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Inconsciente

mariasolflores8 de Junio de 2014

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VI. El comercio entre los dos sistemas

El Icc es algo vivo, susceptible de desarrollo, y mantiene con el Prcc toda una serie de relaciones, entre otras, la de la cooperación. A modo de síntesis debe decirse que el Icc se continúa en los llamados retoños, es asequible a las vicisitudes de la vida, influye de continuo sobre el Prcc y a su vez está sometido a influencias de parte de este.

Entre los retoños de las mociones pulsionales icc del carácter descrito, los hay que reúnen dentro de sí notas contrapuestas. Por una parte presentan una alta organización, están exentos de contradicción. Por otra parte, son inconscientes e insusceptibles de devenir conscientes. Por tanto, cualitativamente pertenecen al sistema Prcc, pero de hecho, al Icc.

Las formaciones de la fantasía, a pesar de su alta organización, permanecen reprimidas y como tales no pueden devenir conscientes. Se aproximan a la conciencia y allí se quedan imperturbadas mientras tienen una investidura poco intensa, pero son rechazadas tan pronto sobrepasan cierto nivel de investidura. Otros tantos retoños del Icc de alta organización son las formaciones sustitutivas, que, no obstante, logran irrumpir en la conciencia merced a una relación favorable, por ejemplo, en virtud de su coincidencia con una contrainvestidura del Prcc.

Un sector muy grande de este preconciente proviene de lo inconciente, tiene el carácter de sus retoños y sucumbe a una censura antes que pueda devenir conciente. Otro sector del Prcc es susceptible de conciencia sin censura.

Cuando consideramos la represión nos vimos precisados a situar entre los sistemas Icc y Prcc la censura decisiva para el devenir consciente. Ahora nos es sugerida una censura entre Prcc y Cc. Pero haremos bien en no ver en esta complicación una dificultad, sino en suponer que una nueva censura corresponde a todo paso de un sistema al que le sigue, más alto, vale decir, a todo progreso hacia una etapa más alta de organización psíquica.

Lo conciente no lo es siempre, sino que temporariamente también es latente. Mucho de lo que participa de las propiedades del sistema Prcc no deviene consciente. No solo lo reprimido psíquicamente permanece ajeno a la conciencia, también, una parte de las mociones que gobiernan nuestro yo, vale decir, del más fuerte opuesto fundacional a lo reprimido.

Notamos que retoños del Icc devienen conscientes como formaciones sustitutivas y como síntomas, pero lo regular tras grandes desfiguraciones respecto de lo inconsciente, aunque suelen conservar muchos caracteres que invitan a la represión.

Diferencias entre lo Prcc y los Icc: lo Icc es rechazado por la censura en la frontera de lo Prcc, sus retoños pueden sortear esa censura, organizarse en un nivel alto, crecer dentro del Prcc hasta una cierta intensidad de investidura, pero después, cuando la han rebasado y quieren imponerse a la conciencia, pueden ser individualizados como retoños del Icc y reprimidos otra vez en la nueva frontera de censura situada entre Prcc y Cc. Asi, la primera censura funciona contra el Icc mismo, la segunda, contra los retoños Prcc de él. Se diría que la censura fue empujada un tramo hacia adelante en el curso del desarrollo individual. La existencia de la censura entre Prcc y Cc nos advierte que el devenir-conciente no es un mero acto de percepción, sino que probablemente se trate también de una sobreinvestidura, un ulterior progreso de la organización psíquica.

En las raíces de la actividad pulsional los sistemas se comunican entre si de la manera mas amplia. Una parte de los procesos ahí excitados pasar por el Icc como por una etapa preparatoria, y en la Cc alcanzan la conformación psquica mas alta, otra parte es retenida como Icc. Pero el Icc es alcanzado también por las vivencias que provienen de la percepción exterior. Normalmente, todos los caminos que van desde la percepción hasta el icc permanecen expeditos, y solo los que regresan de él son sometidos a bloqueo por la represión.

El contenido del sistema Prcc (o Cc) proviene, en una parte, de la vida pulsional (por mediación del Icc) y, en la otra, de la percepción. Cabe dudar sobre la medida en que los procesos de este sistema pueden ejercer una influencia sobre el Icc, la investigación de casos patológicos muestra a menudo en el Icc un grado de autonomía y de ininfluenciabilidad apenas creíble. Un total aislamiento reciproco de las aspiraciones, una degradación absoluta de los dos sistemas. La cura psicoanalítica se edifica sobre la influencia del Icc desde la Cc. Los retoños del Icc que hacen de mediadores entre los dos sistemas nos facilitan el camino para este logro.

El contenido del Icc puede ser comparado con una población psíquica primitiva. Si hay en el hombre unas formaciones psíquicas heredadas, eso es lo que constituye el núcleo del Icc. A ello se suma más tarde lo que se desechó por inutilizable en el curso del desarrollo infantil y que no forzosamente ha de ser, por su naturaleza, diverso de lo heredado. Una visión tajante y definitiva del contenido de los dos sistemas no se establece, por regla general, hasta la pubertad.

LA REPRESIÓN (1915)

La doctrina de la represión es el pilar fundamental sobre el que descansa el edificio del psicoanálisis.

La primera vez que se lo menciono fue “sobre los mecanismo psíquicos de los fenómenos histéricos”: comunicación preliminar de Breuer y Freud en 1893. El contexto de represión fue sugerido por el fenómeno clínico de la resistencia que a su vez traía una innovación técnica: el abandono de la hipnosis y el tratamiento catártico de la histeria.

En los estudios sobre la histeria la palabra utilizada no fue represión, sino la defensa, ya que esta era más común para Freud. En su trabajo sobre el papel de la sexualidad, específicamente en la etiología de la neurosis (1906), comenzó a remplazar este último por aquel. El concepto de represión al que Freud aludía era al que se presenta en la histeria y mucho después en inhibición, síntoma y angustia, donde propuso restringir el termino represión a este mecanismo en particular y restaurar el uso de defensa como designación general para todas las técnicas de que se sirve el yo en el conflicto que eventualmente llevan a la neurosis.

Se habla de un estado de represión cuando el destino de una moción pulsional choca con resistencia que quieran hacerla inoperante. En este caso, de nada vale la huida de la pulsión, pues el yo no se puede escapar de si mismo, ya que es el quien impone la resistencia.

¿Cuál es la condición para que se produzca la represión, en qué momento del desarrollo del psiquismo aparecería la misma?

La condición para que se produzca la represión consta en que el logro de la meta pulsional traiga consigo displacer en lugar placer, aunque pulsiones así no existen, ya que una satisfacción pulsional es siempre placentera, debería suponer algún proceso particular (represión) por el cual el placer de satisfacción se mudara al displacer.

Traemos al debate otras situaciones pulsionales. Tomemos el caso en que un estimulo pulsional como el hambre, permanece insatisfecho lo que da lugar a que se vuelva imperativo, únicamente la acción de satisfacción puede eliminarlo, es decir, mantiene una continua tensión de necesidad. Pero en todo esto no asoma nada parecido a una represión.

Por consiguiente, el caso de la represión no esta dado cuando la tensión provocada por la insatisfacción de una moción pulsional se hace insoportablemente grande.

Entonces afirmamos que la satisfacción de la pulsión sometida a la represión es siempre placentera en si misma, pero es inconciliable con otras exigencias y designios (como las barreras que pone el yo). Tenemos así, que la condición para la represión es que el motivo de displacer cobre un poder mayor que el placer de satisfacción.

Por otro lado, la represión no es un mecanismo de defensa presente desde el origen; no puede engendrarse antes que se halla establecido una separación clara entre actividad consiente y actividad inconsciente del alma, y su esencia consiste en rechazar algo de la conciencia y mantenerlo alejado de ella. Es decir, represión e inconsciente están ligados.

¿A qué se denomina primer tiempo de la represión (represión primaria, originaria, Ur-verdrängung), qué contenidos caen bajo el efecto de este primer momento de la represión?

Tenemos razones para suponer una represión primordial, una primera fase de la represión que consiste en que a la agencia representante psíquica (agencia representante-representación investida con un determinado monto de energía psíquica –libido-) de la pulsión se le deniega la admisión en lo consciente. Así se establece una fijación en el inconsciente a partir de que la agencia representante persiste inmutable y la pulsión sigue ligada a ella.

¿Cómo opera la represión secundaria – propiamente dicha-, qué es la resistencia?

La segunda etapa de la represión, la represión propiamente dicha, recae sobre retoños (relación que se hace a través de nexos) psíquicos de la agencia representantes reprimidas o de pensamientos que han entrados en un vinculo asociativos con ella. A causa de este vinculo, tales representaciones experimentan el mismo destino que lo reprimido primordial (el inconsciente) ya que debe tenerse en cuenta la atracción que esta ejerce sobre todo aquello con lo cual puede ponerse en conexión. Probablemente, la tendencia de la represión no alcanzaría su propósito si

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