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Madurez.

mr9gonzTrabajo12 de Abril de 2014

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OBJETIVO GENERAL

Identificar y comprender la definición de madurez para poder aplicarla en el ámbito personal, familiar, social y laboral.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

 Identificar los hábitos que favorecen la madurez.

 Comprender la importancia de aplicar la madurez en todas nuestras actividades, tanto personales como laborales.

 Comprender la importancia de ser maduro y ayudar a los demás a serlo.

ÍNDICE

PÁGINA

OBJETIVOS 1

ÍNDICE 2

INTRODUCCIÓN 3

CAPÍTULO 1: ¿QUÉ ES LA MADUREZ? 5

 DEFINICIÓN DE MADUREZ

 PRINCIPALES COMPONENTES

 CONÓCETE A TI MISMO

 EL CONTROL DE LAS EMOCIONES

CAPÍTULO 2: EN BUSCA DE LA MADUREZ 11

 LA RELACIÓN MADURA

 EL DESARROLLO DE UNA CAPACIDAD DE COMUNICACIÓN EFICAZ

 HACERNOS RESPONSABLES

 TRANSICIONES

CAPÍTULO 3: APLICANDO LA MADUREZ 17

 INTELIGENCIA EMOCIONAL APLICADA

INTRODUCCIÓN

Los jóvenes representan las reservas de vida, energía, idealismo, que algunos menos jóvenes no tienen. Son los jóvenes adultos (quienes se encuentran alrededor de los 30 a los 40 años) aquellos que recibirán la antorcha que traen los ancianos, y son quienes están transformando el mundo, para bien o para mal. Además de que a la sociedad le conviene tener este tipo de personas maduras y productivas "a cargo" de sus instituciones laborales, existen muchos beneficios individuales de ser maduro.

Algunos de esas ganancias son: la autoconfianza, los privilegios que se le otorgan a una persona confiable y segura, la ventaja y el honor de ser un buen ejemplo para los demás, etc.

La madurez es, en pocas palabras, el uso inteligente de las emociones de forma intencional, hacer que las emociones trabajen para nosotros, utilizándolas con el fin de que nos ayuden a guiar nuestro comportamiento y a pensar de manera que mejores nuestros resultados.

Para lograr la madurez, debemos primero conocernos a nosotros mismos, cómo reaccionamos, cómo actuamos ante diversas situaciones, para después poder tomar el control de nuestras emociones y manejarlas para nuestro beneficio.

Éste no es un asunto sencillo, requiere de mucha paciencia y práctica; llegar a la madurez no depende de la edad que tengamos ni de cuantos años cumplamos, sino del empeño que pongamos por llevar una vida de calidad y ejemplar.

Una vez que vayamos logrando la madurez, los resultados se reflejarán en nuestra vida, tanto familiar, como social y laboral. Seremos capaces de percibir, valorar y expresar emociones con una gran precisión; podremos experimentarlos o generarlos, tendremos la habilidad para entendernos a nosotros mismos y a otras personas. Comprenderemos lo que pasa a nuestro alrededor y contaremos con la capacidad de ayudar a otras personas a desarrollar también una madurez que les fomente un crecimiento emocional e intelectual.

Nuestras emociones afectan mucho nuestro rendimiento, en el trabajo, en la familia, con los amigos. Así también, tienen un gran impacto sobre el éxito en nuestra vida laboral.

La importancia de la madurez radica en poder incrementar ese éxito y ese rendimiento en todos los aspectos que cubren nuestra vida. Es agregarle calidad a todo lo que hacemos.

La madurez es una cualidad de las personas que expresa una elevada excelencia humana. Mediante la repetición de buenas acciones podemos ir construyendo la madurez que necesita nuestra vida. Con esta reiteración se adquieren los buenos hábitos –virtudes humanas– que proporcionan facilidad y naturalidad en obrar acertadamente, con madurez.

Cada persona deberá prestar mayor atención a una virtud u otra teniendo en cuenta lo que le aconsejan. En general, para crecer en madurez se puede recomendar esforzarse en un trabajo serio, responsable, constante, bien hecho. Una persona trabajadora ejercita muchas virtudes y madura antes.

LA MADUREZ

La madurez es aceptar la responsabilidad de ser uno mismo, cueste lo que cueste. Arriesgar todo con tal de ser uno mismo, en eso consiste la madurez..

Osho

DEFINICIÓN DE MADUREZ

Como veremos existen diferentes áreas donde se debe lograr la madurez para alcanzar desarrollo integral del individuo, entre ellos se encuentran los siguientes ámbitos:

 Psicológico. Contar con una personalidad estructurada y un proyecto de vida, ser dueños de sus actos, independiente y autónomo, conocerse a sí mismo/a con las propias limitaciones y habilidades, ser capaz de adaptarse a circunstancias cambiantes y de enfrentase a dificultades, solucionar problemas y tolerar el fracaso, tener constancia para completar lo que hemos comenzado, ser responsables en los compromisos asumidos y leal a la palabra dada.

 Afectivo. Es algo tan simple y tan sencillo, pero también tan exigente, como saber amar y poder amar. Ser capaz de dar y recibir afecto. Sentir con la otra persona. Poder comprender lo que él o ella necesita. Es haber asumido los fantasmas del pasado que dificultan tantas veces manejar los propios sentimientos. Es querer crecer en el amor como persona y como pareja.

 Intelectual y emocionalmente. Es haber adquirido la habilidad para entender lo qué nos pasa y comprender a los demás. Es reconocer los errores y asumir las consecuencias de los actos, con la consciencia de la naturaleza de nuestras acciones. Es saber comunicarnos. Haber conquistado una cierta estabilidad emocional que permita manejar sanamente las emociones. Es emplear la Inteligencia Emocional como aquella capacidad para identificar los sentimientos, saberlos dirigir y poder expresalos. Es tener los pies en la tierra y poder disfrutar la vida. Es querer avanzar por la vida compartiendo sentimientos y emociones.

 Ética. Sencillamente es poder distinguir el bien del mal, conocer los límites del comportamiento, tener criterios claros, vivir con dignidad y libertad, respetarse a sí mismo/a y a las demás personas. Es tener conciencia de los propios actos, practicar la tolerancia y la justicia. Es haber adquirido ese saber vivir o arte de vivir.

Las personas maduras son aquellas que han logrado andar todo el proceso del autoconocimiento, reconociendo errores y fortalezas con el fin de enmedar sus equivocaciones y orientar sus habilidades.

Pero cada una de estas áreas es un estadio, un momento especial donde el individuo se enfrenta poco a poco consigo mismo.

Donde la base comienza en tener una estructura psicologica ideal para solventar cualquier duda sobre nuestros sentimientos, lo que a final de cuentas puede apoyarnos en tener un dominio de nuestras emociones que redituará en una escala de valores favorable para nuestro desarrollo

Definitivamente las personas inmaduras son insoportables. Su susceptibilidad, los cambios bruscos en su estado de ánimo y sin motivo aparente, sus reacciones caprichosas y, a veces, histéricas, su necesidad de llamar la atención, su dependencia de qué dirán, su escasa tolerancia a la frustración, su irresponsabilidad e inconstancia, su pasividad y su escasa fuerza de voluntad, no son buenos augurios para quien pretenda encontrar la felicidad a su lado.

Una persona madura ha logrado establecer con claridad los límites personales y cuenta con una buena autoidentidad. La persona madura se relaciona de manera significativa, sin fundirse ni fusionarse, con su sistema familiar; esto quiere decir que es una persona emocionalmente libre que puede acercarse a su familia sin ser absorbido por ella ni sentir rabia al respecto, o puede alejarse sin sentir culpa.

Si una persona cumple satisfactoriamente (no perfectamente) con las distintas etapas de desarrollo durante su infancia y después pasa su adolescencia sin mayores contratiempos sociales, lo más probable es que llegue a la edad adulta con una autoestima sana que le permitirá separarse de su familia sin perder el contacto con ella. Lo que nos indica que la autoestima está muy ligada la independencia y autonomía, y con ello, con la misma madurez.

La autodiferenciación también tiene que ver con la facultad de analizar racionalmente los sentimientos y así poder elegir sin reaccionar impulsivamente, pues los sentimientos al ser “pensados” dejan de ser agobiantes, en otras palabras, sólo aquello de lo que no podemos hablar nos afecta.

El proceso de autodiferenciación es esencial para todos; a lo largo de toda nuestra vida buscamos (en mayor o menor medida) un sentido de individualidad y pertenencia. Alcanzamos una “buena” identidad cuando tenemos un sentimiento de valía, y éste, es afirmado por las personas que son importantes para nosotros. La identidad no puede obtenerse por nosotros mismos, debemos, cuando menos, contar con alguien que verifique nuestra valía. Nuestra identidad, la característica que nos hace precisamente diferentes, debe estar enraizada en un contexto social, es una relación interpersonal.

La identidad

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