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Heraclito Y Su Vida


Enviado por   •  16 de Junio de 2015  •  423 Palabras (2 Páginas)  •  251 Visitas

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Heráclito, un filósofo presocrático, nació en la ciudad de Éfeso el año 535 a.C y murió el año 484 a.C.

Para Heráclito, su pensamiento está basado alrededor del “todo es fuego”. El fuego es el origen de todo, es el arje. Heráclito no se refiere al fuego como lo que ilumina, sino que habla del fuego mismo como una lucha constante, como arrancar al ocultamiento (encenderse y extinguirse). Heráclito tenía fe en lo que captaba por los sentidos. Su principio, es que el mundo está en un constante cambio y no permanece estático, lo que se denomina que nada es eterno. Heráclito, iba más allá de lo que la población creía, él decía que él iba más allá del pensamiento y quería investigar porque los demás seguían el mismo camino sin saber a dónde iban a llegar. Una de sus más significativas y celebres frases, es que “nadie puede bañarse dos veces en el mismo río porque la segunda vez que lo hace, tanto él como el río ya no son los mismos”. Así pues, para Heráclito, “todo fluye”. La vida siempre esta activa como el fuego, la realidad esta cambiando constantemente. Él ocupa la metáfora del fuego por su cambio, porque se prende y se apaga, todo lo que nace, muere. Él se basa en su arje, que es el LOGOS, que dice que todo lo opuesto, esta unido y que es una ley universal que esta en el razonamiento y en el pensar de cada uno de nosotros.

Precisamente, el mundo es comprensible porque existe un continuo cambio, un continuo juego entre contrastes. Si los hombres viviéramos siempre sanos no podríamos entender lo que es la salud; sólo al experimentar la enfermedad es cuando podemos entender este concepto. Por otro lado, el “mal” debe existir en el mundo porque si no, no podríamos tener noción de lo que es el “bien”.

Como todos los demás filósofos presocráticos de la época, Heráclito también se preguntaba si en este mundo en constante cambio había algo común, un arjé. Su respuesta es que existía una “razón universal” que lo dirige todo y por la que todos debemos guiarnos. El problema de la mayoría de la gente es que se guía por su razón particular, por las simples opiniones, mientras que el filósofo está para descubrir esa ley común, a la que llamó “Dios” o “logos”. Para Heráclito, el logos, era el constante cambio que está ocurriendo y que todo fluye, por otro lado el atribuye el fuego como un símbolo de permanente fluidez y cambios.

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