya no es igual porque un cambia además de que uno mismo le pone el significado a la vida. Esa hambre de necesidad es lo que nos permite movernos, actuar para existir día con día ya que es indispensable para cada uno.

De niña una vez escuche esta frase “Arte es cuando escuchas una llamada de tu corazón y respondes”- Terri Guillments, esta frase por mucho tiempo me ha dejado despierta de día y de noche, ¿Qué es el arte? O más bien ¿Por qué el arte? ¿Arte como qué? La mayoría de veces cuando se haba de arte lo vemos como un sustantivo y no pienso que sea eso, son acciones que generan cambio. El arte para mí es un gran conflicto, siempre que escucho o hablo acerca de él me impactada de sobremanera, siento una inmensa necesidad de él, pienso que es  la expresión del éxtasis de nuestra plenitud y vitalidad de nuestro ser, a través de él podemos deslumbrar fuera de lo común, darle claridad intensa a nuestra realidad, uno mismo le pone el sentido, nos permite sustituir el sentimentalismo por la técnica para expresarnos. Por ende que los artistas sean personas determinadas, creativos y con creatividad me refiero a que no hacen lo común, apasionadas, locas porque es difícil entenderlos porque siempre están en conflicto con ellos mismos y su entorno, impulsivos, instintivos y con ayuda de sus sentidos se dejan llevar, no es algo forzado.

El arte  permite al profundo anhelo de nuestro corazón hacer algo sobre la realidad que vivimos, algo que exprese la totalidad del talento, valor, de la profundidad del abismo en el que nos encontramos, ya sean conocimientos, acciones o comprensiones del ser humano que esa realidad nos ha conducido.

No por nada los seres humanos siempre han buscado el arte para identificarse, no es coincidencia que el arte haya acompañado a las grandes revoluciones de todas las épocas, porque son los artistas quienes marcan la diferencia con su locura y autenticidad porque no piensan lo que les dicen que piensen, no se quedan con lo superficial de lo que sucede, tienen que ver todo lo demás y hacernos ver  el otro lado de la moneda y tocan al mundo, no huyen de la realidad más bien la persiguen, por eso algunas obras de arte han perdurado durante lo largo de la existencia porque su propia dimensión temporal es una mezcla del tiempo histórico que se estaba viviendo y la eternidad.

Podemos ver en algún museo o galería de arte un símbolo, imagen, pinturas, palabras o esculturas que nos hagan pensar “ay esto lo podría hasta hacer un niño de cinco años” “son unos simples rayones” y no se trata de hacer las cosas por hacer, eso es algo vacío, esto es un gran ejemplo de que hay mucho miedo de pensar críticamente, actuar críticamente está visto como algo exagerado, estar en contra de algo es malo porque no estas abierta a las posibilidades, estas juzgando,  lo de hoy es que nada te afecta, nada te importe y se termina adoptando un comportamiento superfluo, liquido, donde todo fluye, encerrándonos en una burbuja, convirtiendo a todo en una mercancía, inclusive a lo que menos pensamos que no tiene un precio monetario, nosotros, donde si algo no tiene utilidad lo desechamos,

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