Inconsciente y Arquetipos

Jung distingue la psique entre el “Yo”, “El inconciente personal” y el “inconciente compartido”.

El inconsciente en primer término fue considerado como el estado de los contenidos mentales olvidados o reprimidos, según Freud.

El inconsciente de cada ser humano se define como un inconsciente personal, que descansa sobre otro más profundo y común a todos los seres humanos: inconsciente colectivo.

La existencia psíquica sólo es reconocible en contenidos conciencializables, por lo tanto sólo podemos hablar de insconciente cuando podemos verificar la existencia de estos contenidos. Los contenidos del insconciente personal son todos complejos de carga afectiva, que son parte de la intimidad del alma según Jung.

En cambio para el contenido del inconsciente colectivo, a estos contenidos los llamamos “arquetipos”.

Estos son comunes  a todos los hombres y constituye así un fundamento anímico de naturaleza suprapersonal existente en cada ser humano (contenido conciencializables). Aun así nunca somos plenamente conscientes de ello aunque nos influya en lo emocional y en lo actitudinal, es por esto que nunca lo conocemos del todo, sólo podemos “ver sus indicios”.

Este concepto puede aplicarse a las representaciones colectivas ya que en verdad designa contenidos psíquicos no sometidos aún a elaboración consciente alguna. Los arquetipos son principios organizadores del inconsciente colectivo.

El arquetipo representa un contenido inconsciente que al conciencializarse y ser percibido cambia de acuerdo con cada conciencia individual en que surge.

Jung separa entre “arquetipo” y “representaciones arquetípicas”.

El arquetipo en sí representa un modelo hipotético, no intuible, como el patrón de comportamiento de la biología. Ej, la madre, el Padre (Johnny Walker, keep walking), el héroe (nike, duracell…), el sabio (hp, google…)… son arquetipos vinculados a marcas.

Las representaciones arquetípicas son las que aparecen en los mitos y los cuentos de toda la literatura universal que suelen compartir en todas partes ciertos motivos comunes que encontramos, a su vez, representados en sueños, fantasías y sueños de los individuos en la actualidad.

Tienen la capacidad de fascinar, impresionar e influir sobre la consciencia, aunque provengan de un pre-forma inconsciente perteneciente a la estructura heredada de la psique humana. Por ello, puede manifestarte de manera similar en cualquier persona. No se trata de representaciones heredadas, sino de viabilizaciones heredadas de las funciones psíquicas, de la misma forma que un pájaro sabe congénitamente de qué forma y en qué estación del año debe construir su nido sin haber sido instruido en ese conocimiento.

Las alegorías y simbolismos están relacionados. Ambos están destinados a transmitir un significado que es diferente a lo presentado directamente. Sin embargo, mientras que las alegorías son historias destinadas a transmitir un mensaje, los símbolos forman un campo más amplio de significado y son objetos, no historias, que encarnan un significado particular. Según Jung, una alegoría es una paráfrasis de un contenido consciente y el símbolo, es la mejor expresión posible para un contenido inconsciente, sólo presentido pero desconocido.

Por ejemplo, un símbolo es una paloma que representa la paz. En matemáticas, el signo menos es un símbolo que usualmente significa "restar", o “negativo”,  etc. Por ejemplo el logo de Dove, que es una paloma… (y bueno, así se llama en inglés), es un símbolo de una marca que transmite paz, o el logo de Nestlé que es un nido de un ave alimentando a sus pichones, puede decirse símbolo del arquetipo de la madre en Jung.

Una alegoría, por ejemplo es la de la Caverna de Platón utiliza esta historia para explicar cómo algunos segmentos de la población son ignorantes, mientras que otros han llegado a "ver la luz". En el arte, las alegorías son de uso frecuente, tales como el uso de una fruta marchita, cráneo o reloj de arena para contar la historia de la muerte y representar un recordatorio de que los seres humanos son criaturas mortales.

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