La Investigación Como Aventura Fernando Vásquez

En este texto vemos la investigación como una verdadera aventura, ya que esta no es definida o totalmente acabada, es una permanente búsqueda, un proceso donde ella misma va buscando su sentido y sus partes para su construcción.

Mas que la convicción, al investigador lo motiva la inquietud, no es que no se sepa qué se quiere hacer; lo que no se sabe es si ese hacer es el indicado, o el más oportuno, o el más necesario, no sabemos del todo qué va a pasar. Es más, nos proponemos una meta, pero ese faro está sujeto los cambios, a los miles de recovecos e incidente del camino. No es en el final donde la aventura cobra sentido; es en el "recorrido" donde mejor encarna su valor.

Aventurarse es arriesgado, plantear una investigación trae ciertos peligros, puede perderse en algunos laberintos, patinar, dar vueltas y volver al mismo sitio, entretenerse en los detalles, en la fronda, en el paisaje, pero al mismo tiempo la forma de pensar así la investigación permite conocer tanto como nos propongamos. Entonces la opción del aventurero, el propósito de quien desea asumir así el investigar. A él le corresponde ir buscando el sentido, ir decifrando las pistas. Es el investigador quien debe ir organizan do las piezas. El guía o el tutor nos da indicios, pero es al investigador a quien le toca reconstruir el caso. Buscar la solución al problema.

Por ser la investigación concebida como una aventura, se sitúa en la cuerda floja, en lo inesperado, en la sorpresa. Decir investigar es tanto como estar repleto de preguntas.

La investigación nos lleva, desde esta perspectiva, a revisar, repensar, muchas repeticiones de nuestra práctica educativa. Es como un reto a cuestionar lo que ya dábamos por hecho o teníamos cabalmente organizado. Es una invitación a desarmar nuestros esquemas. Pero, a la vez, una investigación como aventura nos invita, también, a intentar reconstruir las piezas de otra manera. A no quedarnos solamente con las esquirlas o los pedazos de nuestra experiencia. Tenemos que darles otro sentido, otra configuración. Un nuevo reto, una nueva tarea, una nueva dificultad. Si antes descompusimos, ahora se trata de re componer. Pero enriquecidos con la información que podrían proporcionarnos otros; por las miradas del afuera, por los hallazgos habidos en nuestra aventura.

Por supuesto, tal tipo de investigación conlleva una responsabilidad personal. Cuenta mucho la autonomía, la interacción con los demás, el ejercicio pleno de nuestras búsquedas. Asumir los riesgos y las implicaciones de adentrarse en la aventura.

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