La Madurez

Lo acostumbrado para ilustrar los diversos puntos de vista sobre cualquier contenido y en consecuencia poder trasmitir con certeza un mensaje, es dar a conocer las herramientas básicas que estructuran un tema. Para hablar de indicadores de la madurez, la herramienta básica que debemos dominar es la personalidad. Conocida como un compendio de estilos, rasgos distintivos, patrones de comportamiento de índole físico, psicológico, social, cultural entre otros, que en conjunto pertenecen a los individuos y permiten definirlos y caracterizarlos. Justo al lado de la definición de personalidad encontramos a la madurez, mucho más compleja para definirla y conceptualizarla, por su condición relativa y subjetiva, porque a diferencia de lo que muchos creemos, no es un estado o una meta a la que se llega, sino más bien tiene un comportamiento dinámico, lo que sí es más sencillo de reconocer y es el centro de lo que analizaremos a continuación es que muestra señal de crecimiento y desarrollo humano en los ámbitos psicológico, físico, intelectual, social entre otros, de la personalidad.

Referido a este contexto, el Dr. Enrique Rojas enlista una seria de referencias, datos, signos a los que él denomina indicadores, y que un sentido estricto y estático, dan mesura sobre el nivel de madurez de los individuos. Al respecto conviene decir que el autor expone trece indicadores:

I. Modelo de identidad: los individuos maduros se inspiran en persona que han visto desarrollarse, que analizan y concuerdan con el comportamiento, y que según su criterio cuentan con las herramientas para lograr de forma positiva las metas, por lo que toman y les parece atractivo la forma como solucionan los problemas.

II. Conocerse así mismo: un hombre maduro es capaz identificar sus actitudes y fortalezas además reconoce sus limitaciones y fracasos, de manera clara, con el propósito de formular su “realidad personal”, es decir, que sus acciones están guiadas con las herramientas que posee, y conoce hasta dónde puede llegar.

III. Equilibrio psicológico: lograr compaginar la vida intelectual con la afectividad, saber cómo y cuándo se deja actuar los sentimientos y cuando dejar actuar la razón es manifestación de madurez.

IV. Proyecto personal: Madurar implica estar al tanto del rumbo en el cual se deben orientar las acciones para obtener éxito en lo que se realice, basado en una interpretación particular de la vida, con la característica de que es ideado y planificado y que no proviene del resultado de la improvisación y por otra parte la madurez te permite obtener el menor número posible de contradicciones con su destino y su estilo de vida.

V. Filosofía de vida: la ideología de vida y los pensamientos de personas con un desarrollo de la personalidad cuentan con criterios definidos, cuentan con posiciones claros y en algunos casos absolutas y escapan de la permisividad y del consumismo.

VI. Naturalidad: las acciones deben estar guidas por la sencillez, la des complicación, evitar lo sofisticado, conservar la tranquilidad, la serenidad, pero lo principal es conservar homogénea la personalidad, en otra voz, significa comportarse siempre de la misma forma sin aparentar

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