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Inicios De La Cosmologia


Enviado por   •  4 de Mayo de 2014  •  7.213 Palabras (29 Páginas)  •  231 Visitas

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Inicios de la cosmología racional griega: Tales y Anaximandro

Comencemos, como es costumbre, con Tales. Las distintas fuentes que hacen referencia a Tales nos permiten ubicarlo en Jonia hacia finales del siglo VII y principios del siglo VI a.C. [1] Como las principales fuentes para el conocimiento de la vida de Tales son tan disímbolas como Heródoto y la Vida de los filósofos ilustres de Diógenes Laercio, escrita ocho siglos después de la muerte de Tales e incorporando tradiciones orales al propio sistema de Diógenes, pasando por breves referencias en Platón, Aristóteles, Apolodoro, Plinio o Aecio, por citar sólo algunos ejemplos, los datos relativos a la vida y obra de Tales son muy inseguros. Así, tenemos reportes variados respecto tanto del origen milesio, con la atribución de Heródoto de ascendencia fenicia, de Tales como versiones distintas relativas a su longevidad o a su producción escrita. Los dos aspectos más relevantes de su biografía tradicional, para los objetivos del presente trabajo, son las referencias de Heródoto[2] a la predicción de un eclipse solar (que se cree actualmente podría ser el del 28 de mayo de 585 a.C.) y a la escritura de tratados acerca de los equinoccios y los solsticios[3].

Procedamos, entonces, al análisis de la cosmología de Tales. Casi todo lo que sabemos de las ideas cosmológicas de Tales depende de dos cortos pasajes de Aristóteles, que cito para tener a la mano.

“…algunos más consideran que (la Tierra) descansa sobre el agua. Ésta sería la opinión más antigua que nos ha llegado, según dicen, sostenida por Tales el milesio, porque, flotando de esta manera, (la tierra) se mantendría en reposo, como la madera o algo parecido…”[4]

“…Respecto del número y forma de dicho principio, no todos dicen lo mismo, sino que Tales, el iniciador de este tipo de filosofía, dice que es el agua (porque también manifestó que la Tierra estaba sobre el agua). Suposición que tal vez tomó de la observación de que el alimento de todos [los seres] es húmedo y que de ésta [el agua] surge el calor mismo y por éste viven [los seres] (el principio de todas las cosas es aquello de donde nacen); de esto tomó dicha suposición, y del hecho de que la semilla de todas las cosas tiene una naturaleza húmeda; y el agua es el principio natural de las cosas húmedas”[5].

No tengo razones para disentir del convincente análisis de Kirk[6] sobre lo que podemos inferir de la cosmología de Tales. Así, parece razonable suponer que adoptara de Oriente la idea de que la Tierra se había originado en el agua[7]; que flotaba en ella, y que los terremotos se podrían explicar por lo anterior. Por otra parte, es muy insegura cualquier toma de posición respecto de si Tales habría considerado al agua sustrato primordial de todas las cosas y si habría iniciado el programa (explícito en el caso de su sucesor Anaxímenes) de justificar la posibilidad de dicho sustrato único por medio de los procesos de condensación y rarefacción.

Por todo lo anterior, apenas se puede vislumbrar en lo que sabemos del pensamiento de Tales un cierto materialismo que lo separaría de tradiciones como las que comenté en la sección anterior. En efecto, si de hecho empieza, de acuerdo con nuestro modelo, a partir de imágenes y constructos como los que refiere Aristóteles (i. e. la humedad de los alimentos y de las simientes) para postular una importancia primordial del agua, el sistema adquiere mayor consistencia lógica al adoptar los mitos orientales de las aguas primigenias y al emplear éstos para explicar los terremotos. Aproximadamente, a partir de este punto, considero que comienza un proceso de selección de este criterio de plausibilidad, como decía más arriba, por las características referidas de estas sociedades mercantes. En el presente caso, podría aventurarse que los informes con que contamos de la vida de Tales[8], si bien bastante problemáticos, como decía más atrás, lo muestran como un prototipo de las características que postulaba serían capitales para el desarrollo de este criterio de verdad: ciudadano de ciertos recursos, hombre práctico, inmiscuido en actividades comerciales e interesado en cuestiones prácticas, de medición y astronomía (y probablemente familiarizado con los métodos geométricos de los egipcios y babilonios). Es decir, las características de algunos individuos prominentes en las sociedades griegas[9] les llevarán a preferir explicaciones coherentistas de los asuntos que les interesan.

El caso de Anaximandro también es paradigmático: ciudadano milesio[10] que viajó a Esparta[11] y probablemente participó en una expedición colonizadora a Apolonia[12], interesado en actividades prácticas relacionadas con la astronomía[13] y la navegación[14].

Las ideas de Anaximandro son probablemente más difíciles de reconstruir que las de Tales o la mayoría de los presocráticos. Aunque podemos estar más seguros de que escribió acerca de temas cosmológicos[15], no se nos ha conservado prácticamente nada de sus ideas originales[16]. Es preciso entonces, como hace Kirk[17], reconstruir las ideas a partir de la crítica de los comentarios peripatéticos[18], completados con las referencias doxográficas de las Opiniones de Aecio, de laRefutación de Hipólito, y de los Stromateis pseudo-plutarqueos.

Intentemos, entonces, una reconstrucción de la cosmología de Anaximandro. Si, además del fragmento citado, consideramos el verso, que aparece en AristótelesFís., Γ 4, 203 b 7, “todo lo abarca y todo lo gobierna”, por su carácter rítmico y su vocabulario indudablemente presocrático, como posiblemente original de Anaximandro[19], y la convincente discusión de Kirk[20], podríamos considerar que Anaximandro, en polémica con Tales, postuló que la sustancia primordial sería diferente de cualquier sustancia conocida, y la llamó por esto “lo indefinido” (ápeiron). Por otra parte, esta sustancia podría muy bien haberse pensado como divina, de ahí la afirmación de que sería omniabarcante y omnirrectora, de la cita anterior[21]. Dicho gobierno sería el de la ley natural de una justicia muy similar a la Fortunae rota[22], que es muy patente, por ejemplo, un siglo después en Heródoto, y probablemente tiene orígenes mucho más antiguos[23]. No puedo dejar de ver esto como un buen ejemplo del modelo propuesto:

La percepción de los amplios contrastes estacionales, por poner un ejemplo, y, aún más, de la forma abrupta e impredecible en que puede cambiar la fortuna de individuos o naciones, son experiencias vitalmente significativas (en el sentido de que inciden en cuestiones centrales para la vida humana) que originan constructos especulativos de la fatalidad del Destino[24]. La racionalización

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