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La Filosofia Educativa De Luis Beltran Prieto Figueroa

jennyiborra2 de Agosto de 2011

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LA FILOSOFÍA EDUCATIVA DE LUIS BELTRÁN PRIETO FIGUEROA Y SU APORTE A LA HISTORIA DE LA EDUCACIÓN ACTUAL:

ANÁLISIS DE LOS INDICADORES DE LAS POLÍTICAS

DE INCLUSIÓN EN EDUCACIÓN 1998-2006

Resumen

Durante el siglo XX en Venezuela el principal gestor de un pensamiento filosófico educativo fue el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa. En el Proyecto de Ley Orgánica de Educación Nacional (1948), en la exposición de motivos, planteó los principios de la filosofía educativa con el nombre de HUMANISMO DEMOCRÁTICO que sirvieron de base a su pensamiento. A partir de 1999, con la Educación Bolivariana se retoma su pensamiento entre los postulados filosóficos, por eso nos detendremos en su análisis para determinar el alcance ideológico en la educación actual. En segundo lugar, hacemos un análisis de los resultados de la política de inclusión del proyecto educativo bolivariano inspirado en las ideas de Prieto Figueroa, en particular, la tesis de una educación de castas a una educación de masas. Y finalmente, recordamos que el maestro Prieto Figueroa apostó por un proyecto político que siendo socialista y democrático no dejaba de ser plural; hoy, cuando se discuten los lineamientos del socialismo del siglo XXI, debemos recordar su legado.

Palabras clave: filosofía educativa, humanismo, democracia.

Investigación

La propuesta del Humanismo democrático fue retomada por el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa (1946), en una conferencia dictada en la Escuela Normal Miguel Antonio Caro para anunciar que el Estado debe ser el responsable supremo de la orientación general de la educación de la república. Esa propuesta desarrolló una filosofía educativa para conformar la conciencia de los ciudadanos, y fue denominada Humanismo Democrático. Pero para comprender su legado debemos recordar que su pensamiento iba de la mano con la lucha gremial que se remonta a 1932, cuando fundaron la Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria; y que hizo propicia la Primera Convención Nacional del Magisterio en 1936. Durante el denominado trienio octubrista (1945-1948) su liderazgo sirvió para incrementar los beneficios sociales, tales como: creación de comedores escolares, casas cunas, proyectos de alfabetización para obreros, fundación de escuelas normales para los técnicos; estos fueron algunos de sus logros. En la XII Convención Nacional del Magisterio celebrada en la ciudad de Mérida, el 9 de agosto de 1947, sirvió de preámbulo a la propuesta fallida del Proyecto de Ley Orgánica de Educación de 1948. Sin embargo, su pensamiento educativo no se puede reducir a una obra sino que forman un conjunto orgánico, en particular destacaremos las siguientes: (1951) De una educación de castas a una educación de masas; (1959) Humanismo democrático y educación; y (1984) Principios generales de la educación.

La década del cuarenta se caracterizó por el debate entre el ministro Arturo Uslar Pietri (1941) y la propuesta de Luis Beltrán Prieto Figueroa (1948). La diatriba estaba en puntos como Educación de Élites o Educación de Masas, Educación Privada o Educación Pública, Educación de Castas o Educación de Masas. La tesis de la educación de élites fue liderada por Arturo Uslar Pietri: “selectivo fue el criterio que tuvo sobre el acceso de los aspirantes a cursar los estudios universitarios y testimonios reveladores de este criterio los hay en grado tal como para señalar que fue una tendencia por la constancia en reiterarlo a través de su trayectoria.” (Fernández Heres, 2003, p. 306).

Su frase más memorable para la conciencia nacional es: la “siembra del petróleo”, enunciada desde 1936 en el diario Ahora. La confrontación de los criterios antagónicos tuvo su máxima manifestación en las protestas de calle a propósito del Decreto 321 del ministro Humberto García Arocha, en el cual la educación privada se presentaba evidentemente como de segunda categoría. Las protestas hicieron posponer la aplicación definitiva del polémico decreto.

Más tarde, en 1948, el ministro de Educación Luis Beltrán Prieto Figueroa propondría una nueva filosofía educativa con el nombre de Humanismo democrático. En el Proyecto de Ley Orgánica de Educación Nacional (1948) planteaba en la exposición de motivos los siguientes principios: “La filosofía de la educación nacional que fundamenta este proyecto puede sintetizarse en una expresión de neto contenido: Humanismo democrático. Formar al hombre en la plenitud de sus atributos físicos y morales, ubicado perfectamente en su medio y en su tiempo como factor positivo del trabajo de la comunidad, tiene que ser la meta de un sistema educativo moderno. La educación venezolana ha de ser, por tanto, humanista, desde las escuelas primarias hasta los institutos superiores.” (Proyecto de Ley Orgánica de Educación, 1948:4-5)

Es necesario rememorar, igualmente, algunos de los postulados de la filosofía educativa de Prieto Figueroa para el contexto actual, ya que nos ilumina el camino a seguir como docentes: en primer lugar, destacamos el principio de neutralidad ideológica de la educación, que se expresa de la siguiente manera: “la educación tiene que ser, sin duda, neutral frente a las luchas de los partidos que se disputan la adhesión de la ciudadanía dentro de las regulaciones constitucionales, pero no puede serlo en relación con los fundamentos mismos de la democracia.” (Proyecto de Ley Orgánica de Educación, 1948:4-5)

El maestro Luis Beltrán Prieto se convirtió en el director más calificado de la política educacional, tan es así que en la Ley de Educación de 1948 propuso un plan cuatrienal con el fin de que para 1953 el 80% de la población concurriera a las aulas de la Escuela Pública. Sin embargo, las contradicciones en el seno del gobierno, la oposición beligerante de la Iglesia católica, de COPEI, y sectores conservadores no permitieron la implantación del modelo pedagógico populista. Desde el punto de vista ideológico es considerado el primer modelo de socialismo democrático, “por la orientación filosófica y política el pensamiento de Prieto Figueroa se le ubica en la corriente del Socialismo Democrático y por su credo pedagógico, es un portavoz del movimiento de la Escuela Nueva o Activa. (Fernández Heres, 2003, p. 202)

Podemos inferir también que los postulados teleológicos, de la educación propuesta por el maestro Prieto FiJosé

Pascual Mora García: La filosofía educativa de Luis Beltrán Prieto Figueroa y su aporte a la historia de la educación actual...

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Investigación

gueroa, no deben estar al servicio de enfoques parcelarios, que conduzcan a la eliminación del pensamiento abierto y la diversidad. Los fines de la educación en el sistema democrático no deben responder a manifestaciones fundamentalistas, ya que todo fundamentalismo nos lleva a la unanimidad de opinión, y en ese sentido, no estaríamos formando ciudadanos para una sociedad democrática sino una secta. En una entrevista que le hiciera Peña (1979) también el maestro Prieto Figueroa resalta el sentido de libertad de pensamiento de la democracia socialista, y la define como “pluralista, donde tengan cabida todas las formas de opinión existentes sin perseguir a nadie. Somos partidarios de la libre discusión, Nuestro socialismo democrático es contrario al monopolio en términos de capitalismo interno y el capital imperialista […] no puede concebirse un tipo de socialismo en donde el hombre desaparezca como un ser pensante […] El socialismo es una doctrina humana de realización plena del hombre, que no puede existir sino en libertad. La defensa de los derechos humanos es el meollo del verdadero socialismo.” (Peña, 1979, pp. 172-175)

En segundo lugar, resaltamos el fin prospectivo de la educación. La educación tiene la responsabilidad de acercar el futuro al presente. Todo docente tiene que convertirse en un líder prospectivo para que pueda anticipar los problemas y asuma el cambio como una necesidad perentoria del sistema educativo. La educación es fundamentalmente dinámica, y por eso debe estar dispuesta al cambio permanente, por eso afirma: “es una sociedad dinámica, como lo es o debe serlo la sociedad democrática, la función de la educación no es sólo conservar los bienes y valores tradicionales, sino promover el cambio, propiciar el progreso […] En la vida democrática, el cambio es lo característico, y la educación debe preparar a las generaciones para adaptarse cada día a los cambios sucesivos.” (Prieto, 1984, p. 21) El mejor docente, en ese sentido, no es el que resuelve los problemas sino el que los anticipa. En su momento, el maestro Prieto nos advertía la vocación prospectiva de la educación de la siguiente manera: “El Estado educa, en primer lugar, para que adquieran armónico desenvolvimiento las virtualidades positivas del hombre (...) la educación pública en todos los grados y formas de sus tres ciclos tiene que preparar el espíritu de las nuevas generaciones para que sean capaces de integrarse a la cultura de su época.” (Proyecto de Ley Orgánica de Educación, 1948, pp. 4-5)

Los fines del

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