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“LOS VALORES HUMANOS DEL GOBERNADO Y LA VICTIMIZACIÓN POR PARTE DEL ESTADO”


Enviado por   •  4 de Enero de 2016  •  Ensayos  •  6.135 Palabras (25 Páginas)  •  456 Visitas

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                ENSAYO

“LOS VALORES HUMANOS DEL GOBERNADO Y LA VICTIMIZACIÓN POR PARTE DEL ESTADO”

REFUGIO GUSTAVO SANCHEZ EUSEBIO

MÉXICO, D.F. 11 DE AGOSTO DEL 2015.

                

        

        I n t r o d u c c i ó n

        El tema de la responsabilidad del Estado en sus obligaciones elementales para con sus gobernados, no es nuevo. La obligación nace cuando el hombre entrega su pensamiento y su libertad a su Soberano, al Monarca, al Presidente, al Tirano, porque delega en un ente de mayor envergadura, por el número de ciudadanos, porque ejercer la soberanía no podría hacerse uno a uno, o como en el Ágora griega ni en el Senado romano.

         Al avanzar el hombre en su expansión científica, social, jurídica, tecnología, nace la necesidad de adoptar formas de gobierno, entrelazando las antiguas con las modernas, para conseguir un solo objetivo, el bien común de los gobernados.

        Pero vemos todo lo contrario, el ser humano no aprende las lecciones históricas, como dice el refrán, “Pobre de aquel que no conoce por lo menos doce mil años de su historia, porque tiene derecho a repetirla” o la oración, “El hombre es el lobo del hombre”, que tienen que surgir en la vida material ordenamientos y formas de conducta, para alcanzar un equilibrio entre el Estado y el ciudadano.

        Encontramos que después de analizar  en forma histórica, dialéctica, sistemática, que ha costado muchos esfuerzos para alcanzar el ideal Democrático, plasmado en una Constitución y con formas hibridas como la Presidencia junto con la Monarquía, la tiranía disfrazada de democracia, la oligarquía cuya fuente es la democracia.

        No importa que forma sea la manera de gobernar, porque recordemos que en la historia romana, un tirano fue mejor gobernante, que otras democracias posteriores y el pueblo tuvo prosperidad. En efecto, lo que cuenta es el cumplimiento a los deberes más valiosos del ser humano, que es la superación personal en todos los aspectos, educativos, laborales, seguridad jurídica, alimenticios, vivienda digna, asistencia médica, seguridad en el trabajo, nivel social.

        Sin embargo, la sombra del “Príncipe” del autor de la denominación del Estado, Nicolás Maquiavelo, nos persigue, porque fue un libro que denota la realidad en que nos encontramos, el Poder enferma y perjudica a sus gobernados, con sus famosas frases “Divide y vencerás” “No quiero que me amen, sino que me teman” y desde entonces el Estado toma formas de cómo reducir la capacidad pensante del gobernado.

        ¿Cuál es el resultado final?, somos todas las definiciones de víctima, porque un ciudadano común y corriente, encuadraría en cada una de ellas, pero sólo un autor acuño la frase “SOMOS VICTIMAS DEL ESTADO”, porque veinte años antes de que seamos procreados, ya somos víctimas del Estado, porque todo está controlado, dirigido y realizado el daño, que cinco o más, generaciones ya vienen con  daños, patrimoniales, psicológicos, afectivos, sociales, que tenemos que agregar a las clasificaciones un concepto más, la de: “víctima futura” o “víctima de tiempo”.

        El despertar es difícil, porque tenemos la capacidad de analizar, de experimentar, de ver los fenómenos sociales, psicológicos, jurídicos, financieros, contables, administrativos; pero nos convirtieron en robots, con muchas necesidades que apenas sobrevivimos por trabajar más de catorce horas diarias, una mala alimentación desde el vientre materno, el medio ambiente envenenado, que solo se pretende descansar el cerebro.

        Tenemos que hacer el agente del cambio, de vÍctimas a dominadores de nuestro propio destino, es una lucha diaria, perenne y de fuerza interna, porque si el Derecho esta sobre la justicia, hay que acabar ese derecho.

Los valores humanos del gobernado y la victimización por parte del Estado

        Cuando estuvimos en la escuela preparatoria, en nuestros años mozos,  en la materia de  “Nociones de derecho”, me inclinaba por los estudios de Grecia, Roma, sus dioses,  sus leyes y fue cuando escuchamos por primera vez la frase  derecho positivo. Siendo interesante que vimos los derechos naturales del ser humano, los cuales son inherentes a la condición de haber nacido, ya los tenemos de por vida, pero nunca se nos hizo del conocimiento la diferencia o hubiese conflicto entre derecho positivo y derechos naturales.

        Cuando entre a la Universidad Nacional Autónoma de México, mi primera impresión es con Eduardo García Maynes, en la materia de “Introducción al estudio del derecho”, analizando la norma, la creación de la misma, su iniciación y su vigencia. Así como las materias de  Constitución, Garantías y Amparo, Filosofía del Derecho, Derecho Romano, entre otras y decidí  ser procesalista. Esta situación de carácter procesal la llevamos a cabo durante más de veinticinco años en las diversas áreas básicas del derecho, como civil, penal, mercantil, laboral, amparo.

        Durante este periodo de procesalista, nos apegamos a la norma, en sus aspectos sustantivos y adjetivos, al estudio normativo y jurisprudencial, para llevar la defensa ante los juzgados, durante los cuales nos enfrentamos tanto a la parte contraria, como a los proveídos contrarios a derecho, dejando a salvo la reputación de los tribunales, donde al interponer los recursos de revocación, queja, apelación e incluso el juicio de amparo, teníamos el resultado positivo y claro algunas confirmaciones en contra. Estas experiencias nos dio el criterio de analizar la evolución de las normas, porque también pasamos por reformas constitucionales, del Código civil tanto del Distrito Federal, como del Estado de México, las estudiamos y las asimilamos, para su ejercicio. No eran cuestionables en forma constitucional, solo en charla de café.

        Fue en 2008 y 2011, con los cambios constitucionales en los artículos 1, 14, 16, 17, 19, 20, 21, 22, los cuales establecían los derechos humanos, el debido proceso, los derechos en materia penal, el cambio radical de juicios escritos a juicios orales, cuando dichos movimientos nos indicaba que ya no era suficiente el estudio procesal de las materias civil, mercantil, penal, familiar, sino el de prepararnos a dichos cambios, entrando a estudiar las materias orales en cuestión, siendo cambios mentales transcendentales, porque antes estábamos empapados en el papel y ahora teníamos que hablar, dialogar, convencer al juez de la materia oral, preparar la teoría del caso en civil, en mercantil, familiar y no se diga en materia penal.

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