La Justicia.

La Justicia

Antes de iniciar con la lectura, tenía altas expectativas del libro, ya que estamos hablando de la obra más importante de Platón, uno de los tres filósofos más influyentes de la historia. Definitivamente estas expectativas fueron abismalmente superadas, y confieso que quedé encantado con el personaje de Sócrates, y completamente enamorado de su envidiable método para enseñar y dar discursos. Pensé que escribir de la justicia sería algo sencillo, y subestime completamente el significado tan profundo, complejo y controversial de esta virtud, pues la justicia en mi opinión, no es menos cosa que una virtud. Con la sola lectura del prólogo, comencé a darme cuenta que me encontraba en la ignorancia, y ahora, parafraseando a Sócrates puedo decir que, “Con gusto me someto a la pena que merecen los ignorantes, es decir, aprender de los que son más sabios que ellos.”

La República marca un antes y un después en la historia de mi conocimiento político en general, especialmente en lo que a justicia se refiere. Debo admitir que “Antes de la República” mi concepto de justicia, influenciado por los medios de comunicación, era nada más que penoso, vago y abstracto.

Cuando hablamos de cosas comunes, estas que estamos tan acostumbrados a escuchar diariamente, suele pasar que queda en nuestra mente una idea general aceptada por todos, que mientras más personas acepten y más tiempo pase, se va volviendo inmutable en nuestros pensamientos. Afortunadamente, la historia ha demostrado que el ser humano, conflictivo por naturaleza, tarde o temprano cuestionará estas creencias comunes que sirven de contexto al pensamiento, dando paso así a nuevas perspectivas, creando nuevos conocimientos mediante el contraste de las diferentes opiniones.

Este es el papel de Trasímaco en La República, quien oponiéndose a lo que Sócrates propone, enriquece la conversación, abriendo el debate y la posibilidad de nuevas formas de ver la justicia. A pesar que me opongo casi completamente a su filosofía, la cual señala que la justicia es “aquello que es provechoso al más fuerte”, no puedo negar la importancia de la intervención de trasímaco, pues pienso que estos personajes que se dedican a contradecir, cuestionar y refutar las cosmovisiones, son sumamente provechosos, pues te obligan a analizar. Anteriormente mencione que “me opongo casi completamente” al pensamiento de trasímaco, y digo casi pues no puedo negar que desafortunadamente tiene algo de razón en su filosofía.

Acepto que la obediencia a las leyes y a los gobernantes, es esencialmente un acto justo. Sin embargo soy fiel creyente de la frase de Mahat Ghandi que nos dice que “Cuando una ley es injusta, lo justo es desobedecer”, pienso que aunque sea una lástima, la ley y la justicia no son siempre una misma cosa, pues la ley busca un orden social, y la justicia

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