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KANT: La antropología.


Enviado por   •  28 de Octubre de 2015  •  Resúmenes  •  1.264 Palabras (6 Páginas)  •  837 Visitas

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KANT.

La antropología.

Todo el conocimiento que el hombre adquiere, es para aplicarlo en algún momento, al mundo; pero lo más importante del mundo, es que el hombre aplique todo ello a sí mismo, porque él es su propio fin último. El conocerle, pues, como un ser terrenal dotado de razón por su esencia específica, merece llamarse un conocimiento del mundo, aun cuando el hombre sólo constituya una parte de las criaturas terrenales. El conocimiento fisiológico del hombre trata de investigar lo que la naturaleza hace del hombre; el pragmático, lo que él mismo, hace o puede y debe hacer de sí mismo.

La muerte.

El morir no puede experimentarlo ningún ser humano en sí mismo, sólo percibirlo en los demás. El pensamiento: no soy, no puede existir; pues si no soy, tampoco puedo ser consciente de que no soy. Pero hablando en primera persona negar el sujeto mismo, con lo que éste se aniquila a sí mismo, es una contradicción.

La especie humana.

Para poder indicar un carácter específico de ciertos seres requiérese comprenderlos bajo un concepto con otros conocidos de nosotros. Pero si se compara una especie de seres que conocemos con otra especie de seres que no conocemos, ¿cómo se puede esperar que se indique un carácter de los primeros, faltándonos el concepto intermediario de la comparación? Parece que el problema de indicar el carácter de la especie humana sea insoluble, porque tendría que resolverse comparando dos especies de seres racionales por medio de la experiencia, la cual no nos ofrece más que una.

No nos queda para señalarle al hombre la clase a que pertenece en el sistema de la naturaleza viva y caracterizarle así, otra cosa sino decir que tiene un carácter que él mismo se ha creado, al ser capaz de perfeccionarse de acuerdo con los fines que él mismo se señala; gracias a la facultad de la razón puede hacer de sí un animal racional; y esto le lleva a conservar su propia persona y su especie; a ejercitarla, instruirla y educarla para la sociedad doméstica; a regirla como un todo sistemático necesario para la sociedad; producir el perfeccionamiento del hombre por medio del progreso de la cultura, aunque sea con más de un sacrificio de las alegrías de la vida.

El hombre es diferente de todos los seres vivientes de la tierra por su capacidad técnica para manejar las cosas, por su capacidad pragmática y por la capacidad moral, tres grados residentes en su esencia y cada uno puede diferenciar al hombre de los demás habitantes de la tierra.

El yo pensante.

Yo, como pensante, soy un objeto del sentido interior y me llamo alma. Aquello que es un objeto de los sentidos internos, llámese cuerpo. La expresión “yo” como ser pensante, significa ya el objeto de la psicología, la cual puede llamarse doctrina racional del alma, de ese concepto yo, en cuanto se presenta en todo pensamiento. “Yo pienso” es el único texto de la psicología racional. De él debe ésta desenvolver todo su saber.

La tópica de la doctrina racional del alma, de donde debe deducirse todo lo demás que ésta puede contener, es la siguiente:

1.- El alma es sustancia.  2.- Es, según su cualidad, simple. 3.- Es, según los diferentes tiempos en que existe, numéricamente idéntica, es decir, es unidad. 4.- En relación está con los posibles objetos en el espacio.

De estos elementos nacen todos los conceptos de la doctrina pura del alma.  Esta sustanciada el concepto de inmaterialidad; como sustancia simple da el de la incorruptibilidad; la identidad como sustancia intelectual da la personalidad; estas tres cosas juntas hacen la espiritualidad; la relación con los objetos en el espacio da el comercio con cuerpos; la sustancia pensante como el principio de la vida en la materia, alma y fundamento de la animalidad; ésta está limitada por la espiritualidad: inmortalidad.

Por ese “Yo”, o “Él”, o “Ello” que piensa, nada es representado, sino un sujeto trascendental de los pensamientos, el cual sólo es conocido por los pensamientos que son sus predicados y del cual separadamente nunca podemos tener el más mínimo concepto. La conciencia no es una representación distintiva de un objeto particular, como una forma de la representación en general, en cuanto ésta debe llamarse conocimiento; pues de ella sólo puedo decir que por ella pienso algo.

En el proceder de la psicología racional hay un paralogismo, que puede expresarse en el siguiente raciocinio: Lo que no puede ser pensado más que como sujeto, no existe tampoco más que como sujeto, y es, por tanto, sustancia. Es así que un ser pensante, considerado sólo como tal, no puede ser pensado más que como sujeto.

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